La jerarquía morenista, encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), está convencida de que los planes escolares heredados de administraciones previas sólo sirven para impulsar cosas negativas, como el neoliberalismo, racismo, el patriarcado, el elitismo, la competitividad y la meritocracia; por tal motivo, a través de una nueva reforma educativa, busca un adoctrinamiento dogmático para pervertir las mentes de los niños, arrastrándoles a un absurdo fideísmo irracional.
Lo anterior parecería muy extremo, sin embargo, es un plan muy bien trazado por el actual presidente de la república, y lo dejó ver en la página 8 de su llamada Cartilla Moral que tiene el título de “El hombre se educa para el bien... el malo por naturaleza es educable en muchos casos y, por decirlo así, aprende a ser bueno”.
Desde este punto de vista, el supremo mesías se convierte en dios y define quien es bueno y quien es malo, y, por tanto, busca educarlo para sacarlo del mal, un salvador que nos liberará del enemigo llamado conservadurismo, los que piensen como panistas, priistas o de cualquier otro partido son malos, pero podemos salvarlos si se arrepienten. A todo el pueblo malo no podemos darle un puesto en el gabinete, por lo tanto, hay que evitarle que razone y que piense porque son malos esos librepensadores.
En México, se pretende usar un conjunto de técnicas no frontales y principalmente no violentas, como la educación con el fin de controlar a gobiernos futuros de forma perpetua, por eso la urgencia de imponer una reforma educativa a modo; es decir, cada acción nueva que realiza Morena cautiva a los necesitados convirtiéndolos en sus seguidores. Por su situación de pobreza y los jóvenes estudiantes no se quedarán fuera, deben ser educados a modo; por un lado, el asistencialismo creando una base social electorera y por otro evitar que los jóvenes rebeldes le echen a perder su dictadura perfecta.
Los funcionarios de la 4T así lo gritan a los cuatro vientos, y como ejemplo está Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), quien dijo que “el nuevo modelo educativo desconocerá los actuales libros de texto porque fomentan ‘el modelo neoliberal’, eliminará exámenes de evaluación internacional y alineará sus objetivos a los propósitos de la Cuarta Transformación”.
Por lo anterior, fue muy criticado por expertos en educación, entre ellos Alma Maldonado, investigadora del Cinvestav, quien consideró “que la propuesta impulsa un deseo ideológico y no pedagógico, en un momento en el que la función de la dependencia debería ser rescatar a alumnos rezagados o que abandonaron la escuela durante la pandemia”.
La reforma educativa morenista atenta contra la educación, al impedir a los estudiantes el derecho de pensar, razonar y criticar. AMLO quiere unas escuelas que estén bien diseñadas para producir adultos dóciles, regularizados y estandarizados; con una conducta predecible y controlada. Dicha reforma no es educación; es una política llevada a la educación, y no cualquier política sino la que le conviene al partido en el poder, aderezada con radicalismo morenista.
En tales circunstancias, desde Antorcha Magisterial nos pronunciamos una y otra vez en contra de la imposición de dicho modelo educativo e invitamos a todos los maestros, estudiantes y padres de familia a no permitir un cambio en los planes de estudio sin antes tener un diagnóstico claro de la situación educativa postpandemia y se haga un plan para abatir el rezago educativo que afecta a millones de niños, adolescentes y jóvenes en México.
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