Tal vez usted no lo sepa, pero desde hace muchos años en Hermosillo, Sonora se ha estado luchando por construir un gran edificio que funcione como albergue estudiantil mixto. Hace dos legislaturas federales se aprobó, a impulso de los diputados antorchistas de entonces, un presupuesto de 9 millones de pesos para dicha obra, solicitada por los entonces moradores del albergue inicial. Después de mucho insistir, finalmente los habitantes de la Casa del Estudiante Sonorense lograron que se adquiriera un terreno a dos cuadras de la Universidad de Sonora para realizar la inversión, y la construcción lleva cerca de un año levantándose. Hasta la fecha los estudiantes han tenido que vivir en un edificio prestado (afortunadamente no han tenido que pagar renta por años en pleno centro de la ciudad capital) y su nuevo edificio no es aún habitable. Esta falta de conclusión del edificio nuevo se torna grave, pues ya estamos a punto de iniciar las clases presenciales en casi todos los espacios educativos de nivel medio y superior (a pesar de todas las recomendaciones científicas de que no tenemos condiciones y los peligros de contagio por el SARS-CoV-2 crecen).
Los espacios físicos que apoyen al desarrollo académico de los jóvenes de bajos recursos en todo el estado de Sonora y otros puntos de nuestro país no son suficientes o bien no tienen las puertas abiertas para todo aquel que lo necesite. De allí que debe importar a padres de familia y estudiantes sonorenses la continuación de la construcción de la nueva Casa del Estudiante Sonorense (CES). Ello se respalda con el hecho de que este espacio brindará a los interesados, condiciones básicas para su desarrollo profesional y sobre todo tendrá las puertas abiertas para todo aquel que lo necesite, sin hacer distinción de su lugar de origen.
La vida universitaria o de nivel medio superior no es tan sencilla como parece, puede absorber bastante a los estudiantes y no dejarles tiempo libre; por lo que es indispensable que cuenten con un alojamiento que les proporcione todos los servicios necesarios que les permita compaginar su desarrollo académico con sus actividades deportivas, culturales, sociales, entre otras; condición de que carece la inmensa mayoría. Un proyecto de gran envergadura que apunta hacia esa dirección es la nueva Casa del Estudiante Sonorense, que espera brindar habitaciones amplias y cómodas, con aire acondicionado, áreas de estudio, conexión de internet, auditorio, espacios comunes, área para realizar ejercicio, comedor, cocina y área común para un momento de esparcimiento.
Los jóvenes de bajos recursos en el estado de Sonora que desean continuar sus estudios pueden tener la plena certeza que nuestra casa estudiantil pretende proporcionarles todo lo que hasta en este momento hemos venido exponiendo; sin embargo, nos queda claro que los compromisos que se puedan lograr concretar con las nuevas autoridades de los distintos niveles de gobierno -responsables de que se materialice este importante proyecto social a favor de los que menos tienen-, nos brindarán las condiciones materiales para cumplir con nuestra misión en esta tierra de gente trabajadora, que es la que a su vez genera las condiciones financieras en el estado para que se destine recurso suficiente para este tipo de proyectos de gran impacto social.
Ahora bien, en el especial caso de los estudiantes foráneos nos queda claro que no es solamente la persona que deja su lugar de origen en busca de culminar una carrera profesional, ya sea porque no existe la carrera de su interés en su ciudad o simplemente no existe una universidad, sino que es un ser humano que a pesar de su juventud busca salir adelante con una innegable valentía y gran determinación para enfrentarse a los retos que implica estudiar en un lugar lejano; pero que a pesar del apoyo de su familia en distintos aspectos tienen claro que si tuvieran un lugar en el cual se les apoyará con un espacio óptimo para habitarlo durante todo su periodo escolar sería menos complicado cumplir con su meta académica.
En este contexto es importante entonces mencionar que una nueva casa de estudiante con espacios apropiados es un punto esencial para todos estos jóvenes, que tiene que resolver la autoridad directamente responsable, quienes deberán poner énfasis en la solución a las demandas de estudiantes, maestros y padres de familia que tienen claro que este proyecto de albergue estudiantil es urgente materializarlo por el bienestar de la comunidad estudiantil del estado de Sonora.
Por último, el comité directivo y los moradores de la actual CES, coinciden en la idea de que hay que continuar luchando por cumplir con el objetivo de construcción y equipamiento de esta casa estudiantil; además, se tiene claro que hay que asegurar alimento, pago de servicios básicos, entre otras necesidades que por obviedad hay que incluir. Todo ello se convierte en parte de una lista de demandas más que justificadas que hay que hacer saber en tiempo y forma a funcionarios de esta nueva administración de nivel municipal y estatal.
En esta situación, el proyecto de la CES requiere del respaldo de las familias de todos nuestros estudiantes, moradores, maestros y comunidad en general de todo el estado. Les pedimos que apoyen y compartan nuestro sueño de beneficiar a cientos de jóvenes estudiantes del Estado de Sonora y contribuir a formarlos como sonorenses de bien orgullosamente al servicio de los más humildes. A los cientos de ex moradores y a sus familias también les hacemos extensiva esta petición. Hoy estamos más cerca de lograr este anhelo que durante años nos ha impulsado.
El que sabe que su causa tarde o temprano triunfará no se desespera nunca, porque tiene un motivo para esperar, una eternidad completa si fuera necesario.
¡Las casas del estudiante tienen que existir y las defenderemos hasta morir!
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