La lucha de los pueblos de todos los países, incluyendo México, para que se le concedan sus derechos no ha sido fácil. Durante la colonia y parte del México independiente no había respeto a ninguna libertad. La libertad de ideas, de asociación, petición, de transitar por nuestro país (sin tener que presentar pasaporte), el derecho al trabajo, y a una vivienda digna, son papel remojado.
En los días que corren, entre todos los ataques a las libertades de los mexicanos se encuentra la reciente aprobación por parte de la Cámara de Senadores, reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión proveniente de la Cámara de Diputados, que fue avalada con 54 votos a favor, 49 en contra y 10 abstenciones, en lo general, y con 56 a favor, 52 en contra y siete abstenciones en lo particular, iniciativa enviada por la Cámara de Diputados.
El pretexto, tal como ha sucedido con las cámaras de vigilancia instaladas en muchos municipios, en esta iniciativa se pide entregar prácticamente toda nuestra información personal, y que el gobierno concentre dicha información, para combatir, según ellos, los delitos de extorsión telefónica. La esencia de esa ley es particularmente peligrosa, porque conociendo el actuar de la actual administración, lo único que puede suceder es que en el afán de ganar dinero, el gobierno venda dicho padrón a las empresas y negocios particulares.
Si, ya de por sí, uno recibe todos los días, llamadas de encuestadoras, venta de productos para la piel y miles de ofertas más, incluso las realizan hasta altas horas de la noche, y uno en automático contesta pensando que es alguna emergencia familiar; sin embargo, lo más preocupante es que viola la Constitución y una de las garantías de los ciudadanos y, como se dice en el origen moderno de las garantías, que no es más que la Declaración francesa de Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789, en su artículo 16 señala: “Toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no esté asegurada ni la separación de poderes establecida no tiene Constitución”.
Esta nueva iniciativa se suma a las anteriores reformas que buscan combatir la delincuencia y otras tantas medidas punitivas.
La medida aprobada por la Cámara de Diputados y Senadores, con mayoría de Morena, viola flagrantemente la Constitución en su artículo 16, la cual indica que protege la libertad personal y la seguridad y que protege de la molestia que cause molestia a los ciudadanos en su persona, papeles o posesiones y que tutela, además la inviolabilidad del domicilio y la vida privada.
¡Al diablo las instituciones! fue uno de los gritos de batalla, cuando el actual presidente se encontraba en la oposición. Pero cuando una de las instituciones lo declaró ganador y a todos sus allegados, en ese momento las instituciones no estaban equivocadas. Hemos dicho que muchas de las cosas del mundo actual, como la violencia e inseguridad siguen en aumento, y que la doctrina amorosa no ha logrado convencer a los delincuentes de que se porten bien.
Y, en lugar de hacer una política más precisa, que realmente conduzca a la seguridad de los ciudadanos, al ciudadano presidente se le ocurre que hay que crear un padrón para tener a todos los ciudadanos registrados, revisar sus llamadas y vigilarnos. Dime que haces y te diré a quién te pareces. Algunos han tratado de comparar a Cuba, China y Venezuela que tienen sistemas similares, solo que ellos, se encuentran amenazados por el imperio. Pero nadie dice que ese mismo sistema lo tiene Estados Unidos, con el pretexto de Seguridad Nacional y combate al terrorismo, que parecen argumentos mejor elaborados para que el ciudadano pierda su libertad a cambio de seguridad.
Pero en México, con el pretexto de combatir la inseguridad. Se han hecho más leyes, buscando que el ciudadano pague más y que precisamente, como muchas de las cosas implementadas por el gobierno, se prestan para la corrupción, extorsión, que este mismo gobierno jura y perjura que ya se acabó. Definitivamente México, no está preparado para un cambio de esa naturaleza y que lo único que busca es que paguen justos por pecadores. Lo mismo que en otros aspectos de este sexenio. Un sexenio, donde vemos que gobierna un enemigo de los trabajadores de México.
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