El circo sigue en función, y aunque de manera abierta ya existen los llamados destapados, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, con el pretexto de pedir aval a la reforma militar, la cual se extendería hasta 2028 para que haya presencia militar en labores policiales, ha visitado casi todos los estados de la república mexicana, lo que muchos lo han señalado como el inicio de su campaña para llegar a ser el presidente.
El nacido en Paraíso, Tabasco, señala que la historia juzgará la actuación de los legisladores y funcionarios públicos considerando como inaceptable para él y los morenistas que alguien no esté a favor de su propuesta, dice que los legisladores deben reconocer que el país no cuenta con policías suficientes y capacitadas para enfrentar a la delincuencia.
Además afirma que hasta el PRI, siendo opositor de Morena, ha estado a favor de esa iniciativa, sin embargo, sabemos que no es por buena voluntad y en beneficio de México, que integrantes de ese partido están a favor, sino por beneficio propio, sino preguntémonos cuántos priistas se han ido a Morena. Con su discurso de que ahora lo que importa es México, la seguridad, la paz para todos los mexicanos, sigue promoviendo algo que para muchos nos regresará a tiempos peores a los del Negro Durazo, ya que ellos no están preparados para realizar labores de seguridad pública.
De acuerdo con los expertos en política de seguridad, lo que está haciendo Morena es blindarse para mantener el poder como lo hicieron los priistas hace mucho tiempo y romper el récord de mantenerse setenta años en el poder; veamos por qué: ya el Senado aprobó la reforma constitucional para que los militares se mantengan en las calles hasta el 2028, previamente, se aprobó la ley que modifica la estructura civil de la Guardia Nacional para pasarla al control operativo y administrativo de la Secretaría de la Defensa Nacional, a pesar de que esa ley es inconstitucional ya que en el artículo 21 de la Constitución establece: “las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil”, la medida aprobada no proviene de una reforma constitucional sino de una ley que cambia el enfoque de la Guardia, ignorando nuestra Carta Magna, pero sabemos que el poder corrompe y hará todo por mantenerse ahí.
Además, no es nuevo todo el poder que se le está dando al ejército, el gobierno federal manda al ejército para construir aeropuertos, trenes, manejar sucursales bancarias, aduanas, y hasta operar una línea aérea y una empresa de turismo, cuando eso no corresponde con lo que la constitución, no es sólo que el ejército esté en las calles la molestia de la población, sino el poder que se le está brindando, ese poder riesgoso de que, aunque al mando esté un civil, lleve a que si el que manda le diga mantén en vigencia mi partido, el ejército obedezca. Es iluso pensar que los elementos del ejército no pueden corromperse.
El tener al ejército no es el camino para mantener la paz en México, no se respetarán los derechos humanos, esa fuerza servirá para reprimir y desaparecer a opositores aquellos que no estén de acuerdo con el gobierno en turno; y ya sabemos quién será el gobierno en turno; no es ser alarmista, ya la historia nos lo ha demostrado; por el contrario, se necesita estrategias de seguridad pública, prevención del delito, fortalecimiento de las policías, coordinación entre órdenes de gobierno y un presupuesto para aplicarlo puesto que sabemos que la delincuencia tiene mejores armas, y la pregunta es cómo es que no saben cuándo y por dónde ingresan, si ellos tienen el control de las aduanas.
La ciudadanía se ha manifestado, ya que existen muchos problemas aparte de la inseguridad que prevalece en nuestro país, sin embargo, estas demostraciones de rechazo no bastan, se necesita de manera urgente que tengamos en el poder una persona sensata que realmente vea por el país, que voltee a ver a los más desprotegidos, y esto sucederá cuando sea alguien que emerja del pueblo y no de uno que buscó muchos años el poder hasta que llegó a él, sólo para satisfacción propia y se lo heredará a los de su partido, ya lo dijo en una frase Ignazio Silone. “La tentación del poder es lo más diabólico que puede estirar hasta el hombre, aun si satanás se atrevió a proponer a Cristo. Con él no podía, pero se las arregla con sus asistentes”.
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