Después de concluir la jornada electoral en la entidad tabasqueña y estar a escasos tres meses de concluir las actuales administraciones en los 17 municipios que conforman el estado, la situación de las familias lamentablemente siguen siendo cada vez más precarias que hace tres años, no es mi intención decir que la culpa de todas las desgracias que se han suscitado en este tiempo es solo y absolutamente culpa de estos gobernantes, no, pero mucha parte de la culpa si lo tienen. Por dar algunos ejemplos muy evidentes, durante el inicio de esta pandemia de Covid-19, no se tomaron las medidas pertinentes para que la población no se viera afectada, es más, al principio el mismo mandatario del Ejecutivo decía; “Salgan, abrácense, bésense, no hay ningún problema” y todos lo escuchamos decir repetidamente que ya “tenemos domada la pandemia”, lo mismo se replicaba en la entidad, no se tomaron medidas serias si no hasta que decenas empezaron con los síntomas y hubo los primeros decesos por el virus, aunque “medidas serias sólo es un decir” por qué en la realidad a los trabajadores del sector salud no se les equipo con las herramientas necesarias para hacerle frente a tan terrible virus, en muchos casos fueron los mismos trabajadores quienes por sus propios recursos compraban material como el cubrebocas, caretas, guantes, etc. Para poder atender a los ciudadanos.
Es más, el gobierno del estado no sólo se quedó de brazos cruzados, si no que además recortó el presupuesto de este sector, uno de los datos más actuales en el informe de la evolución de las finanzas de Hacienda Pública que entregó la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado de Tabasco a la Cámara de diputados el pasado 30 de abril en donde se da cuenta de las modificaciones realizadas por el Poder Ejecutivo donde al menos diez centros de atención médica verán afectado su funcionamiento durante el actual ejercicio fiscal, por el recorte del presupuesto que hizo el titular del Poder Ejecutivo estatal al monto aprobado por el Congreso del estado para cada unidad médica. Siendo los más afectados, el Hospital Regional de Alta Especialidad de la Mujer, al que le redujeron 18 millones 555 mil de pesos, o casos gravísimos como el Hospital Comunitario de Frontera al que le eliminaron todo el presupuesto asignado para este año, de 400 mil pesos que percibía para su funcionamiento este monto es eliminado y dejado en cero.
O en el caso de las inundaciones de octubre y noviembre de 2020 donde tampoco se le ayudó a las familias cuando estaban entre el agua, las familias afectadas no me dejarán mentir, aunque en los medios de comunicación se decía por parte del Ejecutivo federal y estatal que todo el apoyo para las familias afectadas, nunca se vio tal apoyo, y los que realmente apoyaron a los tabasqueños fueron los mismos tabasqueños que tuvieron la fortuna de no inundarse, organizaciones de la sociedad civil y particulares que con toda la buena voluntad acuidían con un plato de comida o mudas de ropa para los que perdieron todo.
La prevención de la pandemia, dotar de material necesario a los trabajadores de la salud quienes de forma directa trataban y siguen enfrentando la pandemia si es absolutamente responsabilidad de ellos o el de ayudar en el momento que más necesitaban las familias durante la inundación también nadie les quita la responsabilidad y que tampoco cumplieron o tomar medidas contra el creciente desempleo, la inseguridad.
La salud, el empleo, la seguridad de los tabasqueños en menos importante, eso puede esperar, pero la remodelación de estadios de biesbol es urgente y necesario por eso la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano invertirá 219 millones de pesos, en la remodelación de tres estadios de biesbol, uno de ellos el parque Centenario 27 de Febrero sede de los Olmecas de Tabasco, propuestas que va desde los 72 millones hasta los 202 millones de pesos.
Otro de los tres estadios es el Beto Ávila, en Cancún, propiedad del gobierno estatal y casa de los Tigres de Quintana Roo, cuyos dueños son un grupo de empresarios.
El otro estadio a remodelar es el Nelson Barrera Romellón, localizado en la capital campechana, y casa de los Piratas de Campeche, propiedad de la familia Escalante Castillo, pero que cuenta también con participación del gobierno estatal.
Que en conjunto estos tres hacen una suma de alrededor de 219 millones, en contraste con el recorte al presupuesto de los nosocomios que suman 44 millones 786 mil pesos.
Mientras al capricho se le asigna recursos a la salud de la población se le recorta.
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