Así es, amigo lector.Ahora parece que en Colima los pobres necesitamos hacer un plantón de noche y de día, frente a la residencia oficial del gobierno, para reclamar audiencia, es decir, sólo para obtener unos minutos de atención del Gobernador del Estado; para que escuche y atienda nuestras necesidades, las necesidades de cientos de colimenses pobres.Y si lo duda usted, dese una vueltecita por los alrededores del Rey Colimán.Allí cerca, sobre la avenida Galván, hasta el día de hoy que escribo estas líneas, está el campamento que colonos, campesinos y estudiantes, mantienen en espera de audiencia.
Pero tal vez pregunte usted cuál es la razón de fondo que nos orilló a quedarnos, de día y de noche, frente a la casa del Gobernador, desde el día martes 10 de diciembre, con todas las incomodidades que esto genera.Con el ánimo de informar, y esperando conmover a la opinión publica en general, pero sobre todo tratando de hacer justicia a mis queridos compañeros antorchistas que allí se encuentran, trataré de decir con absoluta verdad el motivo del plantón antorchista sobre la avenida Pedro Galván, en la capital colimense.
Empiezo.Desde el pasado mes de marzo, tal como hacemos cada año desde que inició la administración del licenciado José Ignacio Peralta, el Movimiento Antorchista colimense entregamos en manos del Gobernador el pliego petitorio del año 2019.Contiene este documento de petición, todas y cada una de las necesidades que para entonces habían planteado los grupos de colonos, campesinos, amas de casa, estudiantes y maestros, pertenecientes a nuestra agrupación.Todas las necesidades, ordenadas de una en una, y por comunidad, tienen que ver con áreas como educación, salud, vivienda, obra pública, desarrollo social, transporte y apoyos diversos para familias humildes.Todas, absolutamente todas, justificadas y de elemental justicia.
Todo el año transcurrido, casi sin faltar semana alguna, hicimos antesala y sostuvimos reuniones con funcionarios y secretarios; y como siempre, tal como sucede en toda gestoría, no en pocas veces tuvimos que irnos solo con el morral cargado de promesas.
Pero hace poco más de un mes, en una de las enésimas reuniones con el Secretario Particular del Gobernador, el Contador Adalberto Negrete nos informó, sin más, que el Gobernador dijo que ante los constantes recortes presupuestales aplicados por el gobierno de López Obrador, es decir, el Gobierno Federal, así como a los compromisos que tenían de fin de año (no dijo cuáles ni con quién), no van a cumplir con los compromisos léase promesas- de fin de año, que hicieron para nuestro pliego petitorio.Como sería lo normal del caso, pedimos cuanto antes una reunión con el mandatario estatal para buscar una explicación o una salida- a nuestras demandas.Dije que esto pasó hace poco más de un mes.A partir de entonces, cada semana, y a veces antes, nos vimos con el Secretario Particular y con algunos funcionarios de segundo nivel, pero los temas no caminaron.Sin embargo, el martes 10 de diciembre que regresamos por una respuesta positiva a la petición de audiencia, esta vez con una comisión numerosa, ante la residencia oficial del Gobernador, el contador Adalberto dejó ver ya claramente lo que parece ser una similitud a modo de emulación con el Presidente López Obrador: el Gobernador, José Ignacio Peralta, ya no quiere tratar con organizaciones sociales.Es cierto que no lo dijo así, pero tampoco quiso darnos fecha de audiencia.
Y aquí estamos desde hace tres días, es decir, desde el martes pasado, en espera de una audiencia con el gobernante por el cual votamos.He de decir que este trabajo, precisamente lo escribo aquí, en el plantón, frente a la puerta de madera retocada con escudos de la residencia del Gobernador, pero cerrada con hermetismo.
Suponiendo entonces que sea como digo, ¿por qué el Gobernador emularía, precisamente ahora, al Presidente López Obrador, negando atención y solución a las organizaciones como Antorcha? Ante el actual panorama político por el que atraviesa el país y el estado, de la ya no tan lejana contienda electoral de 2021, cabrían muchas explicaciones, pero yo quiero solamente decir dos, mismas que creo explicarían todas las demás.El riesgo de equivocarme es mucho, pero toda lucubración acabaría si tan sólo el Gobernador concediera la audiencia.
Primera.El Gobernador nos niega la audiencia y nos maltrata con su indiferencia, porque quiere congraciarse con la política antipopular del Presidente López Obrador.él sabe, porque sé que es un político competente y debidamente informado, que al día de hoy Antorcha es la organización social más atacada por el señor Obrador desde cuando era candidato; prácticamente no hay día que no se lance, desde el séquito publico y privado del Presidente, un ataque mordaz e infundado en contra de la organización de los pobres.Si esto es así, es decir, si es verdad que el Gobernador ahora quiere, con el maltrato que nos prodiga, mandar un mensaje de mansedumbre y adherencia a la política del Presidente, quedará claro desde ahora que él mismo piensa que no será el PRI, sino una mezcla rara con un tono muy pronunciado de Morena, lo que pudiera gobernar a Colima el próximo sexenio, y que por eso, previsoramente, quiere poner a buen recaudo lo que pudiera dejar de pendientes para entonces.¿Sacrificar a Antorcha para ofrecerla como tributo de adherencia? Esperemos que no.
Segunda.El Gobernador ignora nuestro plantón porque le molesta que lo presionen, siente que condescender a una presión tal lo hace ver menos ante las fuerzas políticas y económicas que se sienten dueñas del escenario estatal.Bien pudiera ser.Es característico de quienes mandan, dar golpes de autoridad, un manotazo sonoro sobre la mesa de vez en cuando y mostrar quién manda.Y ahora pagamos los antorchistas la cólera desatada.¡Insolentes atrevidos que osan desafiar el poder! Sólo que hay un detalle: tenemos más de dos meses pidiendo la audiencia, y aseguro que la hemos pedido como mansos corderillos.¿Por qué no se nos concedió entonces? Pero, además, ignorar la manifestación popular es un síntoma de intolerancia, es negarse a ver la realidad, es negar la crítica y la autocrítica, justamente como gusta conducirse nuestro señor Presidente de la República.¿Estamos pues ante otra especie de emulación? Ojalá que no.
Finalmente, a tres días con sus noches de comer y dormir a la intemperie, en el duro pavimento o en la fría banqueta, aun tenemos fuerzas y serenidad para decir como todo buen, humilde y civilizado ciudadano: respetuosamente, señor Gobernador, pedimos una fecha de audiencia.
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