El tema no es nuevo, pero tiene relevancia en este momento, ya que los mexicanos estamos experimentando en carne propia la difícil situación económica, derivada en parte por la pandemia, que por cierto no se ve cuándo terminará, pues ya se anuncia la aparición de otra variante, dando la idea que alguien, con una mente tenebrosa las va diseminando en el mundo como un distractor para desviar la atención y así, sin darnos cuenta, las potencias del mundo, encabezadas por Estados Unidos, intentan afianzar su dominación económica. En el encarecimiento de los productos influye también el conflicto entre Rusia y Ucrania, dicho sea de paso, es la manera en que se manifiesta la feroz lucha que mantiene el imperialismo contra Rusia, que después de la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se ha levantado tanto económica como militarmente, de ahí que el imperialismo financiero encabezado por Estados Unidos y Europa del este, ven amenazados sus intereses de dominación en el resto de los países del mundo, por eso la guerra mediática que ha desatado, principalmente Estados unidos, contra esta defensiva de Rusia, ha ocasionado que la bolsa de valores de los países económicamente poderosos sea inestable y por consiguiente afecte las economías poco sólidas, como el caso de México.
Otro factor que mucho tiene que ver con la inflación en México es la ausencia de políticas económicas orientadas a darle seguridad a la inversión local y extranjera, fomentar la producción y la creación de fuentes de empleo, apoyar a la mediana y pequeña empresa y potencializar la producción agropecuaria. Desgraciadamente la 4T está haciendo lo contrario. Además, desapareció importantes programas como el seguro popular, que ayudaba a las familias más pobres en materia de salud, y ha aplicado significativos recortes a la educación, la ciencia y la tecnología. El nulo apoyo a la pequeña empresa que la pandemia ahogó, provocó que los propietarios tuvieran que cerrar, dejando a millones de trabajadores sin empleo, y por consiguiente sin ningún ingreso. El ego enfermizo del presidente de la república lo ha llevado a construir obras innecesarias como la refinería de Dos Bocas, cuando en el país hay seis que no operan al cien por ciento de su capacidad, ha cancelado un aeropuerto ultramoderno y funcional a mitad de su construcción para iniciar otro disfuncional, de menos capacidad y más caro. La lista es larga, solo para tener claridad del asunto veamos que la política agropecuaria del presidente está acabando con el campo, sector donde se produce la alimentación de los mexicanos y está dejando al elemento activo, al productor al campesino literalmente en la calle.
Recientemente, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, mejor conocida como la FAO. Dio a conocer que mundialmente, los precios de los alimentos están por las nubes. Destaca que en febrero los precios de los alimentos registraron un nuevo aumento histórico debido al incremento de los precios en aceites vegetales, lácteos, cereales y carnes; dice este organismo internacional que el índice de los precios de estos alimentos se coloca en un promedio de 140.7 puntos, 20.7% más que en el 2021. Confirma que, en el caso de los cereales, son los que presentan más alza, pues éstos tuvieron un promedio de 144.8 puntos, 14.8% más que hace un año. El trigo se incrementó por la incertidumbre sobre los suministros mundiales en el contexto del conflicto en Europa del Este, pues estos dos países, Rusia y Ucrania son los principales exportadores a nivel global. El mismo fenómeno para los productos lácteos, ya que los principales productores son los europeos. Como todas las cosas están concatenadas, le sucede lo mismo a la producción del maíz, alimento básico de la alimentación mexicana, cuyos precios de los insumos para producirlo en la presente temporada se han disparado hasta en un 300 por ciento. Según la FAO, los precios de la carne, también han registrado un incremento histórico, porque ha superado cualquier registro de alza de precios anteriores a febrero del presente año.
En el diario vivir, los mexicanos nos damos cuenta que económicamente el país anda muy mal. Se refleja en el poder adquisitivo de la gente común, cuando una ama de casa regresa del mercado con la bolsa a la mitad, sabe que algo no anda bien porque no hace mucho, la misma bolsa la llenaba con la misma cantidad de dinero. Lo mismo para el carpintero, para el herrero o cualquier persona que es consumidor, sin embargo, para los campesinos, el auténtico trabajador del campo, el que produce los alimentos con el sudor de su frente, se queda paralizado ante la imposibilidad de adquirir los insumos para hacer producir su tierra, lo mismo sucede para el productor en pequeña escala de ganado. En general, la gente dedicada a la producción agropecuaria, se ha visto afectada por las políticas equivocadas del gobierno federal al desaparecer todo tipo de apoyos, aunado a esto en algunas regiones de nuestro país los productores agropecuarios son víctima de las extorsiones del crimen organizado, todo esto ha provocado también que los precios de los productos básicos se estén elevando. En el caso del maíz, el 90% de la producción de variedades blancas, pero no del todo es autosuficiente, pues el otro 10% para el consumo nacional se tiene que importar, en cambio el maíz amarillo utilizado para alimento del ganado apenas se produce una quinta parte, el resto también se importa, y por lo tanto aquí tampoco somos autosuficientes y el gobierno lejos de inyectarle recursos al campo los está desviando para su política clientelar.
México cuenta con tierras aptas para el cultivo y la ganadería, sus diversos micro climas permiten desarrollar ampliamente cualquier actividad agropecuaria, pero desgraciadamente, ni la producción agropecuaria ni el mejoramiento del nivel de vida de la población rural es prioridad del gobierno federal, éste se ha dedicado a repartir dinero en efectivo a ciertos sectores como una manera de control para recibir votos en las próximas elecciones. En ninguna parte del mundo se ha demostrado que la distribución monetaria de manera directa es una forma de desarrollo de un país. Por el contrario, se debe invertir en grandes proyectos que produzcan bienes de consumo, y que generen fuentes de empleo. Potencializando la mano de obra y explotando los recursos naturales de manera controlada para un bien social. Por eso los pobres de esta patria debemos organizarnos y dar la lucha por el poder político y transformar al país, con mejores oportunidades para la mayoría de los ciudadanos.
Etiquetas: Alimentos Básicos, nubes, URSS, Organización de las Naciones Unidas, 4T
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