De acuerdo con las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien termina su administración en septiembre de 2024, anticipándose al futuro que desea, refrendó que no quiere que le pongan su nombre a las calles; “no voy a reelegirme”, “me retiraré por completo de la política”, “ me voy a mi rancho”. Ante estas frases, tan contundentes, se puede concluir que se va tranquilo porque no deja pendiente alguno, pues se conduce con honestidad, rectitud y siempre con la verdad ante el pueblo bueno que le da su “más amplio respaldo”.
Entonces, ¿para qué ocupa los días que restan de su gobierno en atacar, desmembrar a México y al INAI? Por el contrario, debería fomentar y hasta aplaudir la existencia de dichos organismos autónomos, para que no quede duda de cómo maneja la administración pública federal, con pulcritud y honestidad. Para que no quede duda que acabó con la corrupción.
Recordemos que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), es un organismo autónomo que garantiza el cumplimiento de dos derechos fundamentales: el de acceso a la información pública y la protección de datos personales. Para el primer mandato debe cumplir el acceso a la información pública, es decir, garantizar que cualquier autoridad en el ámbito federal, órganos autónomos, partidos políticos y sindicatos o cualquier persona física, moral que reciba y ejerza recursos públicos o realice actos de autoridad debe entregar la información que le sea solicitada.
Con relación al segundo mandato, el INAI garantiza el uso adecuado de los datos personales, así como el ejercicio y tutela de los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición que toda persona tiene con respecto a su información. Proteger los datos sensibles de la persona, como religión, salud, origen, huellas dactilares, así como los datos que dejan los ciudadanos al utilizar el internet su historial de navegación y sea susceptible de robo de identidad.
El INAI garantiza que el Estado mexicano respete los derechos de las personas que solicitan información pública, además promueve la cultura de transparencia y rendición de cuentas.
Desde su fundación, en 2002, ha sido de mucha utilidad, exigiendo a los gobierno que rindan cuentas y sean transparentes de la información a los mexicanos, a pesar del plan de López Obrador, de desaparecerlo, aprovechando el cambio de tres de sus miembros y que deben ser nombrados por el Senado de la República, antes del término del periodo ordinario de sesiones. En esta maniobra fue pillado el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, al exigirle a los senadores de Morena que retrasarán al propósito, el nombramiento de los tres comisionador del INAI que terminan funciones, “porque así conviene al presidente”.
¿Por qué le es incómodo el INAI a López Obrador? Nada más porque debe rendir cuentas durante el tiempo que resta de la administración morenista y después de terminar. Informar los gastos e inversiones multimillonarias en la construcción del Tren Maya, del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, de la construcción de la Refinería Dos Bocas, ahora , de la venta del avión presidencial, su patrimonio personal y de todos los miembros del gabinete, la compra de la refinería Deer Park, así como los resultados de PEMEX, de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), es decir toda la administración de la 4T, incluidas la información de miles de vidas que se perdieron por el mal manejo de la pandemia de la covid-19.
Y obviamente que el temor de López Obrador al INAI está plenamente justificado, sobre todo cuando no hay funcionarios de ese instituto, a modo, serviles a Morena que le cubran las espaldas cuando deje la presidencia, pues seguramente le darían una sopa de su propio chocolate y le aplicarían la prisión preventiva oficiosa a más de un funcionario morenista, incluido el mismo López Obrador, al no contar con fuero constitucional.
Si a pesar de los llamados de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, que pide al senado designar a los comisionados faltantes del INAI, antes de que termine el actual periodo ordinario de sesiones, no cumple que los mexicanos no votemos por Morena en el 2024, por corruptos.
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