Ya en otras ocasiones he manifestado, a nombre del Movimiento Antorchista Hidalguense, la urgente necesidad de que, ante la actual crisis de salud y económica que se vive en el país, los respectivos Gobiernos estatales y el Gobierno federal atiendan de manera efectiva dicha situación; pero lo cierto, hasta hoy, es que siguen sin atenderse con la responsabilidad debida, sin aplicar recursos y medidas efectivas para controlar la pandemia y amainar las consecuencias de la aterradora crisis económica que ya estamos viviendo; vemos cómo se ha mostrado la irresponsabilidad e incapacidad del gobierno del presidente López Obrador y sus funcionarios y hasta su incultura, expresada en un espeluznante fanatismo; su nulo apego a la ciencia se ha traducido en miles de contagios y fallecidos, y según dice su vocero oficial de la pandemia, después de muchas contradicciones y su "nueva normalidad", lo peor aún está por venir.
Pero, además, nada se ha dicho, por parte del gobierno federal que pueda ser tomado con seriedad y respeto de cómo enfrentar, aparte de la pandemia provocada por el coronavirus, la pandemia del desempleo; de acuerdo con el INEGI, durante abril se perdieron 12.5 millones de empleos; la población ocupada en el país bajó de 55.7 millones en marzo de este año, a 45.4 millones en abril; a estas cifras seguramente debemos sumar los empleos perdidos en mayo.Y, ante este panorama desastroso para millones de mexicanos, que dependían solamente de su salario para el sustento de su familia, ¿qué está haciendo el gobierno de la 4T? Respuesta: aparte de querer marear a algunos ciudadanos con sus discursos de "que no pasa nada", "vamos bien", o de promocionar algunos créditos para MIPYMES, que no resuelven en nada la situación del pequeño empresario, no están haciendo prácticamente nada, dejando así al pueblo a su suerte; no han sido capaces ni de instrumentar un programa alimentario para todas las familias vulnerables al hambre por falta de ingresos; tampoco, de destinar recursos para un salario emergente y lo que es peor, ni de garantizar la vida de todos aquellos trabajadores que están regresando a laborar en las distintas fábricas y donde ya empiezan a presentarse brotes de coronavirus.Tampoco han sido capaces de dotar del equipo necesario a los hospitales y todo el personal médico; ni de medicamentos a los enfermos con cáncer, etc., que también habrá que sumar a esta dolorosa lista negra.
Vemos gobernadores, con algunas muy raras excepciones, que todos los días dan un mensaje a sus paisanos y todos los días también nos saturan con las cifras de contagios y defunciones, y señalan lo que su respectivo gobierno está haciendo para enfrentar la pandemia y sus diversos desenlaces; pero mucho de lo que promocionan simplemente se queda en eso, en promoción, en propaganda, pues prácticamente nunca llega a los ciudadanos, o cuando mucho, alcanza a un reducido grupo de elegidos e incondicionales, demostrando con ello que poco, muy poco, les interesa en serio, fuera de sus discursos acicalados y falaces, la salud y la vida de sus gobernados.
Desgraciadamente al estado de Hidalgo no lo podemos contabilizar en las excepciones; su gobierno, como el de Alfredo del Mazo en el Estado de México, es de los que reiteradamente hace alegres anuncios de "beneficios" para la población, pero que no han llegado a materializarse en la mesa de las familias que han perdido el empleo: solamente durante el mes de abril del presente año se sumaron 6 mil 488 hidalguenses a las filas de los desempleados (Criterio Hidalgo), siendo Hidalgo una de las siete entidades que reportaron mayores pérdidas de trabajo, de acuerdo con el IMSS.
Además, es el gobierno de Hidalgo, a pesar de lo que promociona, que verdaderamente, en su mayoría son bicocas para el tamaño del problema, uno de los que menos ha invertido para contrarrestar los efectos de la pandemia: "De los 18 estados que han publicado el presupuesto destinado a enfrentar la contingencia sanitaria por covid-19, Hidalgo es el tercero que menos recurso aporta a la pandemia y sus consecuencias económicas a pesar de estar entre las 10 entidades que más defunciones ha registrado.El reciente informe del mecanismo de seguimiento de planes, programas, acciones y recursos vinculados con la emergencia sanitaria y sus consecuencias económicas y sociales, elaborado por las organizaciones Transparencia Mexicana y Tojil, detalló que Hidalgo destinó 77 millones 500 mil pesos" (El Independiente de Hidalgo, 1 de junio de 2020); esto es mucho menos que los 200 millones invertidos por Tlaxcala, y lejos, pero muy lejos, por ejemplo, de San Luis Potosí que ha destinado 3 mil millones de pesos.
Tampoco ha instrumentado un programa alimentario para todas las familias que están padeciendo hambre ni de un salario solidario para esos casi 6,500 que perdieron su empleo, menos para los miles de trabajadores que se ubican dentro del comercio informal (el 75 % de la PEA de Hidalgo está en ese sector).Se dijo por parte del gobernador que entregarían 30 mil despensas en toda la entidad, después de que los prospectos a ser beneficiados cubrieran una serie de requisitos, ¡30 mil despensas! ¡Una gota de agua dulce en un mar de necesidades! Solamente el municipio de Chimalhuacán, en el Estado de México, ha entregado alrededor de 350 mil despensas en este periodo de la pandemia, grande es la brecha.Finalmente, una insignificante anécdota: el pasado jueves 4 del presente, llegaron furtivamente funcionarios del gobierno a entregar unas 100 despensas a igual número de señoras, que, haciendo fila, se concentraron en un salón de una colonia popular de Pachuca para recibir, casi a escondidas, el apoyo; es decir, ¿para los incondicionales sí hay? ¿Piensan los señores funcionarios que el resto de los hidalguenses no tienen necesidad, no están sufriendo hambre? Ya no más burlas ni campañas mediatizadoras, es momento de unir esfuerzos y voluntades para lograr que se gobierne con justicia.
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