Cuando los presidentes de Estados Unidos no hacen bien su trabajo, cuando no están fomentando el trabajo, la salud y el bienestar de sus ciudadanos y se involucran en escándalos y actos de corrupción, o cuando es época electoral y que el gobierno en turno no está prestigiado en el pueblo, casi siempre buscan en el exterior a alguien malo, sea persona o país, para luchar contra él y que les permita levantar la simpatía interna de sus ciudadanos; se tacha al objeto señalado del mismísimo diablo, monstruo, explotador y violador de los derechos humanos, que está reprimiendo y saqueando a los países débiles y que de dejarlo continuar, pondrá en peligro a los mismos ciudadanos americanos; que es necesario la unión de todo el pueblo americano para salvarse del peligro.
En realidad, es una mentira, es una manipulación terrible de la conciencia de la gente de ese país para justificar el mal trabajo que se está realizando internamente en favor de los trabajadores.
Pues algo así está pasando en México. El actual presidente de nuestro país, cuando andaba en campaña se ganó el voto de los mexicanos porque prometió un país donde no cabría ya la corrupción ni la impunidad, donde habría trabajo, seguridad, salud y educación de calidad para nuestra gente.
A mitad del sexenio todo lo dicho anteriormente por él se ha quedado en el olvido, en puras palabras, el país ahora no solo no ha mejorado, sino que cada día está peor, sumido en crisis de salud, económica, de inseguridad y con un gobernante que no tolera que se le critiquen los errores de su gobierno, lo que lo induce a caer en actos de autoritarismo y abuso de poder.
De las cosas que están pasando, que afectan y que lastiman mucho a los mexicanos son las siguientes: En salud, dice una nota de eluniversal.com del 10 del presente mes, “México registró este jueves la mayor cifra de muertes por covid-19 en lo que va del año y la cuarta ola de la pandemia al reportar 927 decesos en las últimas 24 horas por la enfermedad respiratoria, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal divulgados esta tarde”. El país registra en total y hasta ahora 311 mil 554 muertes por coronavirus en lo que va de toda la pandemia, según los datos del gobierno federal.”
Los mexicanos no debemos de aceptar estos resultados como ejemplares para el mundo, es una tragedia lo que nos está pasando, sobre todo, como siempre, quienes están poniendo los muertos en esta pandemia son los más pobres y por ello amerita que se haga justicia.
En el empleo seguimos con problemas, como lo atestigua la siguiente nota de elpaís.com del 20 de enero pasado, “Tras casi dos años de pandemia en México, el empleo no logra recuperarse del todo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población desocupada, las personas que no trabajaron ni una hora durante la semana de referencia de la encuesta, fue de 2,1 millones de personas al cierre de 2021 y representó el 3.96% de la población económicamente activa (PEA). La tasa de informalidad sigue siendo un lastre para la economía mexicana, pues 32,2 millones de habitantes del país no cuentan con ningún tipo de prestación ni seguridad social”.
Falta mayor concentración para generar empleos para todos los mexicanos, se habla de 32 millones de personas que trabajan en la informalidad y como consecuencia carecen de prestaciones laborales y seguridad social, y también hay 2 millones de personas que no tienen trabajo; de esto tampoco se dice nada, nuestra fuerza laboral no está siendo aprovechada, y por eso, muchos de nuestros trabajadores mejor se van a trabajar a los Estados Unidos. Mal también en esto.
En la seguridad estamos cada día peor, hasta julio del 2021 según expansiónpolitica.com.mx del día 21 de julio del 2021, “Más de 91,000 personas son asesinadas durante el gobierno de AMLO”. Esta aterradora cifra no es inventada, lo vemos seguido en las noticias, ya es frecuente ver colgados en puentes y encobijados tirados frente a palacios de gobiernos. No puede ser que con estas cifras escandalosas de tanto homicidio se pueda vivir feliz.
De los escándalos de corrupción donde se involucra a familiares del presidente, está el de las casas de lujo con valor de 20 millones de pesos en Texas, donde vivió uno de sus hijos, residencia que era propiedad de un directivo connotado de la petrolera Baker Hughes, quien tiene contratos con el Gobierno de México por 151 millones de dólares. El posible conflicto de interés en la “casa gris” como le llaman ahora, está presente y el presidente en vez de ser parcial y no oponerse a que se investigue a su familia, reacciona de manera vengativa, exhibiendo, según él, los altos sueldos del reportero que expuso la vida lujos del hijo del presidente que pregona la austeridad.
Todo esto nos debe llevar a decir, México necesita un presidente que cumpla lo que prometió, que trabaje pensando en cómo evitar que sigan muriendo más mexicanos por covid-19; que se generen más empleos, que se pare la inseguridad, la impunidad y la corrupción y no estar buscando justificaciones; como no trabaja busca pretextos para justificar sus nulos resultados, por eso ataca ahora a las empresas españolas de saquear a México buscando distraer a la ciudadanía de los problemas reales, cuando es en su gobierno actual que se les ha dado muchos contratos a estas empresas para realizar obras. Entonces, ¿dónde está la seriedad de este gobierno?
Por todo lo anterior, es sumamente importante que los mexicanos aprendamos a conocer la realidad en que nos movemos, a distinguir los hechos de los discursos, porque los problemas sociales siguen creciendo, ahí están, no se pueden borrar con pura retórica, con puros discursos, por eso los pobres de este país deben de estar organizados y en lucha para no seguir siendo víctimas de más engaños.
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