MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Con carencias viven en el sur de Mérida

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En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se conmemoró el 17 de octubre, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza presentó el “No bienestar”, una radiografía de cómo este Gobierno no les dio rumbo a las condiciones humanas que deben tener las familias vulnerables en la capital yucateca.

Tras casi un año de presentarlas, tales condiciones siguen igual o peor. Una de ellas es la vivienda.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en la administración del gobernador Mauricio Vila Dosal, el porcentaje de personas que habita en una vivienda sin disponibilidad de servicios básicos fue de 10.6 %, lo que significó que las condiciones no son adecuadas para la ciudadanía.

Los jóvenes de entre 15 y 29 años también padecen mayor exclusión y, sobre todo, más de la mitad ya está fuera del sistema educativo y sin trabajo.

A esto le sumamos que, en los últimos dos años, el precio de los inmuebles en la ciudad de Mérida registró un incremento de hasta el 40 %, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) Mérida, quien lo adjudicó a factores como la inflación y el deseo de residir en la ciudad.

Mientras tanto, la incidencia de carencia por acceso a la alimentación fue de 366 mil 600 en 2022. La población con carencia de acceso a servicios de salud ha aumentado un 163.07 %, pasando de 316,900 habitantes en 2018 a 833 mil 700 en 2022.

Estos problemas sociales, frente a los cuales poco o nada ha hecho el Gobierno, golpean a las familias vulnerables, sobre todo a aquellas que viven en el sur de Mérida.

La población que vive en el sur de Mérida, así como sus colonias, tiene una alta carencia. Pero no sólo eso les afecta, sino también la situación laboral, donde muchos de ellos trabajan sin salarios suficientes y sin acceso a seguridad social.

Las personas excluidas, sobre todo mujeres y jóvenes, son perjudicadas en su ingreso económico, que no les alcanza para adquirir una vivienda digna, vestir bien, recrearse o siquiera cubrir la canasta básica alimentaria.

Las insuficientes acciones del Gobierno, ya sea estatal o federal, la desigualdad de salarios y oportunidades, han mermado la situación de las mujeres y jóvenes, imponiéndoles tareas domésticas de cuidado no remuneradas.

Asimismo, se tienen menores tasas de participación laboral femenina; más del 90 % de las personas que no pueden salir a buscar trabajo, por realizar trabajos domésticos y de cuidado, son mujeres.

Los jóvenes de entre 15 y 29 años también padecen mayor exclusión y, sobre todo, más de la mitad ya está fuera del sistema educativo y sin trabajo.

Pero a todo esto, las barreras de empleo son altas para los jóvenes que provienen de contextos adversos, es decir, de pobreza, marginación y violencia ajenos a su voluntad y mérito. Son jóvenes que están en rezago educativo y sin estudios.

Por lo que vemos, son las familias que viven al día las que son rezagadas en todo, mientras que el actual Gobierno sólo ha visto por su gremio, que son los empresarios.

Zonas como el norte o el poniente son donde más ha invertido, mientras que zonas como el sur de Mérida permanecen en el olvido, y son de ahí los jefes de familia que todos los días se levantan para ir a laborar hasta el otro extremo de la ciudad.

Son estas mismas familias que luchan por una vivienda digna que, desde el inicio del Gobierno de Vila Dosal han solicitado que se les dote de una, sin que, hasta el momento, a unos meses de que concluya su administración, les haya solucionado nada.

Primero enfrentaron los fuertes calores que se sienten como bochorno en sus humildes casas de madera y lámina, y hoy las lluvias han golpeado a la capital.

De esta manera, cabe mencionar que, dados a conocer los datos, con razón acusamos al Gobierno estatal de que durante su gestión en todo su periodo sólo se dedicó a sacar adelante y desarrollar a los más grandes empresarios, aumentando su riqueza, mientras que el sur de Mérida, donde hay niños, personas de la tercera edad, discapacitados y madres solteras, está a su suerte.

Esta situación es del conocimiento de las autoridades y no han hecho nada por buscar y darle una alternativa a las familias meridanas, que hoy, por las lluvias, permanecen en el abandono.

Desde aquí, hago un llamado a toda la ciudadanía a unirse para luchar y exigir mejores condiciones de vida.

¡Ya basta de que los Gobiernos sólo se acuerden de nosotros en tiempos electorales! Es hora de hacer valer su palabra y, si no, de luchar por la formación de un partido verdaderamente del pueblo, quien será el único que saque a los suyos del rezago y la marginación.

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