Es un gravísimo error del gobierno de Quintana Roo creer que puede incumplir compromisos que adquirió con la ciudadanía. Comprometerse y no cumplirle a la sociedad a la que deben servir, conlleva pagar un alto costo político que sin duda se percibirá en el proceso electoral venidero.
El gobernador Carlos Joaquín González debe reflexionar y al mismo tiempo cumplir con su palabra empeñada, ejecutando las demandas pactadas con la dirigencia antorchista para beneficio de poco más de 35 mil antorchistas, que desde hace más de dos años están a la espera de la ejecución de obras de infraestructura y de servicios públicos que tanta falta hacen en las colonias marginadas, donde muchas familias no tienen agua potable, alumbrado público o calles pavimentadas.
Cabe recordar que Antorcha ha tendido los puentes de diálogo necesarios con el Gobierno del estado; sin embargo, muchas han sido las ocasiones de reuniones donde se asegura que cumplirán y hasta el momento no lo hacen, es decir se ha abusado de la paciencia de los obreros, campesinos, profesionistas y estudiantes antorchistas y eso es un grave error, primero porque es obligación de la autoridad velar por el interés supremo de la gente; tiene que otorgar, en la medida de sus posibilidades, la infraestructura necesaria para elevar la calidad de vida de los habitantes, y segundo, insisto, por el alto costo político que conlleva.
En la reunión que se sostuvo entre la dirigencia antorchistas y el gobernador Carlos Joaquín, se llegó al acuerdo de entregar una dotación de maíz para consumo y siembra para 15 mil campesinos, de igual forma entregar despensas alimenticias para 35 mil familias, así como dar en comodato el albergue estudiantil “Felipe Carrillo Puerto”, sección femenil de Chetumal, la pavimentación de la entrada de la colonia Fraternidad Antorchista de Chetumal y la contratación de 24 maestros, pero ninguno de esos acuerdos han sido llevados a la práctica, ninguno sólo ha cumplido el mandatario estatal. Dichas peticiones se acordaron a mediados de 2019 y él se comprometió a ejecutarlas a inicios del 2020. El tiempo pasó y no vemos voluntad de su parte.
Por eso el llamado al mandatario para que reflexione y no cometa el error de incumplir lo pactado, porque los antorchistas, la gente humilde, advertimos, no son objeto de burla. Las necesidades son palpables, las carencias ahí están, no son cuentos y mucho menos necesidades que no se puedan cumplir.
Es importante reiterar que las obras, como la rehabilitación del camino de acceso a la colonia “Fraternidad Antorchista”, son urgentes porque está en pésimas condiciones y quienes transitan por ella corren el riesgo de sufrir algún accidente por su mal estado, que se agrava en la época de lluvias.
Con el hambre del pueblo no se juega, por ello urge también que se ordene la entrega de despensas y la dotación de maíz para consumo para beneficiar a poco más de 15 mil familias de campo, que en estos momentos de pandemia enfrentan serias dificultades para llevar el alimento a sus hogares, pues no hay trabajo y la economía es precaria.
Como es bien sabido, por la gestión de diputados federales antorchistas, se consiguieron recursos para la construcción del albergue estudiantil “Felipe Carrillo Puerto”, dinero que fue entregado al Gobierno del estado, quien ejecutó la obra con la promesa de que a su término sería entregado a los propios estudiantes para su administración, pero no hay tal disposición, lo que dificulta mucho realizar los trámites correspondientes para tener los principales servicios básicos. En el albergue habitan estudiantes provenientes de diversas partes de la entidad, todos ellos hijos de humildes familias, que han encontrado en el albergue la oportunidad de superación; sería por demás injusto e inhumano despojarlos de sus derechos elementales. Eso no debe ocurrir.
Por todo lo anterior, sería un grave error que el gobernador no cumpla con su palabra empeñada, hago el llamado a que recapacite, a que escuche el llamado popular de miles de antorchistas que demandan mejores condiciones de vida. Señor gobernador, la pobreza es latente y ante tal situación el ánimo del pueblo organizado ya no está como para que se sigan prolongando la solución a sus justas peticiones.
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