La idea o proyecto de lo que se ha conocido más comúnmente como ‘casas de estudiante’ se dio hace más de cien años, más precisamente en la época porfirista cuando se inicia con el proyecto de la Casa Nacional del Estudiante en 1904, y su construcción material en 1910, y que actualmente sigue existiendo en el corazón de la Ciudad de México. Desde entonces hasta la fecha el proyecto de casas de estudiantes ha tenido avances y retrocesos, pero, lamentablemente, dicho proyecto es casi desconocido por gran parte de la población estudiantil y claramente no ha sido respaldado por los gobiernos de ninguno de los tres niveles.
Pese a este olvido gubernamental, hay buenas acciones al respecto y es el caso particular de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR), organización que retoma las luchas de los estudiantes, y nace a principios de 1999 manteniéndose como la única organización que defiende los intereses de la educación de los niñas, niños y jóvenes de nuestro país. La FNERRR desde su nacimiento se planteó el objetivo de luchar por que los estudiantes tengan las condiciones de infraestructura material mínima que se requiere para estudiar, el acceso universal de la educación para todos aquellos en edad de estudiar y que ésta sea gratuita.
Claramente el proyecto de casas del estudiante es una alternativa real para que jóvenes de escasos recursos que no tienen las condiciones para continuar sus estudios profesionales en las principales ciudades del país, debido a los altos costos de hospedaje, transporte, alimentación, materiales escolares y servicios, tengan una oportunidad para lograrlo. Por ello era necesario continuar con el proyecto de casas del estudiante que el gobierno había dejado de impulsar por el poco de interés para que los estudiantes de las localidades más alejadas y humildes del país tuvieran la oportunidad de estudiar en las mejores universidades.
En esta tónica, la casa del estudiante “Enrique González Martínez” es una de las más de 70 casas del estudiante que la FNERRR a lo largo y a lo ancho del país ha fundado para dar las condiciones básicas para los estudiantes de las clases pobres. La casa Enrique González Martínez es fruto de la lucha organizada de miles de estudiantes que, antes de los recortes presupuestales a obras y servicios que el gobierno de López Obrador instrumentó en el primer año de su mandato, se gestionó para que del Presupuesto de Egresos de la Federación se contemplará un recurso para su construcción.
Además, desde el ámbito presupuestal, los datos arrojan que México es de los países donde el gobierno no destina los recursos suficientes para el desarrollo educativo de su población. La UNESCO y la Ley General de Educación estiman que el porcentaje que debe asignarse a la educación debe ser mínimamente del 8% del PIB, de lo cual el gobierno solo destina en promedio el 3.2%. No existe un plan de gobierno, y mucho menos con el gobierno de López Obrador del cual hemos visto solamente políticas improvisadas para atender la crisis educativa, y políticas electoreras con miras a perpetuar en el gobierno a su partido Morena con las becas “Benito Juárez” para impulsar la educación. Nuestro país necesita, y sobre todo la niñez y juventud, un plan real que les permita adquirir las herramientas necesarias para ayudar a desarrollar económica y socialmente a México, al ser ellos quienes en un futuro no muy lejano tendrán que producir la riqueza de nuestro país.
Ante este panorama, las casas del estudiante afiliadas a la FNERRR no solo tienen el propósito de dar condiciones materiales básicas. Dentro de estas se practican actividades deportivas y culturales con el fin de los que los jóvenes fortalezcan tanto su cuerpo como su espíritu y se formen como profesionistas que ayuden a cambiar la situación del pueblo pobre de México.
La Casa del Estudiante “Enrique González Martínez” de Guadalajara, se alza como alternativa para combatir la crisis educativa en el estado y el país, y abre sus puertas para recibir a estudiantes de preparatoria y universidad que deseen continuar preparándose para un mejor futuro para todos.
¡Bienvenidos, estudiantes!
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