En las sociedades contemporáneas el desarrollo de las telecomunicaciones está impactando en los distintos ámbitos de la vida social; las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se han convertido en herramientas de transformación social, es por eso por lo que los gobiernos deben establecer políticas de inclusión digital que garanticen servicios de TIC de calidad y a precios asequibles.
En este sentido, en nuestro país, los servicios de telefonía móvil y los usos de internet avanzan de manera rápida pero heterogénea, en función del desarrollo productivo y los niveles de vida de cada región.
Por ejemplo, en relación a los servicios de telefonía móvil y acceso a Internet, los estados de la república que tienen mayor penetración del servicio de telefonía móvil son:
•Sonora, 116%
•Baja California, 110%
•Ciudad de México, 109%
•Baja California Sur, 108%
Mientras que las entidades que tienen menor penetración del servicio de telefonía móvil son:
•Guerrero, 72%
•Oaxaca, 70%
•Chiapas, 65%
Por su parte, los estados de la república con mayor teledensidad del servicio móvil de acceso a internet son:
•Ciudad de México, 91%
•Sonora, 91%
•Baja California Sur, 86%
•Quintana Roo, 83%
Mientras que los estados de la república con menor teledensidad del servicio móvil de acceso a internet son:
•Guerrero, 46%
•Oaxaca, 42%
•Chiapas, 33%
A decir de la Asociación de Internet MX, México alcanza ya 71% de penetración entre la población de personas mayores a los seis años, con 82.7 millones de usuarios; 51% mujeres y 49% hombres. Entre 6 y 11 años (12%), 12 a 17 años (14%), 18 a 24 años (18%), 25 a 34 años (22%), 35 a 44 años (14%), 45 a 54 años (12%), 55 o más años (8%). Por otro lado, se afirma que 67% de los internautas en México, perciben que se encuentran conectados en internet las 24hrs y en 2019 los usuarios de internet en México pasan diariamente 8 horas con 20 minutos, 8 minutos más que en 2018.
Ahora bien, los principales usos de internet en México son los siguientes:
•Acceder a redes sociales, 82%
•Enviar y recibir mensajes instantáneos, 78%
•Enviar y recibir mails, 77%
•Búsqueda de información, 76%
•Utilizar mapas, 68%
•Ver películas y series en streaming, 65%
•Escuchar música y radio en streaming, 63%
•Leer, ver y escuchar contenidos relevantes, 59%
•Operaciones de banca en línea, 58%
•Videoconferencias y videollamadas, 51%
• Compras en línea y asistir a espectáculos, 46%
•Estudiar o realizar cursos en línea, 42%
•Solicitar transporte, 41%
•Gestiones de gobierno, 31%
•Jugar en línea, 28%
•Búsqueda de empleo, 26%
•Crear, acceder o mantener sitios propios, 22%
Como podemos observar, los servicios de telefonía móvil y usos de internet en nuestro país avanzan, aunque de manera heterogénea, en función de la capacidad productiva y los niveles económicos de vida de la población de cada región. Existen zonas en la república áreas que favorecen el desarrrollo de las TIC, además de evidenciar espacios relativamente desconectados y olvidados, lo que expresa diferencias de desarrollo económico y social.
Estas diferencias se acentúan con el costo y la calidad de los servicios de Internet y de telefonía móvil, que son proporcionados de manera desigual, dependiendo de los planes contratados e inclusive dentro del mismo plan. A nivel de los usuarios, el conjunto de dichas diferenciaciones se expresa con una variación en la efectividad del servicio disponible y, desde luego, con su utilidad para el uso y aprovechamiento de internet. Las restricciones que impone la variación de la calidad de la señal recibida tiende a fomentar la insatisfacción y el paso por malas experiencias, que suelen desanimar al usuario para profundizar en el uso de la red.
Aunque la brecha digital ha se ha centrado en la disponibilidad y el acceso material de la población a internet, posicionándose en la lógica de quienes la tienen y quienes no. También se debe considerar que, más allá de la accesibilidad física a la red, existen otros aspectos que determinan la brecha digital, por ejemplo, las habilidades y el aprovechamiento de los propios usuarios de Internet.
Las redes sociales de internet representan un laboratorio de psicología social ideal para ser explotado por políticos, mercadólogos y agencias de espionaje de los Estados modernos. En la era actual los investigadores de mercado pueden aprender de las historias que nos contamos en nuestros círculos más íntimos
Podemos decir que el predominio del uso del internet en las redes sociales (82%), en el intercambio de mensajes instantáneos (78%) o por mails (77%), nos revela que se construyen lazos de identidad virtual por internet. Las redes sociales influyen profundamente en una buena parte de la vida psicológica de estos usuarios. Esta identidad del usuario se expresa en el perfil que elabora para sus redes sociales de internet. Sin embargo, las actividades cotidianas y la vida social en línea siempre están involucradas con relaciones de mercado y de manipulación ideológica, no importa si los usuarios participan o no con fines de lucro o con intereses políticos.
En este sentido, las redes sociales de internet representan un laboratorio de psicología social ideal para ser explotado por políticos, mercadólogos y agencias de espionaje de los Estados modernos. En la era actual los investigadores de mercado pueden aprender de las historias que nos contamos en nuestros círculos más íntimos; todo ello gracias a los perfiles y las conversaciones que desarrollamos en las redes sociales. Para estudiar a la población, las élites económicas y políticas no tienen más que revisar las redes sociales de los ciudadanos, para luego influir en ellos.
Existen bancos de datos de los usuarios que se han convertido en verdaderas minas de oro para las compañías de internet que ahora valen millones de dólares gracias a los millones de usuarios que participan y ayudan a mejorar los sistemas de las compañías; de esta manera, muchas actividades de los consumidores sirven para que los dueños de las empresas de internet se enriquezcan. Pero también el uso del internet sirve a los grandes capitalistas comerciales y a los gobiernos, en su interés de desarrollar un control más efectivo sobre la sociedad en su conjunto.
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