En su Cuarto Informe de Gobierno, el gobernador Mauricio Vila Dosal, informó que su administración ha ayudado a los más pobres, pero la realidad es otra. Desde el inicio de su mandato, lo único que ha hecho es maquillar esta triste realidad en la que vivimos los yucatecos porque no se están atendiendo las demandas del campo, vivienda, educación, servicios y obras públicas, por mencionar algunas.
A los campesinos más vulnerables no se les entrega insumos y, ¿cómo justifica esto el gobierno? Argumentando que no cumplen con los requisitos necesarios para los programas. Si estos en serio fueran enfocados para el pueblo, el campesino, amas de casa, y todo aquel que lo necesite, las normas deberían de ajustarse a las verdaderas necesidades de estos. Al hacerlo, se vería el verdadero apoyo a los más vulnerables de la entidad, viéndose el interés de esta administración para ayudar con la dotación de programas.
Uno de los programas que, sin duda no llega a todos, es el de Peso a Peso. La gente que no sabe leer ni escribir, se ve excluidos porque en la mayoría de las ocasiones no se enteraron de la convocatoria o no supieron cómo entrar para hacerse acreedores de estos programas y en la mayoría de las ocasiones, los servidores públicos, lejos de ayudarlos, se limitan al no atenderlo de una forma idónea o en su caso no darles mayor difusión.
Antes esto, los más pobres, que son los que menos saben, se les complica y no puedan acceder a estos apoyos, obligándolos a desistir de estos a pesar de requerirlos con urgencia. En este sentido, sobre todo para hacerlos acreedores, el antorchismo junto con las personas, gestionan los apoyos ante las instancias gubernamentales, porque es sabedora que ningún funcionario de alguna dependencia irá a sus localidades para preguntarle qué es lo que se le ofrece.
He ahí el disgusto, la saña con la que algunos políticos de renombre ven al Movimiento Antorchista, porque no les gusta ver al pueblo organizado, que luche por sus derechos y por una vida mejor. Pero también ahí la otra cuestión. El gobierno no voltea a ver aquellos que están organizados, pero tampoco lo hace cuando son polvo humano.
Otro caso, y del cual también carecen los yucatecos, es el problema de vivienda, donde existe una gran demanda. No hay oportunidades para tener acceso a una, debido a que los posibles predios o lotes, se les prioriza a aquellas constructoras que les va a redituar más la venta de una casa en algún fraccionamiento lujoso, dejando de lado los que ya cuentan con un lote, pero con una casa de palitos. Con esto, hacen imposible a los más pobres tener un patrimonio y sin que el gobierno haga algo para darles esa oportunidad que tanto han solicitado, al contrario, se les margina.
Por otro lado, a pesar de que Yucatán es uno de los estados donde se recuperaron los empleos perdidos, según el gobierno, los salarios son de hambre, afectándoles aún más el alza de la inflación, pero sobre todo a los ciudadanos que no tienen un empleo seguro, quienes viven al día y carecen de los productos de la canasta básica. A pesar de los discursos oficiales, la realidad golpea a la puerta y dice que “en Yucatán no se vive bien”.
Pero este Gobierno estatal, que llama a trabajar en coordinación, no es congruente en los hechos, dado que desde hace cuatro años que inició la administración de Mauricio Vila Dosal, el antorchismo lo ha llamado a trabajar de la mano; la respuesta, el desprecio hacia los yucatecos organizados, al no querer atenderlos e ignorar sus necesidades que año con año se le han planteado.
En días pasados, el antorchismo le entregó, por quinta ocasión, el pliego petitorio que enarbola demandas urgentes y necesarias, pero sobre todo que ya no tienen que ir a buscar o localizar dónde está el problema, sólo solucionarlo. Entre esas demandas, está la regularización de las colonias Cecilio Chi y Leona Vicario en el municipio de Kanasín, donde familias de escasos recursos económicos, no tienen certeza jurídica de su patrimonio. Asimismo, al no ser una colonia regular, carecen de obras y servicios.
En este tenor, también se encuentra la escuela Preparatoria de Nueva Creación “Felipe Carrillo Puerto” del mismo municipio; la institución fue fundada con el esfuerzo de padres, madres, maestros y alumnos, como fruto de una necesidad, al carecer de una institución cerca de sus hogares, por ello, buscan con urgencia su oficialización.
Estas demandas, entre muchas, sólo y únicamente, beneficiarán a los yucatecos pobres quienes hoy le piden apoyo al mandatario estatal, mismo que ha ignorado por cuatro años, pero la realidad no perdona y tiempo al tiempo le pasará factura.
Si el mandatario estatal aspira a nuevos cargos políticos, debe de empezar por solucionar los de casa y luego ajenos. No debe de olvidar que una vez en el poder se gobierna para todos y no para unos cuantos.
Las obras llegan a la entidad, pero no para paliar esa brecha de desigualdad que persiste en Yucatán, las obras llegan, pero sólo para el Tren Maya. Tiempo al tiempo. Por el momento, querido lector, compañeros, a seguir organizados, unidos para cambiar nuestra situación de vida que tanta falta nos hace. Lo que hoy nos llama el antorchismo, es a tomar el poder político del país y eliminar esa desigualdad que hoy persiste.
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