A partir de febrero de 1917, cuando gobernaba Venustiano Carranza, se conmemora la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que entró en vigor el primero de mayo de ese mismo año, y que todos los presidentes de la república han hecho acto de presencia para conmemorar esta histórica fecha a la que generalmente asisten secretarios de Estado, senadores, diputados federales y locales, entre otros.
La Constitución de 1917 contempla en el texto, como la juarista de 1857, las libertades de enseñanza, de trabajo, de pensamiento, asociación, libertad de ideas y la visión de una república popular y federal, con división de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
La conmemoración es, generalmente, el escenario de las pasarelas de funcionarios que con su presencia pretenden mandar un mensaje en el sentido de que durante el período como servidores públicos, respetarán la Constitución y estarán sometidos al escrutinio público y sanciones que emanen de ella al momento de evaluar su proceder personal y público.
Pues bien, este año no es la excepción. El gobernador del estado Mauricio Kuri González ya anunció a los medios de comunicación, la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, el próximo 5 de febrero, en la ceremonia del 106 Aniversario de la Constitución Política, en el histórico Teatro Iturbide, y donde en 1867 se desarrolló el consejo de guerra que enjuició y condenó a Maximiliano de Habsburgo y sus colaboradores, Miramón y el pinalense, Tomás Mejía, hoy Teatro de la República.
Pero, ¿a qué viene López Obrador a Querétaro el próximo 5 de febrero? A nada, seguramente a hacer grilla de la más barata como sabe, a pasear y promover a sus corcholatas. Para eso trae a sus fieles, a todo su gabinete y a los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, y seguramente, contra su voluntad, a la nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Si bien es cierto que en la Constitución de 1917 se consideraron como derechos fundamentales, a la libertad ideológica, a la libertad y a la seguridad, a la educación laica y gratuita, a la educación, a la dignidad humana, al honor y a la intimidad, al secreto de las comunicaciones, a la libre circulación y residencia, a una comunicación libre, a la libertad de expresión, etcétera, en la realidad nada de eso aplica para las clases más desprotegidas, independientemente de quién esté en el poder.
López Obrador no sólo ha violado los derechos más elementales de los mexicanos; todos los días se burla de la Carta Magna que juró respetar en su toma de protesta como mandatario. Les ordenó a los diputados frenar el proceso de selección de 4 consejeros del INE, cuando son atribuciones del poder legislativo, entregó la administración de Puertos y Aduanas al Ejército y la Marina, cuando la ley establece que deben hacerlo autoridades civiles.
López Obrador fue vocero del Poder Judicial, Fiscal General y Ministerio Público al entrometerse en las investigaciones del Caso Lozoya, a pesar de que le corresponde a otro poder y no al Ejecutivo, representado por él. Liberó por su cuenta, al "Chapito” en Sinaloa, el 17 de octubre de 2019. La negativa a actuar aplicando la ley contra los grupos de la delincuencia organizada es otra de las graves violaciones a la carta magna, porque es su obligación brindar seguridad a los ciudadanos, no a los criminales. El derecho a la salud de los mexicanos, con el manejo de la pandemia, la falta de medicamentos y la falta de atención a los mexicanos para garantizarles la salud.
López Obrador instruyó, unilateralmente, a la Secretaría de Hacienda, bajar los sueldos de los trabajadores del gobierno y, entre muchas otras violaciones, se ha entrometido en el Poder Judicial para respaldar a la ministra plagiaria, Jazmín Esquivel, para que compitiera por la presidencia de la SCJN y controlar así los tres poderes de la nación. Es claro que López Obrador aprovecha la conmemoración de la promulgación de la Constitución para continuar su campaña a favor de los candidatos morenistas, y los queretanos no debemos dejarnos manipular.
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