A casi dos años por cumplirse del inicio de la pandemia, volver a cerrar las escuelas no es viable y la educación es un derecho que no se le puede negar a ningún niño o niña. Incluso, el presidente López Obrador lo ha mencionado: “no debemos decir que el contagio ahora es terrible y cerremos las escuelas; no hemos tenido problemas mayores de salud sobre todo en los niños, en adolescentes”.
El regreso a clases presenciales es de un alto riesgo, pues la decisión de volver a reabrir las escuelas sin antes estar inmunizada (al menos el 70% de la población joven), tendrá consecuencias; es preciso tomar conciencia y exigirle al gobierno que antes de este regreso a clases, el sector estudiantil sea vacunado, pues está en juego la vida de miles de estudiantes.
La Organización Mundial de la Salud también ha declarado que las escuelas deben ser los últimos lugares por cerrarse y los primeros en abrirse. Asimismo, la directora de UNICEF, Henrietta Fore, aseguró que otro cierre masivo de escuelas será devastador para los niños.
Sin embargo, la cuarta ola sigue pegando de lleno en el país, covid-19 crece a más de 2 mil contagios por hora en México, con 2% los casos graves, de tal manera que el aumento de contagios, ha provocado en gran medida por la variante Ómicron, obligó a 15 estados a retroceder en el semáforo epidemiológico de la Secretaría de Salud. Por lo que las aulas escolares seguirán vacías, y los hospitales llenos.
El atraso histórico en ciencia y tecnología ha ocasionado que estemos en espera de que otros países que son vanguardia en este rubro nos vendan la vacuna, porque en México no tenemos la posibilidad de descubrir nuevos medicamentos porque el gobierno no le invierte en educación y menos a la ciencia y la tecnología. Ahora estamos pagando las consecuencias de ese rezago educativo que hemos arrastrado durante décadas, aquí está el precio que estamos pagando los más desvalidos por culpa tanto de los gobiernos anteriores como del actual, por ello es importante he urgente que las masas populares participen en política, comprendan que necesitan tomar el poder político y unida luchar por instaurar un modelo económico diferente, más justo, equitativo, donde se distribuya la riqueza social que genere bienestar para todos los mexicanos.
Si en verdad queremos frenar la pandemia y hacer de la educación en México más competitiva y no sólo jugar con la esperanza de la gente, empezando por los trabajadores de salud, entonces debe implementarse un plan más efectivo y sistemático que permita equidad para todos los sectores sociales y no sólo para unos cuantos, sólo porque tienen en sus manos el poder de decidir, como los directivos de Salud y los siervos de la nación, entre otros.
De aquí resulta que la única fuerza realmente democrática, realmente capaz de frenar los abusos del poder y de defender a toda costa los intereses de los humildes, de los campesinos, de los obreros y del pueblo en general, es, justamente, ese mismo pueblo, organizado y concientizado para el desempeño de semejante tarea. Por eso la tarea verdaderamente progresista y revolucionaria consiste en llamar al pueblo una y otra vez, sin descanso, predicando con la palabra y con el ejemplo, a organizarse, a unir fuerzas con sus iguales, para la defensa de su vida y de sus intereses.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario