La imposición de la ideología del sistema económico capitalista es total; sí, en cada una de las actividades de la vida diaria se refleja fielmente la idea de sometimiento en el pueblo pobre, hasta en el modo de caminar de la gente, como suele decirse coloquialmente. No hay pobre que no se levante en la mañana queriendo ser rico. En el fondo de su pensamiento lo odia por el maltrato que de él recibe, ya que lo somete; pero lo imita y quiere ser como él, y se esfuerza trabajando más para lograr su anhelado sueño, un sueño imposible.
A temprana edad, los niños llenan los atrios de las iglesias cada fin de semana, los adoctrinan, con el fin de sembrar en el niño el miedo a ser castigado si se atreve a desobedecer, ya que las indicaciones recibidas se tienen que cumplir sin cuestionar, porque, aprendiendo que hay un Dios bueno, magnánimo, presto a socorrerlo si cumple con sus mandamientos.
Éxodo, Capitulo 20, versículo del 1 al 17, Santa Biblia, Pag. 39 y 40, versión Casiodoro de Reyna, (1569) Aprendiendo que hay un Dios, que está en todo lugar, omnipresente, omnisciente, que no se le escapa nada, que está al tanto de todo cuanto sucede. De un poder absoluto. Aprende que se debe de someter con el que tienes el poder, porque nada se puede hacer. ¿Será cierto?
En casa, a obedecer lo que diga el papá, amo y señor del hogar proveedor de los alimentos, incuestionable en su comportamiento. De él depende tener un techo, vestimenta. En la escuela, el maestro es la autoridad no se le puede contrariar; su peor castigo: ser reprobado, es mejor llevarle una manzana para estar en gracia.
En la actividad laboral surge una gran competencia por el empleo, todos contra todos, y todos necesitan un empleo para poder llevar el sustento a la familia; el empleado tiene que someterse a los intereses de los dueños de los medios de producción, ya está educado para obedecer. Se le ha infundido el miedo desde su infancia, cree que debe de someterse para poder vivir, la zalamería es un medio para prosperar en el empleo y obtener mejores beneficios. Está educado para abandonarse a su explotador.
Comentaba doña Tere, una conocida mía: “fui al doctor, por un tobillo que me lastimé, era necesario una venda del número 7 o 9; el doctor hizo milagros con una venda del número 5, pero ¿ni una venda para el enfermo? Recuerdo que dijo López Obrador, que México tendría servicios de salud de primer mundo, y ya van dos años que eso dijo y los hospitales continúan sin lo necesario para atender a los enfermos. Nos volvieron a mentir.”
Otro ejemplo. Un grupo de solicitantes de lotes para la vivienda de Tecomán, se miran perplejos, unos con los otros, ante la respuesta de su presidente municipal, Elías Lozano: “el terreno que solicitan que se les venda (aclarando, no lo quieren regalado), pertenece al Gobierno del estado, y por tanto, afirmaba, que no era con él, con quién debían lidiar. Y es correcto. Sin embargo, el problema es con la gente que le dio su voto para ser presidente municipal, para que los representara, es su pueblo, que pide su intervención para la solución de su vivienda. En campaña, como candidatos, a todos los problemas podía darle solución, ahora en el poder, busca a quien echarle la bolita. Con esta respuesta, ya sabe el pueblo pobre que no es un presidente municipal que pueda representar sus intereses.
El pueblo pobre debe de aprender a sacudirse el yugo que lo ata al sometimiento, debe exigir por la falta de atención adecuada a la salud, a la vivienda, debe de aprender a organizarse y comprender que nadie hará nada por él, si no se decide a luchar para crearse mejores condiciones de vida. Tiene que darse cuenta de que el sistema económico capitalista, tiene todos los medios de control disponibles para enajenarlo de la realidad, y la alternativa que le queda es organizarse y luchar de manera consciente, junto con la organización de los pobres de México: el Movimiento Antorchista Nacional.
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