Empezaré diciendo que me parece increíble, difícil de creer que el señor presidente de la república mexicana no se dé cuenta de la situación grave de miseria, pobreza e injusticia que vive el pueblo humilde y trabajador de todo el país y que todavía los convoque a una marcha creyendo que las tiene todas consigo; ya otras veces lo hemos dicho, la terca realidad se impone, es imposible tapar el sol con un dedo como tratando de sintetizar con este decir que la realidad no se pude ocultar ni para bien ni para mal, y para muestra un botón, he de decir que vivo en la zona Metropolitana de Monterrey; Santa Catarina, San Pedro Garza García, Gral. Escobedo, San Nicolas de los Garza, Apodaca, Guadalupe, Benito Juárez de los que más destacan en esta extensa metrópoli y no hay uno solo día de los últimos meses o lo que va del año 2022 que no haya tenido un suceso lamentable como muertes derivado de asesinatos, feminicidios entre otros.
Los abrazos no balazos no funcionan, el hambre es mucha, la gente no tiene forma de subsistir dignamente y esto los vuelve presa fácil de un trabajo fácil como es la venta, distribución y consumo de enervantes y mientras nuestro gobierno federal orquestando y organizando un circo entre maromas y ridiculizándose con la monta de un espectáculo pueril. ¿Que buscó nuestro
Hemos de decir que la manifestación de Estado cumplida el domingo recién pasado en la Ciudad de México, en provecho y servilismo del presidente, quedó muy por abajo de lo esperado, en buena parte de la población permeaba el ánimo que podía convocar más, acarrear más y ofrecer un espectáculo de masas amaestradas como no se había visto en el país. La terca realidad se impuso, no fue el caso. Haciendo una rememoración sin engañarnos, hubo mejores tiempos fuera del gobierno, López Obrador pudo convocar marchas parecidas en tamaño, pero más vigorosas y auténticas en espontaneidad y en enardecimiento. Se dice que en la multitud del domingo había algo de molestia sorda en reacción a la manipulación del acarreo, las consignas de asistencia obligatoria, la amenaza de sanciones salariales o clientelares, y la grosera cortesía de los supuestos más altos servidores de la nación, miembros del gabinete, legisladores, gobernadores y precandidatos.
La frase “Circo Maroma y Teatro”, es una expresión muy mexicana que significa, hacer hasta lo imposible con tal de obtener lo que se desea, pero la realidad nos supera, siempre será así. La verdad desnuda, realidad por más desalentadora de los análisis económicos, el ahogamiento de la economía, la disfuncionalidad de la separación de poderes, los problemas sistémicos y estructurales agravándose día con día, creando un entorno adverso para el desarrollo del país.
El gobierno de la cuarta transformación está en su fase terminal y no hay cómo disfrazar que no lo está. Imposible e incomprensible contar la historia, como lo quiso hacer el presidente, de logros que no se obtuvieron, de compromisos que no se cumplieron, de transformaciones que se quedaron en desarticulaciones y destrucciones.
La esperanza derivada de las promesas, fueron claras y magnas, como el erradicar la corrupción, terminar con la violencia, reducir la desigualdad y la pobreza, crecer al 4 y al 6 por ciento, regresar al Ejército a los cuarteles, tener un sistema de salud como el de Noruega o Finlandia etc.
¿Qué hay de todo esto que se dijo en campaña?, nada nada de eso existe hoy en día, todo lo contrario, la corrupción enlodo y manchó a mucha gente, incluyendo a familiares y colaboradores del presidente, y a él mismo, como Rey del Cash, la pobreza y la desigualdad aumentaron, la violencia sin castigo y más grande que nunca. Militarizó espacios fundamentales como las aduanas marítimas (puertos) y terrestres (carreteras y vías férreas). Una pandemia mal atendida que se cuenta entre los más altos decesos del mundo por la COVID 19, además añadámosle que no menos de cincuenta millones de mexicanos perdieron el servicio del Seguro Popular. Y en el año en curso una inflación para variar mal atendida por los economistas de la cuatro T, ya que el paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC), lanzado por el gobierno, simplemente no dio resultados, afectando drásticamente en los bolsillos de la clase trabajadora, ampliando la brecha de la desigualdad social y el número de personas en situación de pobreza.
Aun sirviendo las cosas se acaban, cada gobierno marca y dicta el trecho de su existencia, cosechan lo que siembran.Anteriormente dijimos, la terca realidad se impone y es difícil ocultarla, es como querer tapar el sol con un dedo. Los éxitosson imposibles de inventar, y no hay dinero que alcance para pagar la espontaneidad ni el entusiasmo por lo no ejecutado. Hasta ahora nada ha marchado de acuerdo con lo prometido, tampoco la marcha del domingo. Es momento de que el pueblo trabajador se dé cuenta y evite caer de nuevo en la tentación de votar por los falsos profetas del proletariado.
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