Ante las demandas incumplidas por parte del mandatario, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con respecto al ámbito educativo, México podría hundirse entre los países que tienen atraso entre los 10 y 15 años. A los tres niveles de gobierno poco les importan este tema, primordialmente al Gobierno federal que durante el Presupuesto de Egresos 2020-2021 cortó de tajo los recursos destinados a la educación a cada estado.
Los cambios en la educación no son tan favorables como los que se aplicó en los 60, donde se escuchaba por primera vez el tema proyecto educativo integral, durante el gobierno de Adolfo López Mateos, al que se le dio por nombre Plan de Once Años, determinada por alces claros, precisos y cuya finalidad era cubrir la demanda educativa en los sectores urbano y rural. Y desde entonces la educación en México se ha venido destrozando con cada gobierno que desea imponer en cada sexenio su propia forma de educación al país.
Tras el fallido intento de querer implementar Aprende en Casa I y II las críticas severas al secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, tanto de docentes, alumnos y padres de familia, le dejaron en claro que el problema radicaba en: falta de equipo (a maestros, estudiantes y padres de familia), mayor trabajo de los padres de familia, falta de coordinación por la Secretaría de Educación y el poco alcance en las escuelas tanto de ciudades como sus alrededores.
Y de nuevo el Gobierno federal comete el mismo error al no corregir esos males que le atañen al ámbito educativo, la CNTE afirma que Aprende en Casa III es un rotundo fracaso (2020): “métodos implementados por la SEP son discriminatorios, desestabilizan, vulneran y provocan desigualdad educativa en el país”. Este tipo de jugar a la improvisación de estrategias por parte del gobierno, vulneran el derecho de los niños, al no recibir una educación que garantice el análisis y la reflexión, convirtiéndolos en sujetos mecánicos mediante el aislamiento y la falta de retroalimentación y acompañamiento.
El verdadero interés de pregonar la educación por parte de Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Educación, lo puedo dividir en tres puntos:
1. La reincorporación de nuevos maestros a nivel nacional.
2. Las vacunas para personal administrativo.
3. Que un poco de 40 localidades ya cuentan con internet (en las ciudades).
Y ¿qué va a pasar con los niños, niñas y adolescentes que viven en zonas rurales y en las periferias de las grandes ciudades? ¿Acaso ellos no tienen derecho a la educación?
¡Los que no tiene recursos para comprar un celular, una televisión o una tableta, tampoco tiene derecho!
Un hecho real y preocupante es que el Censo de Población y Vivienda 2020 indica que solamente el 52 por ciento de las viviendas tiene internet y el 37.6 por ciento tiene una computadora o una tableta; además, México tiene bajo nivel de escolaridad, ya que el promedio es de 9.7 años, esto significa que no llegamos ni siquiera al primer año de preparatoria; se ha demostrado que en la última década el incremento fue de 1.1 años, y si nos mantuviéramos con ese ritmo, como ha sucedido en las últimas dos décadas, tendríamos que esperar hasta 2040 para convertirnos en un país cuyo nivel educativo fuera el equivalente a la preparatoria.
Estimados lectores, es alarmante la brecha educativa que existe hoy en día y de seguir con este Gobierno morenista, no se hará nada para educar al pueblo, los hijos nacidos en senos humildes seguirán sin educación y la riqueza de México no llegará a todos los mexicanos. Se requiere de un plan educativo serio donde se contemple a todas las esferas sociales, donde el apoyo les llegue a las masas populares y, sobre todo, proporcione la infraestructura necesaria, así como dotar de equipo de cómputo a cada escuela y estudiante por muy lejana que se encuentre.
Aprende en Casa III, de nueva cuenta, no cumple con lo prometido: una educación para todos.
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