En el Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2023 de la Secretaría de Bienestar, se reconoce que la pobreza afecta a poco más de 812 mil personas de una población de 1.8 millones que habita en los 11 municipios del Estado de Quintana Roo. Es decir, casi la mitad de la población de Quintana Roo se encuentra en una condición de pobreza que aumentó en más de 310 mil personas desde hace una década.
En dicho documento se expone que la mayor cantidad de habitantes en situación de pobreza se ubica en Cancún, Solidaridad y Othón P. Blanco, mientras que donde menos ha proliferado esta condición es en Isla Mujeres, Lázaro Cárdenas y Cozumel.
Asimismo, el cálculo de la pobreza se hizo sumando la cantidad de personas pobres en situación moderada que con casi 640 mil habitantes que representan 35.3% de la población, y la pobreza extrema que impacta a 172 mil 500 habitantes, que representan a 9.5% de los habitantes totales.
Por su parte el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) define a la pobreza extrema cuando alcanza a quien tiene tres o más carencias de seis posibles del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo, y aun si dispusiera de todo su ingreso a los alimentos no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
Al comparar las cifras más recientes con el reporte de la Medición de la Pobreza en Quintana Roo de 2015 y 2010, se determinó que la mayor cantidad de personas pobres están en el municipio de Benito Juárez que paradójicamente recibe a la mayor cantidad de turismo.
Pese al escenario nacional, el panorama estatal y sobre todo los planes de la 4T, en nada benefician al pueblo quintanarroense, por el contrario, los condena y somete más a la miseria y desigualdad social
A esto se adjunta un cúmulo de injusticias que enfrentan los quintanarroenses más vulnerables, en sus comunidades y colonias populares, ya que muchas de esas personas no tienen vivienda, agua potable, alumbrado público, sus calles están como en la edad media porque hasta allá no llegan los servicios públicos a los que tienen derecho, y lo peor es que los salarios son de hambre, ya que apenas les alcanza para mal comer. Esta es la suerte que aguantan cerca de la mitad de la población quintanarroense.
México es la decimocuarta economía del mundo por volumen de PIB. Pero, paradójicamente, vivimos en un país tan desigual que sólo 10 empresarios cuentan con más riqueza de lo que gana más de la mitad de la población. Y, desafortunadamente, los pobres no saben si reír o llorar, porque sus bolsillos siguen vacíos mientras saben que los mexicanos son los que más horas trabajan en América Latina; trabajan durante más tiempo y ganan menos de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Pese al escenario nacional, el panorama estatal y sobre todo los planes de la 4T, en nada benefician al pueblo quintanarroense, por el contrario, los condena y somete más a la miseria y desigualdad social, pues no hay mayor injusticia contra un pueblo que el gobernar con promesas incumplidas, lamentablemente así actúan muchos gobernantes y el de Quintana Roo no es la excepción.
Por ende, la clase trabajadora, que a diario lucha por sobrevivir al inhumano olvido al que los tienen sometidos, porque la promesa de erradicar la pobreza, la miseria y los demás males que arrastra esa situación, aún no se vislumbra en el horizonte social, por esta razón, el pueblo tiene que despertar del sueño profundo en el que se encuentra porque los de la 4T no van velar por los intereses de los de abajo, porque estos representan y protegen a otra clase social, a los pudientes, los dueños del dinero.
Los quintanarroenses no podemos ser conformistas, esa es la consigna que pregonan los enemigos del progreso, que el pueblo esté bien, pero en su pobreza y sufrimiento. Rechacemos cualquier clase de planteamientos que condenen a los pobres a la servidumbre, hay que tener claro que los gobernantes del partido guinda no son de izquierda, no nos engañemos.
Urge que el pueblo se libre de las cadenas que los tiene atados y cegados, y se decida a luchar para crear una gran fuerza social popular imparable capaz de gobernar el país, sólo así podremos acabar con los lastres al que hemos sido sometidos. Conste.
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