Muy al estilo de cuando era líder de la oposición o andaba en campaña, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, sigue pronunciando discursos altisonantes y pendencieros que más que darle credibilidad a su discurso, lo hace repelente a quienes lo escuchan, en particular si el discurso no se corresponde con los hechos.Así, en el reinicio de sus giras en plena alza de contagios y muertes provocados por la covid-19, vuelve a las andadas y arremete contra todo derecho de expresión y manifestación, reiterando sus muy sobadas mentiras a los manifestantes que exigen que su gobierno ayude a las familias que en esta contingencia sanitaria se han quedado sin comida, sin dinero para conseguirla, sin empleo y sin salud.
Como todos los mexicanos sabemos, el presidente de la república nos ha etiquetado a todos, dependiendo de nuestro hacer y decir como "conservadores" o "liberales", no hay "medias tintas", ha dicho: o estás con la cuarta transformación o estás en contra; por eso en su molestia por las manifestaciones durante sus giras por los estados de Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Morelos, no ha cesado de arremeter en contra de todos los manifestantes, en particular en contra de los integrantes del Movimiento Antorchista que han salido a recordarle su falta de apoyo durante la cuarentena por el coronavirus SARS-CoV-2 y a exigir comida, empleo, seguridad y salud.
Esas modestas demandas, han descompuesto el semblante y torcido el discurso de López Obrador que repete la vieja cantaleta que ha distinguido a su gobierno y que casi todos los gobiernos estatales y municipales emulan gustosos para evitar a toda costa la organización de la gente humilde, que exige sus derechos. Acusa de intermediarios a los líderes y organizaciones, de quedarse con "moches": "… ahora el apoyo va a la gente de manera directa, sin intermediarios, esto no les gusta a los que estaban acostumbrados a jinetear el dinero del presupuesto".Esa es la "justificación" de que a los necesitados no se les da nada, así "castiga" a líderes y a organizaciones, según su entender.
Otra vez ataca sin probar, en fin, ese es su estilo.Pero los Antorchistas no cejaremos en exigir nuestros derechos.Desde que inició la contingencia hemos planteado la necesidad de apoyar a todos los sectores vulnerable con la implementación de un programa nacional de alimentos a través de despensas, vales o dinero en efectivo puesto que la gente se ha tenido que confinar y gastar sus pequeños ahorros, además muchos perdieron su empleo y los trabajadores del sector informal siguen sin poder trabajar, pero la respuesta del gobierno federal ha sido de oídos sordos y ojos ciegos; por tanto, antorchistas y no antorchistas estamos en nuestro derecho de manifestarnos y exigir la ayuda de los gobernantes y estos, tienen la obligación de proporcionarla, aunque les moleste la exigencia.
El gobierno de la cuarta transformación no quiere ver que la pandemia ha puesto de relieve la desigualdad que se vive en nuestro país, la cual encontró un sistema de salud deteriorado, con una desprotección social grave, un "seguro popular" desaparecido y un "seguro del bienestar" que no acaba de nacer, afectando sobre todo a los sectores más pobres que no tienen para atenderse médicamente, además de la desprotección y abandono que ha prevalecido en el sector salud durante la contingencia, donde médicos, enfermeras, camilleros, personal de limpieza de los hospitales, han salido a protestar para que se les proporcione el equipo adecuado para tratar pacientes con coronavirus SARS-CoV-2, pero ni siquiera a ellos se les ha hecho caso y la pandemia no tiene para cuando, el número de contagios y de muertos siguen a la alza, aún así, México entró a partir del 1° de junio a la "nueva normalidad" y el presidente reinició sus giras por los estados.
El sector económico sufre también una crisis profunda; en los últimos meses han cerrado 9 mil 984 empresas formales a las que les fue imposible seguir operando; de acuerdo con los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social IMSS,la cifra de patrones registrados al cierre de mayo fue de 997 mil 767 frente al millón 7 mil 751 que había a finales de marzo; la pérdida de empleos formales asciende a 1 millón 30 mil 366, algo sin precedente en la historia moderna del país (El Financiero, 16 de junio).Además, a los datos del IMSS hay que sumar a las empresas del sector informal, que eran hasta marzo alrededor de 1.7 millones, de las que sabremos la situación que guardan hasta conocer las cifras oficiales del segundo trimestre, pero lo más probable es que la caída sea varias veces superior a la que se presentó en el sector formal de la economía.
Pero para el presidente vamos bien, la pandemia está "domada", los empresarios tienen recursos para rescatar "solos" sus empresas, su gobierno puede echar a andar sus proyectos millonarios sin problema; por eso su indignación en contra de quienes protestamos y exigimos su apoyo llamándonos "conservadores" e "intermediarios", buscadores de "moches", "desestabilizadores", pero haciendo a un lado las injurias y las imputaciones que, no importa cuán detalladas y con cuántos nombres propios formule, no por ello dejan de ser absolutamente falsas y gratuitas, por lo que en la medida de lo posible y con los modestos medios a nuestro alcance, los antorchistas seguiremos manifestándonos y luchando a lado del pueblo pobre organizado en nuestras filas.
No deja de llamar la atención el hecho de que un presidente, supuestamente surgido de las entrañas mismas del pueblo, muestre un odio visceral hacia los reclamos de la gente, a la organización y libre participación política de los mexicanos en la construcción de este país.No se entiende, salvo que lo supongamos un farsante, un líder popular que llegado a la silla presidencial se haya convertido en enemigo del pueblo y de sus intereses, por lo que vocifera, calumnia y amenaza, con tal de perpetuarse en el poder que detenta y que le fue encomendado por los ciudadanos.
Que quede claro, la inconformidad no es solamente de los antorchistas, otros sectores de la sociedad también la manifiestan a su manera.Nuestra organización ha reiterado su llamado a todos los sectores progresistas a unirnos en un solo Frente Nacional, capaz de disputarle por la vía democrática y en las urnas, el poder político a los gobernantes de Morena que han sumido al país en una crisis económica, social y política profunda y que con un proyecto incluyente haga posible la construcción de una patria más justa para todos.
Por tanto, el ataque público, el odio y la visceralidad en contra de los líderes del Movimiento Antorchista por parte del presidente y sus seguidores, nace del hecho de que Antorcha quiere el poder, pero ¿es un delito querer el poder? Si es así, ¿dónde queda el presidente y sus líderes? nadie ignora que toda su vida y toda su voluntad ha estado puesta, precisamente en eso: en la conquista del poder.Bien haría el presidente en dejar de hacer oídos sordos al reclamo popular; el pueblo, como él mismo lo comprobó en las elecciones de 2018, está harto, cansado de que se le engañe, de que se le trate como a menor de edad; mientras López Obrador no cambiar su actitud y solamente se preocupe por el periodo electoral que se avecina en 2021, que no le extrañen las manifestaciones populares durante sus giras.Ahí estaremos presentes.
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