El pasado 5 de junio del año en curso, en varios estados del país se realizaron votaciones para elegir a un nuevo gobernador. En Aguascalientes la elección arrojó el siguiente resultado: 53 por ciento a favor de la coalición liderada por el PAN, frente al 34 por ciento para la candidata de Morena.
El próximo primero de octubre, la panista Teresa Jímenez Esquivel tomará las riendas del gobierno del estado y se convertirá en la gobernadora, tras un prolongado trabajo legal por el que la Sala Administrativa y Electoral (SAE) del Poder Judicial del estado declaró improcedente el recurso de impugnación interpuesto por Morena y su candidata.
Con la salida del también panista Martín Orozco Sandoval, y la rispida relación, Aguascalientes no solo no cambia de color, sino que un mar de retos enfrenta el nuevo gobierno que está a la puerta si es que su interés es mejorar verdaderamente las condiciones en las que se encuentra el estado. Según los informes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval-2020), en Aguascalientes el 26.2 por ciento vive con algun tipo de pobreza; el 10.3 por ciento es vulnerable por ingresos; el 29.6 por ciento, lo equivalente a 397.8 mil personas, es vulnerable por carencias sociales.
Esta difícil situación, que viven miles de familias humildes en nuestro estado, es resultado del modelo económico que impera hoy día en el mundo del que nuestro país no es la excepción, y cobra cada día más fuerte su factura, ya que el capitalismo no sólo no ha curado los males que prometió curar cuando se instauró en el mundo, sino que los ha multiplicado.
En su más reciente informe, publicado en octubre del 2014 y titulado “Desigualdad extrema en México. Concentración del poder económico y político”, la organización global para el desarrollo OXFAM, dice que “la desigualdad limita el desarrollo del capital físico, social y humano necesario para mejorar las condiciones de vida y el bienestar de las personas…”. Podemos decir, entonces, que estamos lejos de presumir que somos una de las tres ciudades mejores para vivir cuando una buena cantidad de habitantes de la entidad se encuentra en tales condiciones.
Sigue la OXFAM “combatir la desigualdad para reducir la pobreza es una tarea que nos implica a todos y nos beneficia a todos […] Las consecuencias son destructivas para todo el mundo. La desigualdad extrema corrompe la política, frena el crecimiento y reduce la movilidad social”. Conclusiones que deben quedar grabadas en la mente de la nueva administración que dirigirá al estado, pero no solo eso, el gobierno que encabeza Martín Orozco Sandoval tendrá que atender en serio las necesidades más elementales que viven miles de familias pobres en nuestro estado y no solo gobernar en favor de las elites económicas.
El principal problema que enfrentamos los mexicanos es el de la pobreza. En un país como el nuestro, que cuenta con vastos recursos naturales y una mano de obra productiva, cuya economía está colocada en el lugar número 15 a nivel mundial y la segunda economía en América Latina, resulta inaceptable que la riqueza que producimos millones de trabajadores mexicanos se concentre en unas cuantas manos, mientras que nuestras familias se encuentran en situación de pobreza (llámese moderada o extrema).
El problema, por tanto, no radica en la democracia o la existencia de alternancia en el poder político. Sean gobiernos rojos o azules, es necesario que se apliquen a combatir la pobreza y centren su atención en una distribución más equitativa de la riqueza. El pueblo pobre, por su parte, no debe esperar y contemplar pasivamente lo que haga o no el gobierno en turno, nuestra tarea es organizarnos y luchar por obtener solución a nuestras más apremiantes necesidades.
En consecuencia, es necesario que se reconozca que, en Aguascalientes, una amplia capa de la sociedad sufre los estragos de la pobreza: falta de empleo, sin acceso a los servicios básicos de vivienda, salud, educación, agua potable, drenaje, electrificación, etc., etc., que se reconozca que la pobreza es un lastre que, desde hace tiempo, ha frenado el avance significativo del estado.
Y, en coincidencia con el informe de la OXFAM, el Movimiento Antorchista Nacional ha planteado, desde hace más de 48 años, que en nuestro país debe existir un reparto más equitativo de la riqueza para que todos los mexicanos vivamos mejor.
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