Después de la pandemia de la covid-19, que azotó de manera imprevista al mundo, la sociedad tuvo cambios significativos tanto en la vida cotidiana como en la vida laboral; el apartamiento social pasó a ser parte fundamental del nuevo panorama en el cuidado de la salud y, de ese modo, surgieron condiciones para que el modelo económico capitalista tuviera las condiciones fundamentales para seguir posponiendo su inevitable fin.
Pero, a pesar de todas las campañas mediáticas que la clase burguesa utiliza para seguir teniendo el control y permitir que la clase rica explote a los millones de trabajadores del mundo, quedó al descubierto la atroz realidad de desigualdad que viven millones de personas en todo el mundo.
¿Por qué decimos que estos problemas son generados por este sistema capitalista? Por un lado, la ideología capitalista ha creado una serie de elogios a personajes icónicos del mundo empresarial, haciendo relevancia a sus grandes fortunas, según esto, por su gran esfuerzo físico y capacidad intelectual, es de esta forma que la clase capitalista (la burguesía) defiende la postura de que las grandes fortunas son gracias al trabajo de una sola persona, el capitalista, siendo el único capaz de generar los recursos necesarios para salir de la pobreza y, por el otro, dejando en último plano a los verdaderos creadores de la riqueza, los trabajadores que laboran diariamente en largas jornadas de trabajo.
Aquí es donde entra todo el esquema de problemas desarrollados a raíz de la desigualdad, al no haber un control de las empresas por parte del gobierno y no controlar la producción y crear medidas que apoyen a los trabajadores, la sociedad entra en una turbia necesidad de buscar esa seguridad económica que ayude a solventar las múltiples necesidades que se tienen en los hogares, ya no basta que solo el jefe de familia trabaje, ahora tiene que ayudar económicamente la esposa y, en casos más extremos, los hijos; quedando divididos y en el peor de los casos desprotegidos por la falta de atención y educación dentro del hogar, sumando a esto la propaganda del capitalismo por un consumismo desmedido, creando un bajo nivel intelectual entre los jóvenes.
Tanto es el nivel de desigualdad creado por este modelo económico que, para la clase en el poder es una estrategia que le genera ganancias exorbitantes, creando escenarios que le permite acumular cifras descomunales a costilla de la clase trabajadora. Esta situación permite que se agudicen los problemas de la sociedad, problemas de salud, alimentación, vivienda, educación, seguridad, donde este último se ha visto agravado.
Tan solo en México, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el día más violento que hemos vivido en lo que va este 2022 fue el primero de mayo, con 112 personas víctimas de homicidio doloso; aquí la actuación del gobierno ha dejado mucho que desear, la violencia ha sobrepasado a las autoridades, no existe un país feliz del que tanto habla el presidente Andrés Manuel López Obrador; es inverosímil seguir creyendo que el presidente y sus lacayos de la 4T, a nivel nacional, tienen la intención de sacar al país de la terrible situación en la que se encuentra hundido.
López Obrador ha dejado clara su postura, en más de una ocasión: que no le interesa la seguridad de los ciudadanos que se ganan la vida honradamente, que para él es más importante la vida de los delincuentes, porque, en sus palabras, también son seres humanos y tienen derechos.
Con tan infames declaraciones, nos debemos de inquietar y pensar qué nos espera si el representante del país, la persona encargada de salvaguardar nuestra integridad, prioriza entre la delincuencia y la población; y está claro que, a más de tres años de este gobierno, que decía tener todas las soluciones a los problemas que aquejan a la mayoría de los mexicanos, no ha podido, si quiera, disminuir una milésima la inseguridad que vivimos; además queda claro que con buenas intenciones no se soluciona nada, se necesita visión clara del verdadero problema y acciones concretas para saber la raíz que lo provoca y, así implementar un plan que ayude a los más pobres del país.
Con todo esto, invito a la opinión pública a reflexionar sobre todas las acciones tomadas por López Obrador y lo que los antorchistas seguimos sosteniendo, además de demostrarlo con hechos y no con palabras, como lo hacen los autollamados salvadores del pueblo mexicano.
Nosotros, desde hace mucho tiempo, trabajamos de la mano con la gente en las colonias, haya o no tiempos electorales, gestionando obras que ayudan en cierto grado a la clase empobrecida y ahí donde se tiene un gobierno antorchista, las cosas son mucho más diferentes, el progreso y bienestar es mayor y principalmente el trabajo es colectivo; también presentamos un proyecto en el que se engloba todas las necesidades de las familias, el cual ayudará a cambiar la terrible realidad de la clase trabajadora; acciones concretas aplicadas a la gran necesidad de un verdadero cambio.
Es por eso que nuestro proyecto de los cuatro puntos, donde ponemos las cartas sobre la mesa y por el cual se nos atacan vilmente, atribuyendo los delitos que en la mayoría, o mejor dicho, en todos los casos hemos salido ilesos porque en el Movimiento Antorchista siempre nos regimos conforme a la ley.
Los invito a que con los resultados que obtenemos a través de la lucha organizada y los resultados de este gobierno de cuarta, amable lector, pongan las cosas en la balanza y que su buen criterio, no alejado de la cruel realidad, sea el que sirva para crear esa conciencia colectiva, esa conciencia de clase que necesitamos para dar el golpe al sistema capitalista y cambiar el rumbo del país para bien de todos.
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