El terrible caso del niño Tadeo, cuyo cuerpo fue usado para meter droga al penal de San Miguel y arrojado a la basura, refleja que Miguel Barbosa Huerta no tiene ningún control en el estado. En estos días, Barbosa ha vuelto a ser noticia nacional. Y de las malas. No es la primera vez que sucede.
Recordemos que cuando la exgobernadora Martha Érika y su esposo Rafael Moreno Valle fallecieron en un accidente, Barbosa se burló y dijo que “Dios los castigó”. El premio desde la presidencia fue convertir a Barbosa en gobernador.
A inicios de 2020, 150 mil estudiantes y universitarios marcharon para exigirle a Barbosa seguridad, luego de que tres estudiantes de medicina fueran brutalmente asesinados. ¿Qué hizo Barbosa? Nada. Absolutamente nada.
En marzo de 2020, cuando al país llegó la pandemia del covid-19, el gobernador se hizo famoso porque dijo que solo se contagiaban los ricos y que la vacuna era un mole de guajolote. En dos años, más de 16 mil personas han muerto por Covid, según cifras oficiales. Pero los organismos independientes sostienen que la cifra real supera los 35 mil muertos. ¿Qué hizo el gobernador para salvarle la vida a los poblanos? Nada.
Veamos ejemplos más cercanos. En este diciembre, reprimió dos manifestaciones: una para evitar que alumnos de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) llegaran al Congreso en donde él rendía su informe; la otra de conductores de Uber y Didi que protestaban contra las tarifas emitidas por el gobierno.
El 18 de enero, durante la marcha de Antorcha Magisterial rumbo a la SEP, más de 300 granaderos armados les impidieron el paso y estuvieron a punto de reprimirlos. No es la primera vez que Barbosa nos reprime. A finales de 2019, la Guardia Nacional llegó a Tecomatlán para amedrentar a jóvenes de la Villa Estudiantil. En 2020, pisoteando la ley y comprando al Instituto Electoral del Estado, tumbó al nuevo partido que más de 350 mil poblanos estábamos creando: el Movimiento Antorchista Poblano. En el mismo año, el gobierno de Barbosa usó al aparato policíaco contra nosotros: inventó delitos a la líder Rosario Sánchez; envió a agentes de la Fiscalía a quitarnos la Casa de Cultura de Balcones y a la Guardia Nacional a intimidar a los colonos. Ahora, como no le gustó la marcha contra la SEP, inventa denuncias contra líderes antorchistas para que le paremos a las protestas.
Pero en Puebla, Antorcha no es la única que protesta. El 14 de enero, gente de Zinacatepec, de donde es originario Barbosa, protestaba por el cobro del Derecho de Alumbrado Público (el famoso DAP), cuando fueron reprimidos por la Policía Estatal. En la Sierra Negra, se sabe que Barbosa apoya a los caciques, como en Coyomeapan, en donde encarceló a los críticos del cacicazgo de los Celestino Rosas.
El 20 de enero el zócalo se convirtió en zona de guerra al enfrentarse policías contra comerciantes que acusaban el retiro injustificado de sus puestos. Por último, el 22 de enero, mujeres que se dedican al comercio vía redes sociales, denunciaron que la policía estatal levantó a una de sus compañeras, quien vende calcetas, con acusaciones de narcomenudeo.
Estos abusos de poder, junto al nulo apoyo a la ciudadanía, han puesto a Barbosa en los últimos lugares de aprobación: Arias Consultores coloca al mandatario en el lugar 31 del ranking con apenas un 12.5% de aprobación, es decir, un rechazo de 87.5%; Los poblanos lo rechazan abiertamente.
Los poblanos debemos analizar en estos sucesos y concluir que los gobiernos de Morena son un desastre. Y ¿quiénes pagamos los platos rotos? Los pobres, los mismos de siempre.
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