En diciembre de 2019, los medios de comunicación señalaron que las autoridades de la República Popular China habían encontrado un nuevo virus en un mercado de mariscos y animales vivos, en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, el cual se propagaba rápidamente, por lo que el último día de ese año informaron de la situación a la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo con el portal español ConSalud.es, el gigante asiático tomó medidas drásticas de manera rápida, fue "la aplicación de lo que algunos estiman como normas básicas y viejas de salud pública con un rigor nunca antes visto en la historia”. El mismo medio señaló que, en primer lugar, el gobierno cerró la ciudad de Wuhan; posteriormente, recluyó en sus hogares a 1,400 millones de chinos, e instrumentó "los controles de tráfico, la cancelación de actos multitudinarios y de cualquier actividad grupal, los miles de controles de detección del virus en calles y edificios, el lavado de billetes y la puesta en marcha de casi 2,000 equipos profesionales epidemiológicos”. En suma, lo que hizo el gobierno chino fue localizar los casos de contagio, aislarlos y limitar sus movimientos. El actuar del país comunista fue elogiado por Bruce Alyward, líder de expertos de la OMS, quien además dijo que fueron esenciales las limitaciones estrictas de movimientos en Wuhan, el cierre de las fábricas y la reanudación ordenada de la producción, el tratamiento científico ágil y la construcción de hospitales especializados en la lucha contra la covid-19.
El siguiente paso de los gobernantes chinos fue impulsar la recuperación económica, que se vio reflejado al final del año 2020, pues la única economía que tendrá crecimiento, dentro de los países desarrollados, será la china. El investigador Raúl Jaime Maestre detalla que la nación asiática se planteó tres objetivos a corto plazo para la reactivación tras la pandemia: 1) apoyar a las empresas para evitar impagos y quiebres; 2) compensar las pérdidas generadas por coronavirus a empresas y familias; y 3) estimular la actividad económica para acelerar la recuperación. Jaime Maestre también señala que: "El Gobierno de China ha puesto en marcha un paquete de medidas económicas y fiscales de más de 322 mil millones de euros, para fomentar la inversión pública, aumentar el gasto en el sector sanitario y eliminar o reducir la carga fiscal para aumentar la inversión y el consumo”. Asimismo, el gobierno comunista ha puesto en marcha paquetes para refinanciar y dar créditos a empresas por un valor de 137 mil millones de euros.
Cualquiera que tenga un mínimo de inteligencia puede ver que este panorama contrasta con la desastrosa gestión de la pandemia en Estados Unidos o Brasil, pero también con las políticas erráticas de varios países europeos. ¿Qué hay detrás del milagro chino?, ¿cómo pudieron sus líderes movilizar exitosamente a médicos, profesionales y pueblo para contener la pandemia? No hay duda de que la respuesta es que esta nación está encabezada por una organización política sólida, el Partido Comunista de China, que tiene más de 70 años guiando los destinos de su pueblo de manera exitosa, sobre todo a raíz de la apertura económica de la década de los años 70, que ha catapultado al país a los primeros planos económicos del mundo y, por ende, a aumentar su importancia política.
El liderazgo del Partido Comunista, que ha reiterado su adhesión al marxismo, ha permitido el éxito económico, la desaparición de la extrema pobreza, la estabilidad social y política y, en este año recien terminado, el control de la pandemia de covid-19. El presidente Xi Jinping no pasó por alto la importancia del partido en su mensaje con motivo del año nuevo, donde se celebrará el centenario de esta formación política: "En el año 2021 se celebrará el centenario de la fundación del Partido Comunista de China. La expedición de cien años ha sido impetuosa. Las aspiraciones originales de hace cien años se han mantenido firmes con el paso del tiempo (…) El Partido se ha preocupado por las grandes causas que dirigen a los grandes logros de la historia, mostrando su mejor aspecto en los cien años de desarrollo. Persistiendo en el principio de centrarse en el pueblo, siendo fieles a las aspiraciones originales y teniendo presentes las misiones, desafiando el viento y las olas, alzando las velas y navegando lejos, alcanzaremos, sin duda alguna, la gran revitalización de la nación china”.
Por lo anterior, y por otros aspectos que no podemos detallar en este pequeño espacio, decimos que la República Popular China es un ejemplo para el mundo entero, particularmente para las clases trabajadoras, que pueden ver cómo la organización de las masas, ligada a una poderosa teoría para entender y transformar la realidad, con un liderazgo sólido, puede crear verdaderos milagros.
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