En el discurso del gobierno de la 4T se habla mucho de "pobreza”, una tendencia que se traslada a sus más fieles seguidores; y no faltan aquellos políticos que piensan que con un abrazo, para la foto se muestran muy sociables e inteligentes en las redes; hay otros que su experiencia vivida en este campo, les permite tener, digamos, “grandes ideas”.
Pero las acciones que desempeñan al frente de su mandato demuestran un grave desconocimiento de la realidad, por ejemplo, si a las comunidades populares por familia se le surtían 300 litros de agua, pues ahora, la gran solución para que llegue a más familias es racionar la cantidad de agua, y ahora a cada una le surten la mitad, con una periodicidad de 15 días, para luego tener el descaro de presumir sus logros a la población. Lo más peligroso es que luego, se intenta embellecer a la pobreza ¿con qué objetivo? Por un lado, para mantener sus intereses y aspiraciones en el poder, utilizando esta moda pasajera. Por otro, para crear una herramienta de sometimiento atroz de las masas populares, haciéndoles creer que no es necesaria su movilización, su organización, y mucho menos su lucha.
Todas esas falsas proezas, se vienen abajo al toparse con la realidad de nuestro país, con los datos duros de las instituciones oficiales, el Coneval dio a conocer que el número de pobres, en dos años de la 4T, se incrementó en 3.8 millones, la pobreza extrema aumentó en 2.1 millones. Por si fuera poco, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) coloco a México como el segundo país más desigual de América Latina, otra muestra de que la 4T ha sido todo un fracaso, pues las tarjetitas no solucionan en nada la desigualdad social, y ni al más pobre le ayudan los subsidios de gobierno. Como consecuencia de este fenómeno, se ha orillado a 3.3 millones de niños a trabajar en el empleo informal, aceptando condiciones deplorables, horario prolongados y bajos salarios.
En cuanto a la deserción escolar, según la Secretaria de Educación Pública (SEP), se tiene una cifra de 847 mil 72 estudiantes que han abandonado sus estudios, y aunado a esto, las becas Benito Juárez han disminuido, siendo insuficiente el apoyo económico comparado con el entorno social, lo que demuestra que los jóvenes prefieren, o mejor dicho, son obligados a buscar empleos para ayudar a los gastos del hogar.
En el sector laboral, se presumió con tarolas el aumento de 3 pesos con 50 centavos al salario mínimo, fue el CEMEES quien mostró un análisis más certero sobre esta situación, nos explica que en junio y julio con el incremento de la canasta básica, el salario real solo fue de 8 centavos, y que para septiembre tuvo una disminución significativa de 1 peso con 82 centavos, lo que significa que la inmensa mayoría de los mexicanos no tiene el acceso a la canasta básica, o sea, padecen hambre o llevan una alimentación de mala calidad.
Los hechos sociales más recientes, como el despido de los médicos en Oaxaca, la acusación a los investigadores de la UNAM, las miles de muertes por la pandemia y el más reciente, la agresión brutal contra los obreros de la refinería de Dos Bocas, no solo demuestran el verdadero rostro del gobierno que se hace llamar de izquierda, sino que también, la desesperación de un gobierno que va de caída, que intenta por todos los medios sobrevivir y eso incluye la violencia a sus gobernados. Que no se intente engañar a los mexicanos con abrazos y grandes ideas, aunque se prohíba en los hechos la libre organización y se diga que exigir es de necios, al pueblo no le queda otra salida que ejercer sus derechos constitucionales.
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