El pasado 6 de junio se cumplió un año de las elecciones efectuadas en el 2021 cuando se renovó la Gubernatura, los 58 Ayuntamientos y el Congreso Local, fue una elección sumamente competida donde el discurso central era acreditar de todos los males al gobierno priísta en el estado, e incluso se repitió el esquema aplicado a nivel federal presentando a la corrupción como propia del gobierno anterior, esa era la narrativa: hay emigración y desempleo por la corrupción, existe inseguridad por la corrupción, no hay obra pública debido a los corruptos que se roban el presupuesto y así se repetía hasta el hartazgo.
El discurso permeó entre la gente pues no encontraba explicación a los males que la aquejaban, por tanto aceptó que la vía para resolverlos era desterrar a los corruptos y ceder el lugar a una nueva estirpe de políticos dotados de grandes cualidades y sobre todo de probada honradez. Como es sabido a pesar de contar con candidatos experimentados la coalición Va por Zacatecas compuesta por el PRI, PAN y PRD fue castigada en las urnas dando paso a personajes emanados de Morena y partidos aliados quienes asumieron la representación en el congreso y el control de la mayoría de los municipios.
El balance final no puede hacerse aún, pero lo cierto es que todos los días se aportan elementos de prueba para ponderar sobre lo acertado de la determinación; se acerca ya el primer informe de gobierno, de su contenido y por lo acontecido cada día se podrá saber si se tomó la opción correcta.
Sin embargo sirve como botón de muestra lo que sucede en la 64 Legislatura. Ciertamente cada tres años se pone de moda un lugar común donde se afirma que estamos ante los peores representantes en la historia de Zacatecas, sin embargo, desde su arribo hace 9 meses pareciera que los actuales tribunos están empeñados en hacer realidad el mito urbano. Desde la conformación de los grupos parlamentarios se empezaron a descomponer las cosas, pues haciendo uso de la mayoría los representantes del morenismo desdeñaron la concertación e impusieron la conformación de las comisiones haciendo de lado perfiles y representación partidaria garantizando una condición mayoritaria al bloque oficial.
Vino después la votación del presupuesto de egresos y a pesar de abundantes argumentos donde se explicaba que era improcedente avalar un presupuesto donde imaginariamente se aprobaban más de 1000 millones y se hacían grandes recortes, no hubo lugar a la negociación: con 17 votos a favor se aprobó un presupuesto en el que la aplanadora oficial impuso su voluntad.
Poco duró la luna de miel, pues a principios de año empezó el golpeteo interno en el grupo morenista para destituir a la Diputada Coordinadora de la fracción Imelda Mauricio quien luego de ser objeto de golpes bajos y múltiples escaramuzas fue finalmente removida. A partir del hecho anterior vino una continua guerra de declaraciones y después dio paso a la recomposición de la mayoría.
La nueva mayoría dio paso a la destitución del Diputado Armando Delgadillo Ruvalcaba de la Comisión de Patrimonio y Finanzas, empezando con ello una guerra de declaraciones y recursos legales que generaron su restitución, pero posteriormente, por pérdida de confianza fue de nueva cuenta removido. Como secuela de esa pugna interna ha desfilado una lista abundante de exhibiciones sobre el mal uso de los recursos, primero sólo declaraciones y ahora con documentos en mano las acusaciones se lanzan por ambos bandos.
Y cuando parecía que ya nada podría superar tanto dislate, nos proporcionan nuevos elementos en dos sesiones consecutivas ante el sonsonete del legislador Sergio Ortega Rodríguez de que querían privilegios los diputados del bloque plural, pero fue exhibido por uno de sus compañeros de recibir 272,000 por “servicios legislativos” y sólo tuvo a bien decir, “pues está cabrón” y en el pleno surgió una confesión “todos tenemos cola que nos pisen”, el cinismo en toda su expresión.
Pero, ítem más. En la sesión del 17 junio con facturas en mano la diputada Priscila Benítez, denunció el uso de recursos públicos gastados en comilonas, representación, en combustible, así como el pago de cheques por 30 mil pesos a los presidentes de comisiones, pago de facturas por servicios legislativos y muchos excesos más, enfática aseveró que la mayoría morenista había aprovechado esos beneficios.
No hay duda, estamos ante una absoluta descomposición acontecida en el poder legislativo, pareciera que existe una competencia por saber quién tiene más pecados y como consecuencia solo se han aprobado 79 iniciativas en 9 meses, ni siquiera 10 por mes, este vergonzoso espectáculo da cuenta de la ausencia de verdaderos representantes populares y prueba también que el voto de castigo no es suficiente para cambiar las cosas.
De esto se desprende que no basta con emitir un voto, que la democracia representativa es insuficiente para resolver los problemas y que los partidos actuales sólo hablan del pueblo en tiempos de campaña pero con sus hechos lo traicionan. En consecuencia los zacatecanos debemos entender la urgencia de conformar una fuerza social que ponga alto a los excesos de los representantes sociales y de los gobernantes en general, pero sobre todo urge una nueva clase política surgida auténticamente del pueblo para que se corrija el rumbo, pues los males como la inseguridad, el desempleo, la crisis económica no ceden y precisamente los más lesionados son los menesterosos de la patria.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario