En octubre de 2022, fue publicado en el Periódico Oficial del Estado el programa de verificación vehicular obligatorio en Puebla. En caso de no realizarlo, habrá multas que van de los mil 900 a los 2 mil 900 pesos. Se dice que este programa fue creado con el objetivo de reducir las crecientes emisiones contaminantes de los vehículos automotores de combustión interna que circulan en el estado con el fin de mejorar la calidad del aire. ¿Realmente con esta medida se cumple con ese objetivo?
¿Solo es atribuible la contaminación del aire a los vehículos particulares y al transporte público? No. En un informe reciente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) se dice que los mayores contaminantes del aire en Puebla fueron las industrias, metalúrgicas, químicas, automotrices, así como la industria de la construcción y la producción de pinturas, con una emisión anual de 304 millones 506 mil 504 kilos de dióxido de carbono, ubicando en el estado a las empresas Stanley Black & Decker, Metaloides, Gestamp, Basf Mexicana, Sypromex, Pelikan, Federal Mogul, Lunkomex por mencionar algunas además han señalado a Bimbo como la octava empresa más contaminante en el municipio de Puebla. Con estos datos, aportados por la Semarnat, debemos seguir creyendo que el problema de la contaminación es responsabilidad solo del inerme ciudadano que utiliza su vehiculo particular para trasladarse a su trabajo, para llevar a sus hijos a la escuela, o de los ciudadanos que no cuentan con vehículo y tienen la necesidad de tomar el transporte público colectivo para poder llegar a sus centros de trabajo o a sus destinos.
¿Alguna vez hemos leído o sabido que se le haya sancionado severamente a alguna de las fábricas o empresas arriba mencionadas por sus altos grados de contaminantes en nuestro estado? No. Se vive en la más terrible opacidad, no se toca, ni por descuido, a los grandes empresarios, a los grandes contaminantes, en cambio se les impone a los ciudadanos de a pie una verificación obligatoria que hay que pagar una dos o hasta tres veces hasta que la apruebes y si no lo cumples detención del vehículo. Y qué decir del golpeado y vituperado transporte público, ahora son sometidos a por esta vía a tener que renovar sus vehículos hasta que el modelo del motor satisfaga la exigencia de la verificación, poniéndolos en competencia desleal frente a RUTA y por esta vía pretenden desaparecerlos.
Pero tal parece que el Congreso del Estado vive en una burbuja, totalmente ajeno a la realidad y a la difícil situación en la que vivimos los poblanos: falta de empleo, un salario de miseria, la alta inflación que ya casi llega al ocho por ciento, la carencia de los servicios mas básicos, el nulo mantenimiento a la infraestructura vial, el pésimo servicio de salud, la carencia de infraestructura educativa, la creciente inseguridad, tal parece que estos problemas no existen para los diputados y para el gobernador lo único que les interesa es más y más carga tributaria al pueblo, la política del embudo, la parte más ancha para los ricos y la parte más angosta para los más de cinco millones de poblanos que carecen pobreza, el 84 por ciento de la población.
Queda claro que la verificación vehicular es un vil robo, que traerá como consecuencia más corrupción, se llenarán las arcas estatales y como siempre no sabremos a dónde irá a para ese dinero. Bueno, creo que sí lo sabemos: para la próxima sucesión.
Nosotros tenemos la última palabra. Elevemos nuestra voz contra este abuso, exijamos se ponga un freno a los verdaderos contaminantes en el estado, basta de mas cargas tributarias. Porque, como dijo el gran poeta Pablo Neruda en su poema “El Barco”: “Si es una broma triste, decídanse señores, a terminarla pronto, a hablar en serio ahora. Después el mar es duro y llueve sangre”. Al tiempo.
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