El sueño americano; el maravilloso mundo de Mickey Mouse, Star Wars y los Vengadores; la patria de las patrias, la potencia, el imperio, la tierra de la libertad. Los Estados Unidos (EE. UU.) de Norteamérica se están derrumbando por dentro.
Es tiempo de repensar el llamado sueño americano, la crisis política, social, económica y de salud que hemos vista en los vecinos del norte tiene su causa en la profunda desigualdad generada por el sistema de producción capitalista en su etapa final.
¿Qué está sucediendo realmente en EE. UU.? El país más rico del mundo tiene una desigualdad impresionante, el 1% de la población posee el 50% de toda la riqueza del país mientras cuarenta millones de personas viven por debajo de la línea de pobreza, la pandemia mostró que esa pobreza es desigual, los negros y los latinos tienen el doble de probabilidad de ser pobres. Hay más de medio millón de personas que viven en la calle y no porque no haya viviendas que puedan ocuparse, sino porque los alquileres son tan caros que nadie los puede pagar.
La pandemia ha acelerado las contradicciones ya existentes. En abril del 2020 ya se habían perdido 20 millones de empleos, para mediados de agosto una de cada 7 empresas había quebrado. Entre 30 y 40 millones de personas que perdieron su casa el 80 % es negra o latina. Además, un tercio de los desempleados en la crisis por la pandemia, no recibieron ningún subsidio del gobierno para paliar su crítica situación. Una cuarta parte de todos los indígenas norteamericanos se han quedado sin empleo. El salario mínimo federal no se ha modificado desde el 2009 siendo en aquel entonces de 7.25 dólares la hora, hoy después de 12 años sigue siendo de 7.25 dólares la hora. Un hogar negro gana el 61% en salario de lo que gana un hogar blanco.
El sistema de salud es un desastre y un lujo. Antes de la pandemia ya había 87 millones de personas sin un seguro médico. Al año mueren más de 30 mil personas por no poder acudir al servicio médico cuando lo necesitan, en promedio una estancia médica de tres días en un hospital puede estar costando alrededor de 30 mil dólares. Más de medio millón de personas se declaran en bancarrota cada año por no poder pagar sus gastos médicos. El 19% de los afroamericanos no tienen acceso al servicio médico y el 15% de los blancos tampoco. En la pandemia más del 40 % de los adultos quedaron con secuelas de salud mental y una cuarta parte de jóvenes encuestados en este periodo crítico, dijeron que habían contemplado el suicidio como única salida a sus problemas.
Este sistema de salud explica que sean el país con mayor número de contagiados y muertes por covid-19 en todo el mundo.
Estudiar en estados unidos es sumamente caro y la gente siempre queda endeudada, a la fecha hay 44 millones de personas que suman una deuda de cerca de 1.6 billones de dólares. El promedio de deuda estudiantil con el que la gente se gradúa es de 29 mil dólares. El costo de las universidades se ha incrementado en un 25 % en la última década. Los colegios en los distritos con mayor diversidad racial reciben 23 mil millones de dólares menos que los colegios con mayoría de gente blanca a pesar de tener el mismo número de estudiantes.
La discriminación racial florece en todos los ámbitos de la vida norteamericana. El 25% de la gente asesinada por la policía es negra. La causa principal de muerte de los jóvenes afros es ser asesinado por la policía. Es 4 veces más probable que la policía use la fuerza contra un hombre negro que contra un hombre blanco. La violencia racial esta desatada.
Todo esto, por más que lo quieran ocultar los lideres norteamericanos, son la causa de la inconformidad del pueblo estadounidense. La gran concentración de la riqueza en un puñado de familias ofende a todo mundo y mantiene en la miseria a la gran mayoría de la población norteamericana. El imperio está llegando a su fin. La elección del nuevo presidente la agravará, seguirá impulsando una política de rapiña no sólo con otros pueb sino sobre todo con su misma nación. El mundo debe prepararse para este colapso y tener la capacidad para levantar un nuevo mundo de fraternidad y solidaridad.
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