En la humilde casa de Martha Clemente Gómez, se combinaron la pobreza, el hambre y la muerte por la pandemia de covid-19.Entre lágrimas relata que su esposo sobrevivió a la enfermedad pandémica, pero su tía no.Ella está muerta.
"Todos estamos mal por acá", exclamó la ama de casa quien radica en la colonia Ampliación Ruiz Ferro, de Chiapa de Corzo, Chiapas.
Al corte del dos de julio, la Secretaría de Salud local reportó 117 casos positivos a covid-19 en Chiapa de Corzo; es la cuarta demarcación en la entidad, que más pacientes tiene con la enfermedad.
Clemente Gómez aseguró que su esposo se recuperó de la covid-19 en su casa porque el gobierno no les dio ningún apoyo de salud.Su caso no fue el único, asegura que otros vecinos que también contrajeron el virus SARS-CoV-2 se quedaron en casa, sin ninguna orientación médica, hasta superar la enfermedad.
Quienes sobrevivieron a la enfermedad ahora enfrentan otras dificultades que son la falta de empleo y la escasez de alimento en sus hogares.
Clemente Gómez, de 46 años, afirma que la pandemia ha dejado a decenas de familias con dolor por la muerte de sus seres queridos, y a muchas otras con crisis económica y alimentaria.
Esperaban recibir apoyo del presidente, Andrés Manuel López Obrador, pero no vieron ninguna respuesta.
"No hay trabajo ni alimentos, los pobres lo necesitan y no está cumpliendo, tantas promesas que hizo y sigue realizando, pero lo único que necesitamos es trabajo, de todo lo que se está diciendo no hay nada, las familias pedimos que, en esta crisis, por lo menos un poco de alimentos nos manden".
Después de que su esposo se recuperó de covid-19 regresó a su empleo como chofer de transporte público en la ruta Tuxtla-SCLC, pero solo le permiten trabajar tres días a la semana y obtiene un salario de 150 pesos por cada día.
Desde el patio de su hogar, doña Martha narra la difícil situación por la que atraviesa en compañía de sus tres hijos, el menor que estudia la primaria; el segundo, la secundaria y el mayor, la preparatoria.Esperan todos los días el regreso del jefe del hogar.
"Si yo encontrara un trabajo, pudiera irme apoyando más.A mi esposo le recortaron el tiempo en el empleo y solo alcanza a traerme 100 o 150 al día.
Antes de que él se enfermera, busqué emplearme lavando o planchando ropa y obtener para mis alimentos o para comprar agua, pero no encontré nada porque todos estamos mal por acá", expresó.
Con tristeza en el rostro y voz de quebranto, lamentó no haberse despedido de su tía, quien desafortunadamente no pudo ganar la batalla al coronavirus, por ello agradeció a Dios que su familia haya salido de esta enfermedad, y de la misma forma pidió al Gobierno federal que brinden los apoyos, pues en Chiapa de Corzo, corrió la voz que el DIF entregaba despensas, pero llamó a las oficias en varias ocasiones, sin que nadie le contestara.
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