Durante más de una mañanera, el Gobierno federal, en voz del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dado gritos de gloria por el importante aumento en las remesas al cuatro por ciento del PIB en 2021 para la economía mexicana, sin embargo, no da la mínima explicación sobre sus causas.
El aumento en las remesas es directamente proporcional al aumento de la migración, por lo que al celebrar las remesas celebramos la migración, lo que representa una falta de respeto para los paisanos residentes en Estados Unidos (EE. UU.), principalmente, siendo ellos los que sacrifican todo lo que los arraiga a su país de origen por una vida mejor.
La migración es el cambio de residencia de un país a otro. En el caso de los países de Latinoamérica el país destino al que la gran mayoría de los migrantes aspira a llegar es EE. UU. buscando el tan anhelado sueño americano. Tan solo en 2018 eran 12.3 millones de personas nacidas en México que residen en ese país, el 9.4 por ciento de la población actual en México.
Según datos de Inegi, entre 2018 y 2020, salieron de México 802,807 personas, el 47 por ciento con edades entre los 18 a 29 años y 25 por ciento entre 30 a 44 años, siendo los primeros la edad perfecta que requiere la gran industria para la producción. El 67.5 por ciento de los que migran son hombres y el 32.5 por ciento restante, mujeres. Las entidades que mayor migración presenta son Guanajuato (7.8 por ciento), Jalisco (7.5) y Michoacán de Ocampo (6.3 por ciento).
La migración no ha dejado de ser la solución para muchas familias mexicanas, a pesar de las consecuencias que ocasiona en las mismas y lo peligroso de realizarlo ilegalmente; se ha convertido en una necesidad, en apariencia, para quienes buscan una vida mejor y quieren evitar que los familiares que se quedan en el país de origen continúen sufriendo por la falta de las necesidades básicas de subsistencia.
Todo esto a ¿cambio de qué? De que el migrante tenga que entrar, si bien le va, en lo inmediato a las fábricas o en el peor de los casos permanezca en el ejército industrial de reserva, en espera de que llegue un patrón que necesite de sus servicios, pudiendo ser unas horas, unos días o por tiempo indeterminado, claro está, que todo esto bajo un contrato informal que pone en total desventaja al que vende su fuerza de trabajo.
Debido a la intensidad de su trabajo, con el paso del tiempo ven su capacidad productiva desgastada en una etapa relativamente temprana de su vida, y después son descartados y marginados de la sociedad, reemplazándoseles por nuevas oleadas de inmigrantes, que como mencionaba van aumentando el número el ejército industrial de reserva.
Pero, ¿Por qué migran? Las principales causas de la migración son la falta de empleos bien remunerados y con seguridad social, y la inseguridad que invade nuestro país. Es claro que existen otras causas, pero estas dos representan en su mayoría lo que mueve a los migrantes a tal aventura, que en algunos casos se vuelve realidad, sin embargo, muchos quedan en el intento. Seria ser alcahuete decir que es asunto externo al Gobierno federal, cuando la realidad nos dice que los responsables directos de la falta de empleos y una alta inseguridad son ellos. El apoyar las políticas fallidas del gobierno actual, en materia de economía y seguridad, es contraproducente a la situación de migración en la que se encuentre por lo menos un familiar o conocido.
La única salida para que los mexicanos no tengan la necesidad de emigrar sería asegurarles: un empleo digno y bien remunerado con el cual tenga la capacidad adquisitiva suficiente para satisfacer sus necesidades materiales básicas: alimentación, seguridad, servicios básicos, salud, educación. ¿Lo hará el gobierno actual? ¿Es realmente un gobierno a favor de los más necesitados? ¿Será AMLO el salvador que muchos mexicanos siguen esperando?, no existe por lo menos la mínima posibilidad que así sea, basta analizar sobriamente los actos de corrupción en el gobierno actual, el nido de corruptos que hay dentro del gabinete federal, la medidas en materia de economía y seguridad, el uso que le dan a los apoyos económicos directos, tomar muy en serio la afirmación del presidente “con su gobierno a ningún rico le ha ido mal” para saber que nos espera los dos años restantes del actual gobierno.
No esperemos porque no vendrá un salvador, un mesías que cure a nuestro país de todos sus males; nuestra tarea real es educarnos y organizarnos para poder analizar cada palabra que nos dicen los políticos actuales cuando vienen a endulzarnos el oído en tiempos electorales, para poder participar activamente y poner los representantes que el pueblo tanto necesita, es decir, dar la lucha política por la dirección de nuestro país a favor de los que producen la riqueza.
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