El aplanamiento de la curva de una pandemia implica que el número de contagiados y de decesos diarios vaya tendiendo a cero, que el extremo de la curva con forma de elefante se vaya acercando lentamente al eje de las X hasta tocar dicho eje y extenderse asintóticamente sobre dicho eje durante meses o años. Sólo así estaremos en condición de hablar de un aplanamiento.
El caso particular de México es un caso verdaderamente preocupante, pues de acuerdo con la estadística reportada oficialmente, la curva del contagio no solo no ha decrecido sino al contrario, ha adquirido una pendiente positiva más inclinada en comparación con el año anterior. En los primeros dos meses de 2021, el porcentaje de contagiados alcanzó el 46 por ciento con respecto al año anterior y el 48 por ciento, en decesos. Es decir, casi la mitad en solo dos meses con un promedio de 11 mil 200 contagiados y de un mil 15 decesos diarios. Los meses más trágicos de la covid-19 también fueron enero y febrero, con 32 mil 729 y 27 mil 179, respectivamente. Del año anterior, el mes más trágico fue diciembre con 19 mil 867 decesos. Como observa, querido lector, la situación sanitaria en México no es para ponerse a decir que la pandemia ya está domada o que la luz al final del túnel ya se ve o peor aún que se está combatiendo con éxito la covid-19. Muy por el contrario, el GCobierno federal debería ponerse en serio a combatir esta pandemia que ha llevado a la tumba la vida de más de 185 mil mexicanos y causado un dolor inmenso en los familiares que todavía están con vida, pero que esperan con temor y con impotencia su turno en los hospitales de todo el territorio nacional.
Aunque el efecto de la pandemia en cuanto a contagios se redujo, pasando de 438 mil 166 contagiados en enero a 222 mil 678 en febrero y el número de decesos de 32 mil 729 en enero a 27 mil 179 muertes en febrero, el número de muertos, sin embargo, sigue siendo muy superior en comparación con los números alcanzados en los meses del año 2020: junio (17 mil 839), julio (18 mil 919), agosto (17 mil 726) y diciembre (19 mil 867), los meses con más alto número de decesos del 2020. Una diferencia de entre 7 mil y 9 mil decesos menos que el mes de febrero. La situación sanitaria no es nada alentadora como, usted mismo, lo puede corroborar en los hospitales más cercanos que tiene a su lado, amigo lector.
Veamos: el porcentaje de ocupación de camas generales en todo el territorio nacional es alto como lo manifiesta el periodista Jorge Monroy en su columna del periódico El Economista, con fecha del 28 de febrero del 2021: “de las 31,541 camas generales para pacientes graves de covid-19, 9,104 (29%) se encuentran ocupadas, principalmente Ciudad de México con 53% y Puebla con 50%; en tanto, las 30 entidades federativas restantes registran menos de 50% de ocupación”. Respecto a las camas con ventilador, la ocupación es similar: “de las 11,165 camas con ventilador mecánico para pacientes críticos de covid-19, el 33% (3,640) se encuentran ocupadas en el país, principalmente en: Ciudad de México con 43%”. Pero los datos en el mes de enero eran más escalofriantes. Solamente por citar otros ejemplos: de acuerdo con el diario Expansión y los portales Ángulo7 y Animal Político, fechados, respectivamente, el 17, 19 y 27 de enero del 2021, la Ciudad de México tenía una ocupación del 88 por ciento de sus camas, Guanajuato, el 86 por ciento, Estado de México, el 84 por ciento, Nuevo León, el 85 por ciento, Puebla, el 82 por ciento. En cuanto a la ocupación de los hospitales con camas con ventiladores, el índice también es alto, por arriba del 70 por ciento: de acuerdo con el diario Expansión, del 4 de enero del 2021, los estados de Zacatecas, Tlaxcala, Coahuila, Ciudad de México, Estado de México, Querétaro y Nuevo León en Unidad de Cuidados Intensivos reportaron una ocupación de más del 70 por ciento.
Los ejemplos citados revelan con toda crudeza la situación tan crítica por la que está pasando el país, pero que el Gobierno federal y su secretario de Salud López-Gatell le esconden al pueblo con el argumento de que “pronto regresaremos a la normalidad”, que “ya estamos domando la pandemia con éxito”, que “ya se ve la luz al final del túnel”, que “ya vamos de salida”, que “las vacunas están llegando al país”, que “el plan de vacunación ya está en marcha”, que “el letal coronavirus SARS-CoV-2 puede detenerse con los amuletos”, y mentiras parecidas que ofuscan a la mayoría de los mexicanos descuidando su salud. Estas mentiras del presidente de la República hay que detenerlas hablando con la verdad, explicando con paciencia al pueblo la situación tan crítica en la que vive y cuál debe ser su postura en las elecciones de junio del 2021.
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