El grito de justicia, lleno de dolor e indignación, resonó de manera unánime el jueves 25 de mayo, en todo México, desde Baja California Sur hasta Quintana Roo, por el atroz asesinato de los activistas del Movimiento Antorchista en Guerrero, Conrado N., Mercedes., y su pequeño hijo de cinco años, cometido el pasado 12 de abril en la carretera federal México-Acapulco, cerca del municipio de Chilpancingo.
El mensaje en la protesta realizada en el zócalo de la Ciudad de México (CDMX) y en todo el país fue claro, contundente: la lucha no parará hasta encontrar justicia, no nos callarán.
Al palacio nacional, ubicado en el centro histórico de la CDMX, donde se lleva a cabo la tradicional conferencia de prensa del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, denominada la mañanera, con lonas, banderas y pancartas, arribaron unos mil integrantes de la organización, entre guerrerenses y antorchistas de la ciudad en busca de justicia y diálogo con las autoridades federales, también para asegurar que la estrategia de seguridad de abrazos y no balazos, no está funcionando y sí enlutando al país.
Más tarde, una comisión encabezada por el diputado Brasil Acosta Peña; el vocero nacional de la organización, Homero Aguirre Enríquez y el dirigente del Movimiento Antorchista en Guerrero, José Juan Bautista Hernández, fue atendida por la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, mientras el mitin político cultural continuaba.
El comportamiento de la funcionaria federal con los manifestantes fue solidario y hubo compromisos concretos, como una nueva reunión para evaluar avances de la investigación del caso y agendar un encuentro con la gobernadora Evelyn Salgado la próxima semana, por lo que estarán atentos a los avances.
Mientras se realizaba la protesta pacífica, pero enérgica, afuera del palacio nacional, en las 32 capitales del país se llevaban a cabo cadenas humanas, en una muestra de unión y solidaridad con los guerrerenses que sufrieron el asesinato de dos jóvenes activistas y su pequeño hijo.
“Ese tipo de bestias deben ser detenidos porque si se detiene a estas bestias, otras bestias se van a detener y si se les deja libres, van a seguir llenando de sangre a México”, exclamó durante la protesta el vocero y gestor nacional de la organización social, Homero Aguirre.
Las cadenas humanas y la protesta en la CDMX representan una acción solidaria que habla de la altura que tienen los antorchistas, dispuestos a tomar la bandera que levantaron Conrado y Mercedes, y a continuar su lucha; la exigencia de justicia, que se ha convertido en la exigencia de todos los antorchistas del país porque la muerte de tres inocentes no debe quedar impune, continuará hasta el último aliento, hasta que los asesinos estén tras las rejas.
En el mitin cultural también se anunció que el próximo 6 de junio, miles de antorchistas del país marcharán en Guerrero para exigir justicia, en una conmemoración que se realiza cada año en Tecomatlán, Puebla para honrar a los caídos del país, pero esta vez, por la crueldad del reciente caso, se llevará a cabo en la capital del estado, Chilpancingo.
Antorcha se ha levantado, no quiere más sangre en el país, quiere que las autoridades se pongan a combatir en serio a la delincuencia para que los mexicanos puedan vivir tranquilos. Son tiempos de entereza, de persecución, pero también del levantamiento del espíritu de lucha, más de 6000 antorchistas honrarán a sus mártires y su grito seguirá siendo el mismo: Justicia, también se exigirá a las autoridades parar el baño de sangre, sanar a México, cárcel para los asesinos, trabajo y bienestar para quien lo requiera. Vamos a reivindicar nuestro derecho a seguir luchando, a seguir buscando justicia, sólo entonces, concluirán las movilizaciones en todo el país.
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