MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Campechanos castigados por la pandemia, la tormenta y el Gobierno federal

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Campeche, desde antes de la pandemia, ya sufría por la pobreza causada por la injusta distribución de la riqueza.Ocupaba el décimo lugar en pobreza del país, tenía más del 67% de campechanos sin seguridad social, más de 57% trabajando en el sector informal, una economía con clara tendencia al decremento, y solamente un 18% de campechanos sin carencias ni en servicios ni en salario, es decir que el 82% sufriendo de por lo menos una carencia o todas; todo esto antes de que nos cayera la pandemia del coronavirus; la contingencia sólo vino a castigar aún más a los campechanos, pero sobre todo a los más pobres.

En este contexto recibimos la visita del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, y con él, el paso de la Tormenta tropical Cristóbal, que ha dejado desolación y daños en buena parte de la geografía, y en algunos casos, dejó a nuestros paisanos campechanos con solamente lo que traían puesto.

Todo el Sureste mexicano ha sufrido esta trilogía de males, y nuestro Presidente, en su visita por la región, no supo o no quiso ver los estragos provocados por el meteoro, y prefirió dedicarse, como quien no ve o no siente, o como si estuviese privado de sus facultades de percepción, a dar banderazos de arranque a la obra de construcción del Tren Maya.De manera que, a los estragos de la pobreza, la pandemia y de la tormenta tropical Cristóbal, se viene a sumar la indiferencia del titular del ejecutivo federal, que es quien maneja los recursos de la nación y puede decidir apoyar a los damnificados y evitar otras desgracias que pueden caer sobre quienes hoy les llueve sobre mojado.Muchos requieren apoyo urgente para reconstruir sus casas, recuperen sus cosechas o su ganado y rehacer su vida económica, para poder seguir manteniendo a sus familias.

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No sabemos cuándo va a poder reactivarse la vida productiva en todas sus áreas, y son muchos los campechanos que hoy ya no tienen para comprar alimentos y se ven empujados por el hambre de sus familias a salir a buscar el alimento, arriesgando su propia vida y la de sus mismas familias, pues el virus está en su fase más aguda.

Al momento de escribir esto, se reportan oficialmente contagiados por el coronavirus SARS-CoV-2, más de 124 mil y las defunciones ya son 14,649, mientras contamos aún con 18,904 casos activos.En Campeche las cifras son de 891 casos confirmados, 106 defunciones, 130 casos activos (es decir, que se han contagiado con el virus en las últimas dos semanas) y 628 personas recuperadas.

Los números no mienten, la Pandemia ni se ha domado ni se puede ver con cierto grado de certeza cuándo alcanzará su máximo nivel, ni cuándo empezará a aplanarse la curva, mucho menos cuándo sea posible la apertura a la nueva normalidad sin correr el riesgo de provocar un re aceleramiento de los contagios y las muertes.Lo único que sí se puede ver es que las proyecciones que hizo el Gobierno federal a través de la Secretaría de Salud (SSa), fueron un absoluto error, fruto de la incapacidad para realizar las proyecciones o bien un ocultamiento intencional de lo que podría significar la pandemia, a la que desde el principio se le tomó con mucha ligereza e irresponsabilidad.

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A finales de marzo, por ejemplo, en una reunión institucional, convocada por el Presidente en Palacio Nacional, frente a todos los titulares del Gobierno federal, la SSa y su titular Jorge Alcocer, así como el subsecretario Hugo López-Gatell, el director del Insabi, Juan Ferrer, le informaron al gabinete la cifra estimada de mexicanos que morirían por este nuevo virus, cómo sería la evolución del contagio, cuántos de estos infectados requerirían hospitalización, cuántos terapia intensiva y con base en esas cifras estimar la capacidad hospitalaria del Sistema de Salud y las medidas a tomar en adelante.La importancia y trascendencia de semejante información, se entiende perfectamente, y era fundamental para salvar la vida de los mexicanos.En ese informe el subdirector Hugo López-Gatell proyectó que, en el mejor escenario se presentarán 400 víctimas mortales, y en el peor serían hasta 2 mil, se pronosticaba el pico de la pandemia para los primeros días de mayo y cese de los contagios para los primeros del mes de junio.Cuando ya estamos en el primer tercio de junio, la diferencia con los fallecimientos reales hasta el momento (cuando todavía habrán de fallecer quién sabe cuántos mexicanos más), que ya son más de 14 mil, es de ya más de 700%.Es una diferencia gigantesca y revela total incapacidad e irresponsabilidad en un asunto tan grave y que está causando miles de muertes que pudieron prevenirse y evitarse.

Urge tomar con seriedad los problemas de los mexicanos, pues es precisamente el Gobierno federal quien tiene los instrumentos, los recursos y aún la obligación de hacerlo, pero los hechos nos dicen que es necesaria y urgente la exigencia activa y decidida de parte de todos los mexicanos para levantar nuestra voz y decirle al Presidente que debe voltear a ver la realidad, que debe preocuparse por la vida y la seguridad de los mexicanos y debe replantearse las estrategias de previsión, y sobre todo las líneas de acción con base en la realidad, que nos dice que México va a romper todos los récords de contagios y muertes si no se toman medidas urgentes y efectivas para evitarlo, entre las cuales, creemos, se debe destacar: continuar con la contingencia y el confinamiento de los mexicanos hasta que se vea que realmente la tendencia de los contagios está a la baja y acercándose a cero, como lo han hecho en otras naciones.Y para ello se hace indispensable apoyar a las familias con alimentos, para que puedan quedarse en casa, pues no ocupan otra cosa y estamos seguros que, con esa garantía, podrán resistir el confinamiento el tiempo que sea necesario hasta que las acciones del SSa y de todo el país en su conjunto nos haya permitido domar a la pandemia.Prolongar el confinamiento y un Programa Nacional de Distribución de Alimentos.No hacer alguna o ninguna de estas dos acciones, significa un crimen contra los mexicanos y traería una responsabilidad que no podrá evadir el Gobierno federal ni los Gobiernos de los estados que se lo permitan si hacer nada.

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