Miles de ciudadanos de Chimalhuacán, Estado de México, resultan dañados seriamente debido a que el Ayuntamiento, que encabeza la morenista Xóchitl Flores Jiménez, aprobó la prohibición del comercio ambulante en el primer cuadro del municipio.
Esto, pese a que el 58.8% de la población de la demarcación se dedica al comercio minorista; ahora la alcaldesa Xóchitl Flores Jiménez no los deja trabajar en el lugar en donde se sustentan miles de familias.
Chimalhuacán tiene un territorio de 44.69 km², una población de 705 mil, 193 habitantes, de los cuales el 58.8% se dedica al comercio menor; negocios familiares, venta en pequeñas tiendas de abarrotes, ropa, alimentos. Y es que el municipio carece de industria, tierras de cultivo o ganadería, por tanto, la población se autoemplea para poder subsistir.
La población económicamente activa representa el 59.9%, el salario promedio es de mil 400 pesos, por lo que para obtener otros ingresos la mayoría de la gente trabaja jornadas extras de 10, 12 y hasta 14 horas para tener suficientes recursos para alimentar y satisfacer algunas necesidades de la familia.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 55.8% de la población se encuentra en pobreza moderada, mientras 13.1% en pobreza extrema, esto hace muy difícil la vida de los habitantes de Chimalhuacán.
El Bando Municipal publicado el pasado 5 de febrero del 2023, en el Artículo 221, dice a la letra. “Se prohíbe el comercio fijo, semifijo y ambulante dentro del primer cuadro de la Cabecera Municipal, delimitado por las calles: Vicente Guerrero, iniciando en la Casa de Cultura hasta Pról. Ignacio Zaragoza, siguiendo por Pról. Ignacio Zaragoza hasta Pról. Aldama, continuando por Juan Aldama hasta 16 de Septiembre, y sobre esta, hasta Vicente Guerrero, siguiendo por Vicente Guerrero hasta Corregidora y de esta vía hasta Venustiano Carranza; de Venustiano Carranza hasta Mariano Abasolo, de Mariano Abasolo hasta llegar a Nezahualcóyotl, de Nezahualcóyotl a Amargura, cerrando el perímetro al llegar esta al cruce de Morelos y Vicente Guerrero (Casa de Cultura); así como frente a los edificios públicos como escuelas, hospitales, iglesias, panteones, entre otros y demás lugares que determine la autoridad municipal; la prohibición se aplicará en ambas aceras de las calles perimetrales. Así como en parques y jardines del municipio; frente a edificios públicos; frente a entradas de escuelas; accesos a hospitales, iglesias y panteones; oficinas de gobierno; terminales de transporte colectivo y demás lugares que determine la autoridad municipal”.
Esta disposición daña a más de 200 comerciantes ambulantes, los locatarios del mercado viejo Zaragoza y a vecinos que expenden sus productos a la puerta de su domicilio. Los vendedores del tianguis que se coloca el viernes y domingo en las principales calles de la cabecera municipal, señalaron que también a ellos les está causando gran daño la decisión de la morenista referente a la prohibición de comercio ambulante en el primer cuadro del municipio.
También están siendo afectados miles de ciudadanos por la irracionalidad de Xóchitl Flores Jiménez, pues no le importa lanzar a la pobreza a las familias de Chimalhuacán. “Así de cruel es el gobierno de la esperanza”, consideró la señora Juana Buendía, comerciante ambulante.
La vida cotidiana de los comerciantes
Según datos de 2021, el censo de comerciantes ascendía a más de 20 mil personas que estaban distribuidas en 108 tianguis que se instalan en diferentes calles y avenidas del territorio municipal, los siete días de la semana. Miles de familias viven de las ventas en los tianguis en donde ofrecen alimentos, ropa, calzado, enseres domésticos o, simplemente, como empleados de ventas.
Los vendedores en tianguis empiezan su día a las tres o cuatro de la mañana, deben ir a la central de abastos, comprar sus productos y llegan al municipio entre siete u ocho de la mañana al lugar donde instalan sus puestos; armar, acomodar mercancía y esperar a los clientes; después de 10 horas o más, recoger los productos y se retiran a casa, comer y descansar, para al día siguiente nuevamente levantarse de madrugada y volver a ofertar sus productos a los compradores.
Para un comerciante en un mercado, las cosas no cambian mucho: también deben levantarse de madrugada, comprar su mercancía e iniciar las ventas a las siete u ocho de la mañana, esperar a los compradores, ofertar productos de calidad y atender amablemente para asegurar las ventas. La lucha por el comprador también se da en estos establecimientos.
Los comerciantes que expenden sus producto en su hogar, tienen relativa ventaja, cuentan con un local, la colaboración de la familia, pero también deben competir por atraer a sus clientes y lograr realizar buenas ventas para obtener una ganancia que les permita mantener a la familia a un empleado y pagar los impuestos que las autoridades determinan para realizar el ejercicio del comercio.
Esta es la vida del 58.8% de la población que habita en Chimalhuacán, el cual se preocupa por brindar un servicio de calidad, conseguir los mejores precios para atraer a sus clientes. Es una vida difícil: trabajan los siete días a la semana, con poco descanso para obtener lo necesario para alimentar a la familia, para dar estudios a los hijos y atender algunas enfermedades no graves, sólo para esto alcanza el dinero obtenido para una familia de cinco o seis miembros.
“Es mucho el trabajo, las penurias que pasamos para vender, a todo ello se suman las imposiciones de la actual administración morenista de Xóchitl Flores Jiménez, quien ignora a los comerciantes y a todos los vecinos chimalhuacanos porque antepone sus caprichos a los intereses de la población, no le importa a quien daña, solo le interesa justificar gastos y aparentar que está trabajando”, comentó Luz Reyes, locataria del mercado Zaragoza.
La dirección de comercio abusa de su autoridad
Desde que inició la administración, los tianguistas tienen que soportar el cobro de cinco, ocho o hasta 10 pesos para tener derecho a vender; además, tienen que pagar entre 30 y 50 pesos, por metro lineal, a los líderes.
Los comerciantes establecidos en mercados tienen que pagar hasta un 150% por la anualidad; en años anteriores pagaban poco, y el 50% se quedaba en el propio mercado para cubrir sus necesidades de mantenimiento y mejoras; ahora no se queda nada: los obligan a pagar o no obtienen el tarjetón de autorización.
Otro ejemplo de la intransigencia cometida contra los comerciantes, es lo ocurrido con el Mercado Nuevo Ignacio Zaragoza, en donde más de 200 comerciantes sufren acoso y vejaciones, con el objetivo de obligar a los locatarios a integrarse a las filas de Morena; como estos no aceptaron, la administración implementó una campaña de hostigamiento contra los vendedores, clausuraron el estacionamiento, más de una veintena de locales comerciales y anularon los derechos de pago de los comerciantes con el objeto de que la administración municipal se quede con ese espacio comercial construido para la gente, no para la administración municipal.
Otro caso son los comerciantes del mercado viejo Zaragoza, quienes fueron desalojados, el pasado 1 de febrero, de sus locales y un espacio al aire libre, llamado comerciantes de la carpa blanca, a quienes les quitaron sus pertenecías, los amenazaron y golpearon a todos los que se atrevieron a exigir la devolución de sus productos y pertenencias que tenían en sus puestos.
El golpe más terrible fue la prohibición del comercio informal en el primer cuadro de la cabecera municipal, dañando a miles de familias, a cientos de comerciantes que diariamente se ganan la vida ahí y ahora, por el capricho de la presidenta municipal Xóchitl Flores Jiménez, quedaron sin un lugar donde vender sus productos y en la indefensión.
Las nuevas disposiciones dañan seriamente a los vecinos de Chimalhuacán; el 58.8% que vive de las ventas queda en la indefensión, los comerciantes ambulantes no tienen alternativas de trabajo, los morenistas los echan a la calle y, por tanto, la pobreza en sigue en aumento.
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