¡Samuel Aguirre Ochoa y Dimas Romero González, ¡no están solos !
Luchar y defender los intereses del pueblo trabajador, es la principal premisa del Movimiento Antorchista, la bandera de lucha, ha traído el odio feroz del Presidente Andrés Manuel López Obrador y de su partido Morena, y la represión y linchamiento mediático en contra de los líderes antorchistas, se arreció porque Antorcha no ha quitado el dedo sobre la llaga social, sobre las torpezas e incompetencia de la 4T. Primero la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) amenazó y acusó a nuestro líder nacional, Aquiles Córdova Morán, de enriquecimiento ilícito, después a los líderes poblanos, se les intentó acusar por supuestamente ser intermediarios, huachicoleros, poseer enormes cantidades de dinero y una caterva más de injurias y calumnias pero Morena y su verdugo de la UIF, se limitaron a continuar sus investigaciones porque no encontraron pruebas o elementos que dé paso a los supuestos delitos, esas afirmaciones se redujeron a simplemente linchamiento mediático, para desprestigiar ante la opinión pública a los líderes antorchistas.
López Obrador y la UIF, no lograron encontrar ningún delito en contra el Movimiento Antorchista, a pesar de que en sus manos tuenen todo el poder del estado, la realidad les ha demostrado una vez más que no podrán ensuciar la honradez de nuestro trabajo, pero esos malos políticos insisten nuevamente en sus ataques y calumnias ahora agreden a nuestros compañeros Samuel Aguirre Ochoa y Dimas Romero González, dirigentes antorchistas en Veracruz y Oaxaca, respectivamente, quienes han recibido una serie de amenazas de muerte y cárcel para detenerlos en la lucha de la organización en ambos estados, en ese sentido, los gobernadores de Veracruz y Oaxaca, Cuitláhuac García y Alejandro Murat, se empecinan a detenerlos hasta al grado de amenazarlos de muerte si no renuncian a la lucha emprendida, en el caso de nuestro compañero Dimas Romero González, su delito es defender y encabezar la lucha de poco más de dos mil trabajadores de la salud que fueron despedidos por el Gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López obrador. Los afectados solo piden lo justo, que se les reincorpore en sus empleos, pero hasta el momento el gobierno del “pueblo” en vez de darles respuesta positiva a los peticionarios los desalojó brutalmente del plantón que mantenían frente a la Casa Oficial del gobierno de Oaxaca.
En Veracruz la situación es igualmente delicada, pues al dirigente estatal antorchista, Samuel Aguirre Ochoa, quien lleva toda su juventud en las filas de Antorcha luchando a favor de los más desprotegidos de aquella entidad, ahora el Gobierno morenista de Cuitláhuac García se ha dedicado a prefabricarle delitos, gastando el dinero del pueblo para falsificar firmas y credenciales de elector, comprar escrituras falsas, sobornar a notarios acostumbrados al dinero fácil, y utilizar a una mujer para acusar al líder social por una supuesta venta de terreno. Entonces, ¿cuál es el fondo de todas estas tropelías? Lo que realmente molesta al gobierno morenista es la honradez de Samuel Aguirre y su persistencia en la tarea de encabezar la lucha de los desprotegidos, para exigir empleos, salarios justos y bien remunerados, vivienda digna, aguas potables, calles, regularización, educación, cultura y deporte, por luchar para que los apoyos lleguen hasta las zonas más apartadas del país, a las comunidades que viven en el abandono, por la insensibilidad y arbitrariedad de las autoridades gubernamentales; a eso se debe la preocupación y enojo del Gobierno de Morena, no es de su agrado que Antorcha organice al pueblo para que exija lo que por derecho le corresponde.
Todos sabemos el esfuerzo, la tenacidad y la abnegación de los líderes antorchistas, que han decidido entregar su vida y alma en la defensa de la clase humilde del país, quienes día y noche anhelan y luchan por una sociedad más justa y equitativa para todos, ese es el delito por cual López Obrador y secuaces persiguen e intentan encarcelar a los líderes antorchistas, no quieren que se organice y eduque el pueblo, que despierte. Por el contrario, pretenden volverlo sumiso y conformista, que agachen la cabeza y solamente alcen la mano para recibir dadivas. Nada de eso, urge que los trabajadores del país se unan y se conviertan en una fuerza política de nuevo tipo, capaz de lograr que los gobernantes atiendan y den soluciones a las demandas que carecen nuestras colonias y comunidades en todo el territorio nacional o, si no quieren, de quitarlos del poder para que por propia mano lo haga el pueblo.
Todos sabemos que los pobres del campo, la ciudad, las amas de casa, los estudiantes, siempre han sido menospreciados y engañados por los que tienen el poder y por los políticos tramposos quienes durante las campañas políticas prometen todo, y una vez en el poder se olvidan de todas sus promesas. Insisto, la lucha de Antorcha, que es a favor de la clase humilde, ha provocado el odio de personajes de poca calidad moral, llámense pseudolíderes o políticos con una carrera nefasta, que solo aparecen en tiempo electorales, por esa razón hay que estar atentos, ya que seguirán atacando a los líderes antorchistas, por ser los únicos en exigir obras y programas para todos.
Por ello, exhorto a los antorchistas campechanos a estar unidos y atentos al llamado de nuestra querida organización para defender a nuestros compañeros y nuestros derechos sociales, hoy más que nunca es importante estar unidos, crecer y fortalecer a Antorcha ya que se acerca un futuro mejor; por eso los ataques en contra de la organización. Como dijo don quijote “Cuando los perros ladran, es porque vamos avanzando”, nuestra abnegación y lucha a favor de las mayorías no le gusta a los poderosos, le tienen pavor a la lucha organizada y ese es el camino correcto que debemos seguir para encontrar progreso y justicia social.
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