El 9 de noviembre del presente año el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, dirigió un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU. En esta reunión, el presidente propuso un Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar para garantizar la vida digna de 750 millones de personas que viven en pobreza y que viven con menos de dos dólares diarios en el mundo. Para lograr dicho proyecto, el mandatario mexicano dijo que habría que crear un fondo económico para recaudar 1 billón de dólares.
En dicha reunión, AMLO sostuvo que la desigualdad y la pobreza son causados por la corrupción e invitó a los países que integran el Consejo de Seguridad de la ONU “a despertar de su letargo y salgan de la rutina, del formalismo, que se reforme, que se denuncie y se combata la corrupción en el mundo”.
La propuesta del presidente consiste en hacer una "vaquita" que podría financiarse por tres vías: Primero, el cobro de la contribución voluntaria anual del 4% de las fortunas más ricas del planeta. Segundo, una aportación similar por parte de las mil corporaciones privadas más importantes por su valor en el mercado mundial. Y tercero, una cooperación del 0.2% del PIB de los países integrantes del G20.
La propuesta de AMLO para preservar la paz en el mundo se basa en repartir apoyos a los jóvenes, hacer un ejército de sembradores y aprendices de oficios para erradicar el desempleo en los países pobres, para ello, pide la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU y con la sangre fría pide al Consejo que cambie sus políticas y se reforme para luchar en contra de la corrupción en el mundo.
Ante dicha propuesta, la respuesta de los países y connacionales no se hizo esperar. Muchos ciudadanos mexicanos, politólogos, expertos en geopolítica, columnistas y jefes de Estado de otros países le hicieron la pregunta obligada a López Obrador: ¿si el problema de la pobreza es la corrupción, por qué no ha hecho nada para erradicarla en México? Y era natural recordarle que “Las escaleras se barren de arriba hacia abajo” así como los actos cometidos por sus hermanos, familiares y colaboradores más cercanos. El caso más reciente, la boda del Zar anticorrupción Santiago Nieto exdirector de la UIF y toda la clase política que se vio involucrada.
Por otra parte, Rusia y China manifestaron su inconformidad ante los planteamientos de López Obrador en el Consejo de Seguridad de la ONU porque no es la instancia, ni cuenta con la infraestructura, ni con las facultades para tomar decisiones que violentan la soberanía de las naciones. Por ello, el representante de Rusia, Vassily Nebenzia dijo que López Obrador no entiende la complejidad del mundo y los riesgos geopolíticos que conlleva aceptar una especie de supranacionalidad (fuerza por encima de los estados nacionales) con fines filantrópicos como sugiere su Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar. Lamentó que AMLO haya buscado ese foro para tener mayor protagonismo, pues, el presidente tiene problemas conceptuales que no le permiten ver los verdaderos problemas del mundo y el carácter del Consejo de Seguridad de la ONU.
Además, el representante ruso reprochó al presidente mexicano que quiera imponer ante el Consejo de Seguridad su política de la corrupción, misma que ha servido como retórica para el manejo interno de México. Por lo tanto, llevarla al foro mundial se convierte en palabrería encubridora del sistema financiero internacional, que en su condición de bancarrota saquea a la naciones como México, las endeuda y perpetúa. Por eso, el diagnóstico y la solución de AMLO son erróneos.
En este mismo sentido, el representante de China, Zhang Jun, criticó la propuesta de López Obrador porque sería una injerencia en los asuntos internos de los países en conflicto. AMLO plantea todo lo contrario al espíritu de La Carta de las Naciones Unidas, que es garantizar la Paz y Seguridad Nacionales, por tanto, su Plan de Fraternidad Mundial y Bienestar viola los principios de dicha carta. Por ello, pidió que los países posconflicto reconozcan sus realidades y establezcan aparatos inclusivos, basándose en el estado de derecho, con la participación de los grupos, y dejar que el pueblo sea el amo de su propio destino.
Todo indica que China y Rusia consideran peligroso el planteamiento de AMLO porque quiere imponer su programa de Bienestar a todos los países pobres, pero resulta más peligroso porque lo quiere hacer bajo la filosofía filantrópica, como un acto de caridad para que los países pobres vivan de la limosna y estén condenados al subdesarrollo; por demás, una visión demasiado estrecha para lograr una sociedad más justa y equitativa. Además, de instrumentarse un plan como el que propone AMLO incrementaría la injerencia de los países ricos sobre los países pobres con “apoyos” que permitirían financiar organizaciones desestabilizadoras en contra de gobiernos contrarios al imperio. Por eso, la propuesta de AMLO ante el Consejo de Seguridad de la ONU es pan con vidrio y Rusia y China han entendido inmediatamente que Andrés Manuel López Obrador es sólo un peón del imperio americano.
Bajo este contexto, el Movimiento Antorchista Nacional ya había señalado el error conceptual y filosófico de AMLO desde 2018 acerca de la corrupción que hoy señalan Rusia y China; ya que la corrupción es inherente al modelo económico capitalista que nace de la exagerada e irracional concentración de la riqueza así producida en unas cuantas manos, mientras que la inmensa mayoría de la población apenas tiene lo indispensable para no morir de inanición. Por tanto, deben atacarse las causas, no los efectos. Para que esto suceda se debe cambiar el modelo económico, o sea, la forma de distribuir la riqueza social que se traduzca en obras y servicios, asimismo, garantizar el empleo para todos los ciudadanos que estén en edad de trabajar con un salario bien remunerado. Lo demás, se quedará en simple palabrería como dijo Vassily Nebenzia.
Seguramente, las mentes pensantes pueden dudar de los representantes de Rusia y China, pero lo mexicanos se deben preguntar por qué disminuimos el -8.5% del PIB en los primeros años del mandato de López Obrador; por qué se redujo la inversión a la ciencia y tecnología al 0.4% del PIB, por qué no hay medicinas para diabéticos, hipertensos y cáncer. Por qué no se construyen hospitales, drenajes y pavimentaciones. Esas son algunas de las preguntas que se deben dar respuesta y solución. Por el momento, el presidente mexicano fue a enseñar las orejas a nivel mundial y debe ser motivo de preocupación para los mexicanos porque fue a pedir limosna para seguir sosteniendo sus programas clientelares que muy pronto resaltaran sus consecuencias. Por lo pronto, se suma otro fracaso más en la política exterior de México y las naciones más importantes del mundo le han dicho al presidente: a otro perro con ese hueso.
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