Israel no cesa de atacar al pueblo palestino. Parece que su objetivo es borrarlo de la faz de la tierra. Gaza ha entrado en los días más difíciles del conflicto que inició hace siete meses.
“Los días más negros de una pesadilla”, sostienen funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pues advierten que la ayuda vital ha quedado suspendida después de que fuerzas y tanques israelíes tomaron el control del principal punto de ayuda, Rafah.
Civiles en la ciudad fronteriza, que alberga a más de 1.4 millones de personas, en su mayoría familias desplazadas, equiparan el bombardeo con “fuego del infierno”, en el que “los misiles caen como lluvia”, mientras ellos se apresuran a evacuar, siguiendo las órdenes de los militares israelíes.
La incursión a Rafah ha sido devastadora para los civiles, ya que no tienen adónde ir, pues la mayor parte de la franja está completamente destrozada y está tapizada de metralla sin explotar.
Pese a los ruegos de sus aliados más cercanos para detenerse, Israel llevó sus tanques hacia el este de Rafah y capturó el cruce fronterizo. La irrupción ocurrió a pocas horas de que Hamás había aceptado una propuesta de alto al fuego y liberación de rehenes mediada por Egipto y Qatar.
Decenas de bombardeos israelíes han golpeado fuertemente la región donde cerca de 1.4 millones de personas tratan de refugiarse de la guerra.
Más de la mitad de los 2.3 millones de habitantes de Gaza han huido a Rafah para escapar de los combates y están abarrotados en campamentos y refugios administrados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cerca de la frontera.
En Gaza, la ONU advirtió que un ataque a gran escala en la zona y la continuación del cierre de los cruces de Rafah y Kerem Shalom tendría un impacto catastrófico sobre cientos de miles de personas que en su mayoría viven en tiendas de campaña:
“La agencia para los refugiados palestinos, UNRWA, advirtió que le queda menos combustible para un día, el cual se requiere para los camiones, los hospitales que quedan, así como para las bombas de agua y drenaje.” Jens Laerke, vocero de la oficina humanitaria de la ONU, señaló que los cierres son la manera más efectiva de poner “en la tumba” la respuesta de ayuda:
“Rafah y Kerem Shalom son arterias principales de la operación humanitaria, no solo para Rafah, sino para toda la franja de Gaza, y han quedado sofocadas por completo. Es catastrófico.” (La Jornada, 8 de mayo de 2024).
La incursión a Rafah ha sido devastadora para los civiles, ya que no tienen adónde ir, pues la mayor parte de la franja está completamente destrozada y está tapizada de metralla sin explotar. Es algo que hiere a los habitantes que tienen poca esperanza de sobrevivir.
Aunado a lo anterior, este 10 de mayo, israelíes atacaron las instalaciones de la ONU en Jerusalén, Palestina, por lo que el comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), Philippe Lazzarini, ha anunciado el cierre de la sede de su oficina en Jerusalén Este, después de que residentes israelíes prendieran fuego al perímetro de la misma.
Se trata pues de un atentado a las vidas del personal de la ONU. Además, extremistas israelíes han estado organizando protestas frente al complejo de la UNRWA en Jerusalén. El personal de la ONU ha sido objeto de acoso e intimidación de forma regular y en varias ocasiones, estos extremistas israelíes han amenazado al personal con armas de fuego.
Es responsabilidad del Estado de Israel, como potencia ocupante, garantizar que el personal y las instalaciones de las Naciones Unidas estén protegidos en todo momento, según el Derecho Internacional. Por lo tanto, se debe poner fin a estos ataques y que rindan cuentas los responsables.
Sabemos que el Gobierno de México condenó la ofensiva militar de las fuerzas armadas de Israel contra la ciudad de Rafah y externó su preocupación por las consecuencias catastróficas que tal avanzada puede significar para la vida de miles de civiles asentados en dicha localidad de Gaza.
Pero hace falta más. Hace falta una respuesta más enérgica para detener las atrocidades que Israel comete contra los palestinos. Se necesita una medida más eficaz y contundente, como romper relaciones diplomáticas de forma contundente e inmediata. Y dejarlo solo.
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