El Movimiento Antorchista tardó en llegar al centro de Chiapas, pero gracias a sus acciones el municipio de Chiapa de Corzo, ubicado a un costado de la capital chiapaneca, tiene avances más significativos de desarrollo y progreso a favor de cientos de familias.
A pesar de que no fue el primer lugar en el que tuvo presencia, los integrantes del movimiento de Antorcha Campesina, en Chiapas obtuvieron una respuesta inmediata, y más en la periferia de la capital, para resolver las múltiples necesidades de familias.
En este lugar los más necesitados vieron y no dudaron de lo que Antorcha hacía para lograr la unidad, el desarrollo y el progreso, por ello muchas personas se adhirieron a este movimiento y se sintieron identificadas para trabajar por mejorar su calidad de vida.
Fue así qué con el trabajo de muchos líderes del Movimiento Antorchista y con el ejemplo del trabajo ya realizado en otros lugares, los chiapanecos empezaron a mostrar su identidad y su adhesión, y también el compromiso de trabajar en unidad por el bienestar de sus familias.
Es de esta manera cómo Antorcha Campesina funda la colonia El Refugio, la primera de siete centros de población en los que ahora tiene presencia el Movimiento Antorchista.
Se le llamó El Refugio porque, después de realizar marchas y plantones en demanda de un espacio de tierras para vivir, los pobladores fueron amedrentados y atacados por la policía, huyeron hacia un costado del Cañón de Sumidero en donde encontraron ese refugio de protección para evitar que fueran aprehendidos. De esta historia ya hace más de 28 años.
Así lo cuentan algunos de sus fundadores, quiénes señalan que fue un largo caminar el que implicó la legalización de las tierras que estaban ocupando; sufrieron actos de represión cómo fue la dispersión y el enfrentamiento con los policías cuando estos realizaban bloqueos, fue de esta forma que lograron ubicarse en el primer punto de reunión que era el refugio.
Doña María Antonia Santos, de 58 años de edad y quien habita desde hace 28 años en El Refugio, lo relata sensiblemente.
“Sufrimos mucho, luchamos, pero al final obtuvimos un pedazo de tierra en el que podemos vivir, yo era una trabajadora doméstica, salía a lavar y a planchar ropa a las casas ¿Cómo era posible que una madre soltera como yo pudiera obtener un pedazo de tierra para vivir? ¡Eso ni en sueños! Esto solo fue posible gracias a la intervención del Movimiento Antorchista, nos enseñaron que unidos y con esfuerzo podemos luchar por lo que deseamos, pero eso sí de forma legal, no abusando de los demás. Nosotros obtuvimos estas tierras, pero fueron pagadas a través de una gestión que realizamos con el Gobierno federal, estatal y municipal”.
“Antes no había calles, teníamos que labrar veredas para subir hasta dónde están los terrenos; y ahora acá enfrente pasa la ruta del colectivo, se han logrado escuelas, calles, domos, parques, muchos avances para nosotros como la luz eléctrica, el agua potable, y aún faltan algunos servicios, algunas gestiones, pero ya les toca a los jóvenes seguir con esta lucha por el bienestar de nuestra colonia”.
Don Samuel Grajales Cruz, de 56 años, tiene 26 años de residencia en El Refugio, el es originario del municipio de Villacorzo, del Ejido Santiago, y es uno de cofundadores de la colonia.
Cuenta que la colonia tiene 28 años de fundación, esto luego de que surgiera una invasión, misma que fue respaldada por Antorcha Campesina para que se legalizaran los predios y que hasta ahora ha logrado el desarrollo de los servicios básicos.
Con lágrimas en los ojos, relata como él se ha superado gracias a la intervención del Movimiento Antorchista. “Yo estaba mal, yo andaba en muy malos pasos, ya era casi un teporocho, pero cuando vi la oportunidad que Antorcha Campesina me estaba ofreciendo decidí por mí y por mi familia cambiar mi forma de vida y fue así como he logrado superar esa enfermedad y dedicarme a lo que más me gusta que es la pintura”. Desde niño empezó a pintar.
“En mi pueblo natal, ahí los maestros me decían que tenía talento y me regalaban hojas blancas y lápices, después me fui a trabajar de panadero el municipio de Tonalá, allí una persona que me apreciaba me dijo que había una escuela de pintura y me inscribí, allí tuve un maestro que le aprendí mucho y ahora soy un pintor, quizás no profesional pero sí con un poco de estudio y me gusta pintar, me gusta pintar réplicas de los grandes pintores que ha tenido la humanidad”.
Cuando conoció al Movimiento Antorchista también vio la oportunidad de progresar y no dudó en provecharla; ahora don Samuel tienen un lugar dónde vivir, ha progresado, tienen mi taller, pequeño, humilde, pero es suyo. Su hijo también se dedica a la pintura, es arquitecto; su hija es chef.
“Mi familia ha progresado, pero la base es el patrimonio con el que me ha ayudado Antorcha, es básico para el desarrollo de mi familia”.
“Acá en la colonia no teníamos servicios básicos, éramos olvidados, pero gracias a la gestión y el apoyo, la unidad del trabajo que hicieron los líderes y los habitantes ahora tenemos calles, tenemos parques, tenemos escuelas tenemos domo, cancha, escuela de danza, jardín de niños; todo esto gracias a la gestión y el impulso que nos ha dado Antorcha Campesina, creo que nada de esto fuera posible sin el apoyo de ellos”.
“Estoy enormemente agradecido por todo lo que Antorcha Campesina ha hecho por mí y por mi familia, por la comunidad, ahora le pido a los jóvenes, le pido a la gente que no conoce Antorcha, que se acerque y que los conozca, que vea cómo es la agrupación, cómo trabaja y cómo se puede lograr el desarrollo y prosperidad, con la unidad el trabajo es básico; estamos muy agradecidos con Antorcha y seguiremos agradecidos con ellos por siempre”.
Dentro de las historias de los fundadores de estás colonias también existen historias de amor, como la de la pareja que formaron doña Herlinda Morales Mejía, de 53 años, quién vive desde hace 27 años en la colonia Plan Chiapas, otro de los centros de población en los que ha trabajado el Movimiento Antorchista. Ella es originaria de Frontera Comalapa, ama de casa, y llegó en busca de una mejor vida y si que la encontró, pues además de conocer al Movimiento Antorchista, también conoció el amor.
Su esposo Alberto Espinosa Morales, de 52 años, de oficio albañil, bloquero, es originario del municipio de Venustiano Carranza y dice que, gracias a Antorcha Campesina, la vida le ha cambiado.
“Ahora tenemos un lugar donde vivir, tenemos una vivienda pequeña donde han crecido nuestros hijos y también tengo un espacio donde trabajar, hemos luchado para obtener este pedazo de terreno que sin la ayuda y el respaldo de la agrupación eso sería imposible, porque la gente humilde como nosotros que no tenemos estudio y dependemos de un trabajo eventual no tenemos acceso a créditos o a préstamos para lograr un patrimonio”.
Doña Herlinda cuenta que el desarrollo de la colonia Plan Chiapas ha sido enorme porque gracias al antorchismo hay escuelas y parques donde se forma una sana sociedad.
“Antorcha Campesina también se ha preocupado por enseñar, pues hay escuela de danza y hay escuela de artesanías y eso en lo particular nos ha ayudado mucho porque al menos mi hijo se ha dedicado a la danza, prefiero que mi hijo estudié danza que esté en las calles con algún vicio como ocurre ahora con muchos jóvenes, eso no pasa aquí con la agrupación”.
Los esposos coinciden en que gracias a la unidad y a la organización que existe al interior del Movimiento Antorchista, se ha luchado por el desarrollo y el progreso de la colonia. “Sin la actividad de todos los líderes y de todos los integrantes de antorcha campesina esto no fuera posible, estamos muy agradecidos por ayudarnos a ser una mejor familia y tener una mejor calidad de vida para nuestros hijos, seguiremos trabajando de la mano con la organización, por siempre”.
“Acá nos conocimos, acá nos hicimos novios, acá nos casamos, acá procreamos nuestros hijos y acá nos vamos a quedar, acá somos felices”.
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