Empujado fuertemente por una población indignada, descontenta por las fuertes alzas en los precios de los productos de primera necesidad, comida sobre todo y lo más necesario en los hogares de las grandes mayorías de la población del país, los aumentos que empezaron a golpear sin descanso los bolsillos de los trabajadores. Por estas razones el presidente López Obrador echó a andar el 4 de mayo públicamente, de acuerdo con representantes de los poderosos empresarios de las tiendas de autoservicio y empresarios del campo el Paquete de Acciones Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) por sus siglas, durará en operación el corto tiempo de 6 meses “con el fin de ayudar a quienes más sufren los efectos de la inflación”, dijo AMLO en esa ocasión. Las acciones del PACIC empezaron a realizarse de inmediato con el objeto de mantener estables los precios de 24 productos de la Canasta Básica, los de mayor demanda como arroz, sopa de pasta, aceite, frijol carne de cerdo y leche, frutas y verduras.
Destacan entre las medidas del PACIC mantener subsidiario el precio en gasolinas, gas y la electricidad, e incentivos al cultivo del maíz de autoconsumo, y la eliminación de aranceles a la importación de alimentos de gran demanda como trigo, papas, y otros. De inmediato el plan de López Obrador despertó dudas sobre su eficacia por razones diferentes. Hay quienes lo critican por el carácter errado de las medidas y quienes aseguran que es ingenuo creer que los grandes empresarios y comerciantes aceptarán reducir sus utilidades a favor del bienestar de los trabajadores.
En el terreno de las realidades, la señora Esther Hernández, usuaria del mercado público, relata: “uno compra lo básico con un billete de cien pesos, muy poquito, lo básico, la carne, el pollo, que son los más caros, el pescado ya uno no lo consume”. El comerciante de fruta y verdura de mercado público Roberto Bahena afirma que “nunca había visto precios tan elevados en el limón, por ejemplo. Luz Gloria Hernández, persona de edad, se queja: “Está muy alto todo, la carne, la verdura esta altísima, el arroz imagínese a 20 pesos el medio kilo. Antes compraba yo con cien, ciento cincuenta ahora ya no, ahora lo que estoy haciendo es racionar en la casa”. En la Central de Abasto de la Ciudad de México, el bistec a 152 pesos el kg., la verdura lo más básico, el aguacate a 55 pesos, tomate verde, la tortilla su precio está entre 20 y 25 pesos el kg. Hace 21 años no teníamos una inflación como la que nos agobia. Y como siempre: “La inflación afecta más a las familias que menos tienen”, apunta el Centro de Investigación en Política Pública (IMCO). 10 mayo, 2022.
Los subsidios del gobierno a los combustibles, que solo de esta manera no suben, le cuestan a las finanzas públicas la fantástica cantidad de trescientos treinta mil millones de pesos, un tiradero de dinero que podría emplearse mejor en obras para los pueblos y colonias que más lo requieran, en clínicas médicas que le quiten al servicio que recibimos su mala calidad sin equipo ni medicinas. Por otra parte, la inflación repercute en una mayor desigualdad social, siendo México uno de los países del planeta en que la extrema desigualdad social bajó la esperanza de vida por la pandemia de Covid-19 que pasó de 75 años en 2019 a 70 o 71 años de vida en la actualidad. El Universal, 12 de junio de 2022.
Sí, como prevén los especialistas, la alta inflación va para años, llegó para quedarse ¿cuántos años más de vida le van a quitar a las familias de la clase trabajadora de México? Vale por tanto preguntarnos en estas fechas a más de un mes de lanzado el PACIC de AMLO ¿cuáles son los resultados obtenidos para la población con el anunciado plan? Todavía no vemos la rebaja de precios, al contrario, los precios siguen subiendo, bajan alimentos que son de temporada, de gran producción, los otros no bajan. En tanto, la clase poderosa de este país y de toda la tierra no pierde con la inflación, al contrario, gana. Esto se debe fundamentalmente al fenómeno que, desde su origen, en sus genes trae desde su nacimiento el modo capitalista de producción en el planeta y que no es otro sino un ansia incansable e insaciable de acumulación de riqueza y que, con la inflación, aprovechando y promoviendo ésta, le va quitando inmisericordemente salario al trabajo, medios de vida, tal como descubrió Carlos Marx hace más de 150 años con la ciencia de la Economía Política.
Las ocurrencias del gobierno de la Cuarta transformación (4T) no van a poder vencer a la inflación. Son los trabajadores en México y los del mundo con su lucha organizada por un sistema social y económico menos injusto los que podrán vencer, erradicar terminantemente a ese lastre, la inflación, que sin descanso le quita el pan de la boca a la clase trabajadora mundial.
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