La confesión, aunque sea tardía, del presidente Andrés Manuel López Obrador de que el modelo neoliberal “no es del todo malo”, nos da la razón a los que hemos señalado que todas las políticas económicas y sociales del actual Gobierno federal, al igual que sus antecesores, están basadas en el neoliberalismo que prevalece en México y en el mundo.
No obstante, debido a la falta de politización del pueblo de México, hoy más que antes, es necesario seguir haciendo ver a los mexicanos que AMLO al estar aplicando, desde el inicio de su administración, medidas neoliberales en la distribución del gasto público, cada día aumenta el número de mexicanos en situación de pobreza y pobreza extrema, pues mientras finge que está salvando a los humildes repartiendo un poco de dinero con fines electorales, por otro lado, les quita mucho más, ya que a cambio de becas o pensiones no les da escuelas, agua potable, drenaje, carreteras, clínicas o atención médica y medicinas.
Luego de mantener en el olvido el compromiso que hizo López Obrador de establecer en México un sistema de salud de primera como en Canadá o en los países del Norte de Europa, como Dinamarca o Suecia, para hacer realidad el derecho a la salud, en días recientes volvió a anunciar un nuevo plan de salud para garantizar atención y medicamentos a todos los mexicanos en un año.
Es contundente la opinión de los especialistas en salud de que no es viable que, dentro de un año, los mexicanos cuenten con atención y medicamentos gratuitos, porque crear un sistema de salud con esas características, toma años, décadas, y no sólo uno, como asegura López Obrador.
Para que todos los mexicanos tengan una cobertura de salud, se requiere sobre todo tener un presupuesto suficiente. Pero todo el dinero que se necesita para pagar la supuesta gratuidad, no se tiene. México es el que menos dinero invierte en salud. En proporción al Producto Interno Bruto, representa el 2.8 por ciento, mientras que algunos países europeos invierten entre el 8 por ciento y el 10 por ciento del PIB en salud. De tal manera, para que se tenga una cobertura total de alta calidad, se necesita incrementar varias veces el presupuesto destinado a salud. Y eso no sucederá.
El problema no son las buenas intenciones de AMLO, sino las medidas de corte neoliberal en las que están basadas las políticas de la Cuarta Transformación, cuya consigna es reducir brutalmente el gasto público en servicios. El año pasado, el Gobierno federal destinó 15 mil 880 millones de pesos a infraestructura del sector salud, 29.4 por ciento menos que en 2020. Así, los recursos ejercidos en este rubro tuvieron la segunda mayor caída de los últimos ocho años, según cifras de la Secretaría de Hacienda (SHCP). Estas reducciones contrastan con el incremento que tuvo la inversión física del sector energético, que fue de 21.7% en 2021, con 315 mil 76 millones de pesos ejercidos.
Asimismo, organismos no gubernamentales como México Evalúa señalan, en el primer trimestre del 2022 no se ejerció un sólo peso de los 6 mil 958 millones de pesos previstos para 10 programas principales de obras públicas del sector salud, lo que evidencia el abandono del Gobierno en este sector. Hay un abandono completo, total de la inversión pública en salud.
En contraste, hay programas de subsidios consentidos del Gobierno federal para los que se ejercieron 59 mil millones de pesos más a los previstos para el primer trimestre de este año. El programa al que más recursos se ejercieron fue el de Pensiones para Adultos Mayores que tuvo un sobre ejercicio de 38 mil millones de pesos, pese a ser regresivo, ya que beneficia a las personas de mayores ingresos.
Por otra parte, la prensa nacional da cuenta que el Insabi tiene un retraso en su gasto 8 mil 300 millones de pesos en sus programas de subsidios. Pese a que AMLO dijo que distribuir medicinas era igual a entregar papitas y refrescos, a punto de entrar al segundo semestre del año, el Insabi apenas ha distribuido un 30 por ciento de medicamentos del primer semestre de 2022 a las entidades federativas.
Bajo las circunstancias descritas, el plan de atención y medicamentos para todos los mexicanos en un año es otra tomada de pelo de AMLO, así como su plan para combatir la carestía y la inflación. Como buen alumno del neoliberalismo, no está entre sus prioridades la salud de los mexicanos. Por lo que el pueblo de México debe entender que, solo cambiando el actual modelo económico neoliberal por otro más justo, puede alcanzar plenamente su derecho a la salud.
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