Pasó la elección del 2 de junio con los resultados que ya conocemos a través del INE. Claudia Sheinbaum de la coalición Juntos Haremos Historia obtuvo más de 35.92 millones de votos, el 59.75 % del total, más de 30 puntos por encima del 27.45 % obtenido por Xóchitl Gálvez y del 10.32 % obtenido por el candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, según reveló el conteo total de los votos.
De esta manera, Morena y sus aliados aseguraron la mayoría calificada en la Cámara de Diputados al alcanzar las dos terceras partes, y quedaron a punto de alcanzarlo también en el Senado, además de lograr la mayoría de los distritos que se disputaron por mayoría relativa, posicionándose como la fuerza dominante en 27 congresos estatales de los 31 que estuvieron en disputa; cinco congresos más que los 22 que actualmente controla.
Los panistas se han dedicado a maltratar a la ciudadanía negándoles atención y solución a sus principales dificultades, seguramente pensando que el poder es para siempre.
Entre los nuevos congresos locales ganados por Morena, se incluye la próxima mayoría legislativa del Estado de Querétaro, al quedar conformada por ocho diputados del PAN, nueve diputados de Morena, tres diputados del Partido Verde, dos del Partido del Trabajo, dos del PRI y uno de Movimiento Ciudadano, que hacen un total de 25 diputados locales, cosa que seguramente no gustó a quienes gobiernan y deciden en el panismo estatal.
El “tsunami” al que se refirió el gobernador Mauricio Kuri en un primer momento, cuando declaró:
“Yo creo que tiene que haber un fuerte sismo en el partido a nivel nacional, creo que los resultados nos mandaron una señal a nivel nacional, porque no pudimos aguantar un mayor embate que lo que vimos en 2018, por eso es importante seguir el ejemplo de estados panistas que han destacado en su gobierno, como es el caso de Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro.”
Sólo que el tsunami también alcanzó al panismo en el estado a pesar de haber logrado (haya sido como haya sido) retener los municipios más poblados, y no precisamente por la novatez política del gobernador, como se ha dicho por algunos analistas, sino más bien por la arrogancia e insensibilidad de los políticos de su partido.
Los panistas se han dedicado a maltratar a la ciudadanía negándoles atención y solución a sus principales dificultades, seguramente pensando que el poder es para siempre, cuando la población demanda gobiernos más eficientes y cercanos a sus necesidades.
Como sabemos, aunque no está escrito, tan pronto como transcurre la primera mitad de todo gobierno, nacional o estatal, inicia más abiertamente la contienda por la sucesión, utilizando para ello todo el dinero y los programas de las distintas dependencias, como estrategia para mantener su hegemonía, y en Querétaro, como se está viendo, la lucha por la sucesión ya inició, y los distintos grupos empiezan ya a acomodar y ubicar sus piezas.
De este modo, vemos que sin mayores aclaraciones, conscientes del peligro real de perder la elección para gobernador en 2027, al haber perdido el estado ante la alianza Juntos Haremos Historia, con una diferencia de más de 153 mil votos; 580 mil votos, el 50.7 %, contra 427 mil votos; apenas el 37 % obtenidos por el PAN, ya se mencionan ante los medios, cambios en las dependencias del estado, con políticos experimentados y de su absoluta confianza.
Y entre muchas otras acciones, además de hacer aclaraciones a sus “detractores” sobre el tema de la privatización del agua y el gasto real en la construcción del Paseo 5 de Febrero, han reiniciado su trabajo para complacer al electorado de los dieciocho municipios, reactivando todos los programas sociales de Sedesoq: apoyos alimentarios, Tarjeta Salud Contigo, Tarjetas para Mujeres Contigo, Transporte Escolar, Tarjetas para Transporte a Estudiantes, Créditos, etcétera.
Y qué bueno, pues este tipo de apoyos, si bien son un aliciente para la población más necesitada, igual que las Becas Bienestar y el apoyo a los Adultos Mayores, es dinero resultado del trabajo de la misma gente.
Que no nos confundan, pues siguen pendientes los temas que cambien la calidad de vida de la población, como agua potable, alcantarillados y plantas de tratamiento, luz eléctrica o pavimento de calles y caminos, etcétera, pero sobre todo, el respeto a nuestros derechos de libertad de organización.
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