En semanas pasadas se daba la noticia por parte del presidente de la república; el licenciado Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la maestra Delfina Gómez Meza, secretaria de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que el día 30 de agosto se regresaría a clases presenciales de manera “voluntaria”, estableciendo un decálogo de lineamientos que, según ellos evitarían contagios entre los más jóvenes. Ante tal decisión no se hicieron esperar los pronunciamientos advirtiendo el grave riesgo que traería este decreto. Por un lado, los expertos explicaban cuáles eran los riesgos que se podían correr, un ejemplo de ello es la revista Forbes México: “Marilú Acosta, experta en pandemias y ex asesora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió que el problema en México, en comparación con la Unión Europea, es que no todas las escuelas son iguales ni las poblaciones tienen las mismas características, por lo que es muy complejo garantizar que no se presenten contagios en el regreso a clases, “los salones de clases y escuelas en su generalidad no están equipadas para tener la higiene de manos y tampoco están ventiladas. Esa es una de las razones importantes: ventilación, distancia, cubrebocas e higiene de manos (…) Además es muy complicado que alumnos pequeños de primaria baja y preescolar no tengan contacto porque al final de cuentas son muy táctiles y están acostumbrados a estar cerca de otros niños“, explicó Acosta. Por otro lado también vimos cómo salieron a las calles miles de estudiantes, defendiendo una sola demanda: vacunación para todos los menores de edad y así tener un regreso seguro. Una vez más, los docentes adheridos a Antorcha Magisterial también se pronunciaron por regreso seguro a las aulas; como maestros estamos conscientes de la importancia que tiene un regreso seguro a clases, no en estas condiciones donde tenemos escuelas que no cuentan con agua potable y donde no se garantiza el lavado de manos o en escuelas donde un docente tiene que atender a 50 alumnos y por tanto, no tendrían el espacio necesario para guardar la distancia. A pesar de que maestros y estudiantes levantaron la voz, la respuesta por parte del mandatario fue ignorar a quienes más adelante serian víctimas de una decisión equivocada por parte del presidente de la República.
Ahora vivimos las consecuencias, a tres semanas de iniciar el ciclo escolar, no paramos de recibir noticias lamentables, ha iniciado el contagio de Covid-19 en niños y jóvenes que habían acudido a las escuelas y en algunos casos se transmitió el virus a toda una familia, la única respuesta por parte de las autoridades educativas es resguardarse en casa, pero esto, ¿no pudo ser evitado? O ¿no quisieron evitarlo? Por qué se toma una decisión claramente violatoria a los derechos de los estudiantes e ignoran el llamado de expertos, padres de familia, estudiantes y maestros, quienes veían venir tal desgracia. La 4T ha dado muestra de desprecio hacia las clases más desprotegidas, pues somos nosotros quienes padecemos cuando enfermamos porque no hay a dónde acudir; los hospitales están saturados o simplemente no hay medicamentos. El pueblo no debe olvidar que las decisiones tomadas por el actual gobierno no se realizan en beneficio de la clase trabajadora y humilde, muchas han sido las ocasiones que son realizadas con el fin de beneficiar a unos pocos en perjuicio de la inmensa mayoría. La única solución que nos queda como pueblo trabajador es organizarnos y luchar por una sociedad más justa, donde todos tengamos acceso a la salud y podamos disfrutar de una vida digna fruto de nuestro trabajo, ese tipo de país es posible.
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