Hace unos días, la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, salió a defenderse por tantas manifestaciones que se han realizado en las últimas semanas por la falta de agua en la capital, al escuchar sus declaraciones, afirmó que los deudores de agua son los que más bloquean calles. Es claro que la falta de agua potable es un problema que afecta a todos los habitantes, independientemente de si se está o no al día en los pagos de este servicio básico.
La función de un gobernante es buscar soluciones para resolver los problemas que aquejan a la ciudadanía, no señalar con el dedo a aquellos que se manifiestan para exigir lo que les corresponde. Es inconcebible que la alcaldesa se enfoque únicamente en si se paga o no el servicio de agua, en lugar de buscar la forma de solucionar el problema de fondo.
Es evidente que la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (Capach) necesita un reordenamiento administrativo que permita mejorar el servicio y atención, incluyendo un padrón real de usuarios y una distribución adecuada del agua.
Pero también es necesario que se aborden los problemas de infraestructura y mantenimiento que están afectando la capacidad de la Capach para proveer agua potable a los habitantes de Chilpancingo.
Es lamentable que en lugar de reconocer y trabajar para solucionar estos problemas, la alcaldesa decida culpar a aquellos que se manifiestan para exigir que se les provea el servicio de agua que les corresponde.
La realidad es que las personas que se manifiestan en las calles lo hacen porque están hartas de una situación que se ha vuelto insostenible. No es justo que los ciudadanos tengan que lidiar con la falta de agua en sus hogares, mientras la alcaldesa busca excusas para justificar la ineficiencia de su administración.
Es importante recordar que el acceso al agua es un derecho humano básico, y que todas las personas deben tener acceso a agua potable y servicios sanitarios adecuados. En lugar de estigmatizar a aquellos que protestan, la alcaldesa debería trabajar para garantizar que todos los habitantes de Chilpancingo tengan acceso a estos servicios básicos.
Es necesario que la alcaldesa de Chilpancingo deje de culpar a aquellos que se manifiestan y se enfoque en buscar soluciones para resolver la falta de agua potable en nuestra ciudad. Todos los habitantes de Chilpancingo merecen tener acceso a este servicio básico, independientemente de su situación económica. Espero que la alcaldesa escuche las demandas de la ciudadanía y trabaje para mejorar la situación en nuestra ciudad.
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