La sociedad capitalista actual, unipolar, encabezada por el imperialismo norteamericano ya no puede sostenerse, debido a las grandes turbulencias económicas que está atravesando y por el peligro latente de perder su hegemonía en el planeta, hace hasta lo imposible por sobrevivir, sin importar, si para ello ha de incendiar países enteros como lo ha hecho con Iraq, Afganistán, Libia, y hoy Siria, apoyándose para cumplir su cometido en el grupo extremista llamado Estado Islámico.
Los gobiernos de los países occidentales (Alemania, Francia, España y Estados Unidos) tratan de "purificar" su alma y espíritu, abrigando a miles de migrantes que atraviesan el drama más macabro y vergonzoso que hoy lastima al género humano después de la Segunda Guerra Mundial. Se habla de más de 200 mil migrantes que han decidido cruzar el mar mediterráneo tratando de salvar sus vidas, huyendo de las balas, bombas y misiles que hoy envuelve al país sirio y demás naciones. Muchos en su intento han perdido la vida (más de 30 mil muertos). Pero no nos engañemos, dar asilo a migrantes no resuelve el problema de la invasión en Siria. La prensa internacional ha ensalzado esta acción "humanitaria" de los mandatarios de los países arriba mencionados, pero sólo es propaganda mediática, humo a los ojos de la humanidad para distraer la atención a los abusos que se cometen en contra de la soberanía del país sirio, y con el propósito de apoderarse de su riqueza y del mar mediterráneo oriental. ¿Por qué afirmo esto? Veamos por partes.
Desde antes de los sufragios de junio de 2014 en Siria, Estados Unidos ya venía respaldando al grupo opositor del gobierno y a los grupos terroristas, desconociendo al Jefe de Estado Bashar Al-Assad quien ganó contundentemente las votaciones del pasado 3 de junio de 2014, con el 88.7 % de los sufragios emitidos (Bashar al-Assad no es aliado de Estados Unidos, en cambio sí de Rusia y China). En mayo de 2014 el presidente Obama recibió en la Casa Blanca a Ahmad Jarba, líder de la oposición del gobierno sirio, a quien Obama le refrendó su respaldo para derrocar al presidente al- Assad, y este a su vez, agradeció el apoyo que le estaba brindando para dicho propósito (con más de 287 millones de dólares). Pero ¿cuál es la verdadera pretensión de Estado Unidos contra Siria? En primer lugar conquistar su mercado y corromper las costumbres, tradiciones nativas para someterlos al consumismo occidental; en segundo lugar someterlo de la misma forma como lo ha efectuado contra Iraq, Libia, Afganistán y toda la lista de países de la región que han sucumbido por el poderío militar estadounidense, que lejos de establecer la tan llevada y traída paz social que han pregonado en el mundo, hoy atestiguamos en esas naciones: como Estados fallidos. Ese es el verdadero propósito de occidente para con Siria, derrocar su presidente y romper las relaciones con Rusia y China. En tercer lugar, apoderarse de sus grandes reservas de gas (fuente de energía del futuro frente al agotamiento del petróleo), en este tema junto con Rusia ya trabajan en proyectos de gasoductos para comerciar con naciones europeas; en cuarto lugar apoderarse de la región geoestratégicamente ubicada en el mar mediterráneo oriental para acercarse a Irán, que es otro de los propósitos deseados por Estados Unidos.
Esta cruzada que ha emprendido el imperialismo yanqui, junto con sus aliados en el cercano y medio oriente, así como de áfrica septentrional, disque promoviendo la concordia y armonía en las naciones, según ellos porque poseen gobernantes "antidemocráticos", "tiranos", "dictatoriales"; hoy vemos que fracasa en su intento. La evidencia más vergonzosa es la migración en masa de los habitantes de aquellos países, principalmente de Siria; países en donde hoy reina el caos, propósito principal de los Estados Unidos para derrocar gobiernos no alineados e imponer gobernantes incondicionales, dependientes en sus decisiones.
Hoy levanto mi voz en contra de esta tragedia humana perpetrada por el imperialismo norteamericano y sus aliados. Lejos de aplaudir la acción "humanitaria" de Alemania, España, Francia y los Estados Unidos, lo que exijo es justicia a estos hombres errantes. Me uno al mensaje de protesta del niño sirio, Kinan Masalemehi, cuando dijo: "No queremos ir a Europa, sólo paren la guerra en Siria". Ningún ser humano desea salirse de su terruño. Los sirios saben perfectamente bien que quien los está estrangulando no es el Estado Islámico, sino la coalición internacional que ha entrado en Siria con el pretexto de combatir a esos grupos violentos, pero que en realidad lo que hacen es apoyarla para derrocar el gobierno de Bashar al-Assad. Invito al mundo, pues, a analizar profundamente el fenómeno y elegir otras opciones de vida que hoy nos gritan a voces voltear nuestra mirada hacia ellos.
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