Desde que la 4T tomó en sus manos las riendas del país, muchos son los sectores que han sido perjudicados con el presupuesto de egresos proveniente del Gobierno federal; los campesinos, por ejemplo, fueron víctimas de los recortes de los programas para el campo.
También, la 4T recortó el presupuesto para la infraestructura carretera, con la desaparición del recurso asignado para el Ramo 23, y millones de mexicanos perdieron toda esperanza de contar con los servicios públicos básicos, como el agua potable, drenaje, electricidad, pavimentación de calles, mejoramiento de viviendas. También redujo los apoyos a los sectores deportivo y cultural.
Sin el menor recato y con una crisis sanitaria encima, vimos como el sector salud, con todo su personal, fue sacrificado, no valió el cambio de condiciones, ni la rápida expansión del virus o el número de muertos.
El pueblo de México, sobre todo el que no pudo darse el lujo de seguir las recomendaciones de permanecer en casa so pena de morir de hambre junto a su familia, se vio obligado a probar suerte y sacó los peores resultados. Hasta el momento la Secretaría de Salud reconoce que, con base a las actas de defunción, los números rebasan los 460 mil fallecimientos, y estima que tenemos casi 6 millones de contagiados de covid-19, eso sin contar con que muchos mexicanos que, a pesar de que presentaban síntomas, nunca acudieron a hacerse una prueba para confirmar la enfermedad, ya sea porque no les permitían faltar al trabajo o bien porque con su escasos ingresos no podían pagar el costo de una, pues por si fuera poco, entre los meses de enero y febrero, el precio de las vacunas pasó de 350 pesos hasta 800 pesos, también quedan fuera de las estadísticas oficiales los que, por temor a agravar su situación, tuvieron que hacerse las pruebas en su domicilio pero para ello pidieron préstamos para pagar los mil 800 pesos que costaba.
Y justamente, cuando podríamos pensar que no podemos estar peor, en días pasados la secretaria de Educación federal, Delfina Gómez, anunció, el cierre de las escuelas de tiempo completo debido a que será prioridad la infraestructura de los planteles educativos, ya que durante la implementación del programa Aprende en Casa, otro fracaso de AMLO, estos fueron vandalizados. El programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) hasta el momento atendía a poco más de 3. 6 millones de niños que, además de las tareas académicas, tenían garantizado su desayuno y comida gratuitos, así como una educación integral en la cual se privilegiaba la práctica de las bellas artes.
La intención de dicha medida queda más que evidente, pues, como es sabido, los programas de la actual administración tienen como único objetivo garantizar que los mexicanos menos politizados dimensionen de manera errónea los apoyos que la 4T otorga al pueblo sabio. Explico: antes de que el programa de ETC fuera suspendido ya existía un programa llamado “La Escuela es Nuestra”, en dichos programas el gobierno aporta directamente a las mesas directivas, previamente seleccionadas por sus asesores, el recurso para aplicar sin garantizar que quienes lo reciben cuenten con la capacidad administrativa o conocimiento técnico para la construcción de la obra, lo que, como se ha documentado, ha traído que en varias obras no se alcance la meta proyectada porque no se aplica de manera clara el recurso que se recibe.
Ante todo esto, la 4T no dice nada, y demuestra con ello que, en el fondo, lo que su política busca no es ver cómo remontar de manera práctica y eficiente la preparación académica del alumnado, sino crear esa sensación de gratitud por parte de los padres de familia que puedan. en un momento dado, manifestar su simpatía en las urnas electorales; es decir, que la 4T antepone sus intereses mezquinos sobre los de miles de niños que necesitan urgentemente que su educación sea integral y la posición consecuente de un gobierno que se dice del pueblo debería ser buscar la forma de brindarle precisamente esa educación, pero lo que ha hecho hasta la fecha ha sido buscar la forma de eliminar los pocos programas que hasta antes de su administración ya existían.
Considero necesario unir mi voz a la de miles de jóvenes, maestros y padres de familia que han manifestado su inconformidad con la medida arbitraria e irresponsable que las autoridades federales han tomado en contra la educación de los mexicanos.
No hacerlo así, aceptar que se sigan pisoteando los derechos de los más desprotegidos y no levantar la voz, es aceptar que de un plumazo se maten las pocas garantías individuales tan necesarias ante un gobierno autoritario y represor como el actual. No lo permitamos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario