MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Como puercosØ

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Son historias conocidas por medio de terceros: "dicen que en esos campos…" AsÝ escuchados parecen relatos de terror de la Úpoca del MÚxico colonial: "si algo no te gusta y quieres irte no te dejan; de ahÝ no puedes salir mßs que a escondidas".Desgraciadamente son sucesos acaecidos en pleno siglo XXI que cuando son escuchadas de viva voz de uno de los afectados o afectadas- resultan por demßs estremecedores.

"Ýbamos contratados, con la promesa de que nos darÝan una casa para cada familia; pero no.Mire, en un galer¾n no le miento- dormÝamos hasta cuarenta familias."

-Y, ¿c¾mo? ¿asÝ pegaditos, uno al lado de otro?

"Como cochis, uno encima del otro".

"Para acostarse uno tenÝa que meterse de lado, no te podÝas ni sentar, parecÝa que el de arriba se te iba a caer encima, sentÝa uno hasta como que se asfixiaba".

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"Y las parejas… porque allÝ dormÝamos todos.En la noche se oÝan unos ruidos… Y los ni±os ahÝ, chiquitos, oyen de todo.Uno de mis hijos, el mßs chiquito me decÝa ‘amß, vamos a salirnos, vamos a dormirnos allß fuera mß".

-… ¿Y sus cosas, las ponÝan en anaqueles?

"Las aventaba uno hasta arriba, en la ·ltima litera".

"Uno sale de su estado con la esperanza de volver y traer unos pesos, pero no, allß te quitan todo.AhÝ tienen su tienda y ahÝ les tienes que comprar.Los refrescos te los dan carÝsimos, el agua, el jab¾n, todo bien caro y no puedes salir a comprar a otro lado."

"Cuando lleguÚ a mÝ me contrataron para hacer la comida, pero, es bien feo, porque uno prepara la comida para darle de comer a sus hijos y, pus' t· sabes quÚ lleva, pa' que estÚ buena, pero ahÝ nos decÝan ‘aquÝ les dejo esas cajas de calabazas, c¾rtenlas en rodajas, p¾nganles agua y sal, cosan esos frijoles y muÚlanlos.Y sÝrvanlos.' Y los trabajadores, pus' se lo tenÝan quÚ comer, porque ahÝ no habÝa d¾nde cocinar comida, ahÝ se las tenÝamos quÚ comprar.Y decÝan ‘muele esos chiles con esos tomates'.Y eso era la salsa."

Es la vida de los jornaleros y jornaleras agrÝcolas de los campos de Sonora, en un lugar de aquÚllas cßlidas tierras que en temporada de verano sobrepasa los 40°C.Un lugar que se cuenta por decenas, tal vez cientos, quizßs mßs, en el norte del paÝs.Mi interlocutor bien podrÝa ser Pedro, Juan, MartÝn, quizßs llamarse Sandra, Martha, Guadalupe, MarÝa… De cualquier modo.¡Son tantas las vidas que desgraciadamente transcurren asÝ, en las mismas funestas circunstancias!

"Y si no te pones abuzado allÝ te gastas el dinero y te quedas sin nada y asÝ, ¿pa' quÚ trabajas? Por aquÝ recibes el dinero y por acß te lo gastas y ya, te quedas sin nada, y otro dÝa a volver a trabajar y te endeudas y te acabas el dinero y te quedas sin nada, y asÝ, ¿de quÚ sirve? De nada.Y ahÝ son bien vivos.De aquÝ se fue un muchacho, iba bien, sin nada de vicios ni nada.Y allß, atrßs de unos galerones estßn los que te la venden, asÝ nomßs, y el muchacho se hizo drogadicto, qued¾ bien loco…"

-¿Y para ba±arse, para lavar, c¾mo le hacÝan?

"A los lavaderos nos Ýbamos en bola.Para ba±arse ya no podÝa uno ni ba±arse tranquilo; aparecieron dos hombres violados.Daba miedo.Por este lado estaban las regaderas de los hombres, aquÝ en medio una barda y del otro lado las regaderas de las mujeres, usted cree, asÝ.Yo me esperaba en la noche cuando ya no habÝa nadie y metÝa a mis hijos a ba±ar del lado de las mujeres ¡con un miedo! No, es una situaci¾n que no se aguanta."

"Y tienes que dejar pagado todo si te vas a ir porque, si no, te buscan para matarte.El dÝa que estaban dando la paga uno recibi¾ el dinero y como ya traÝa la mochila puesta dio la vuelta y se fue, se sali¾ corriendo.Entonces uno que traÝa una pistola, asÝ de grande, se acerc¾ a la encargada de la cocina, que ya tenÝa mucho tiempo ahÝ y por eso muchos le consultaban, y le dijo ‘fulano cobr¾ y no pag¾, y ya se fue.¿QuÚ, lo alcanzo?' Pero ella, como que nos comprendÝa, y le dijo ‘no, dÚjalo, el patr¾n no pierde, dÚjalo, ya era de dios que se fuera sin pagar."

"¡Y yo me quedÚ con un miedo…! Porque ya habÝamos escuchado que un cami¾n iba a sacar gente, y nosotros nos Ýbamos a ir.Por eso yo fui y les dije a mis hijos ‘rßpido, si deben algo vayan y paguen porque estßn buscando a los que se estßn yendo sin pagar, mejor paguen, paguen lo que deben."

Es un secreto gritado a voces de la realidad padecida en el campo mexicano, en ese MÚxico hoy gobernado por un individuo de ideas erradas y sin un proyecto cientÝfico para llevar al paÝs por el rumbo correcto, que se niega a entender que urge invertir recursos en estrategias que impidan que la gente sufra condiciones como las aquÝ narradas.Urge un cambio de gobierno en el paÝs.Urge un gobierno emanado del pueblo que implemente un cambio de modelo econ¾mico.Solamente el pueblo organizado lo puede hacer.Solamente unidos en una fuerza polÝtica propia los trabajadores podemos evitar que nos traten como puercos.

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