En Guadalcázar la necesidad de agua como en muchas partes del mundo es una indispensable, solo que en el municipio es una cuestión urgente; de acuerdo con el Artículo 4, este reconoce que toda persona tiene derecho al acceso, la disposición y el saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible.
El Estado debe garantizar este derecho de forma equitativa y sustentable, además de establecer la participación de la Federación, los estados y la ciudadanía para conseguirlo. Lo cual está claro que en Guadalcázar, municipio de San Luis Potosí, no es una prioridad hacer valer este derecho universal, tal ejemplo lo podemos apreciar en diferentes zonas que conforman nuestro bello municipio como lo son en especial en la zona oriente donde 9 de las diez comunidades que la integran, la tienen como primera demanda, esto como la Hincada, Buenavista, colonia Agrícola, San Cristóbal, San Antonio de Trojes y Yerbabuena, ahora si nos vamos al entronque del Huizache van a más de 8 meses que la mitad de la comunidad compra a 150 la yoga; el mayor problema radica en que es un recurso indispensable para la salud, sobre todo en los tiempos de pandemia, donde la higiene hace la diferencia entre el contagio o la protección para prevenir la covid-19, pero sin el apoyo del gobierno, que además se establece en artículo 115, por su parte, se especifica que los municipios tienen a su cargo los servicios públicos de agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales; no solo nos encontramos que es negligencia por su parte al no procurar resolverlo y que se utilizó como estrategia política en las pasadas elecciones y que definitivamente no hay un verdadero compromiso por parte de la administración ahora reelecta por una completa desinformación de la ciudadanía.
Pongo dos ejemplos muy claros de cómo le hace la administración actual para taparle el ojo al macho como se dice coloquialmente, en el primer caso es en la comunidad de El Quelital donde los ejidatarios localizaron un pozo que arroja suficiente agua para la comunidad pero en tiempos electorales el presidente con licencia por las actuales políticas dejó la orden expresa de que nadie podía tocar ese pozo hasta que no se habilitara nuevamente su licencia de presidente, ya que en ese pozo nadie tendría manejo y control más que la administración municipal, aun y cuando el pozo está en terrenos propios de la comunidad de El Quelital, en campaña para hacer proselitismo en todas las comunidades refirió que él iba a resolver el problema con “sombrero ajeno” ya que sin pedir autorización con el ejido del Quelital, el presidente con licencia está disponiendo del recurso recién localizado por los ejidatarios.
El segundo caso es en El Oro que tenían agua suficiente para abastecer a toda la localidad; sin embargo, no se utilizaba el recurso en todo el pueblo por mala planeación de los trabajos de perforación, así que se pretendió perforar un nuevo pozo muy junto del que ya estaba en uso y dejó sin el líquido a este pozo y a otra parte de la comunidad, afectando directamente a los que por años contaban ya con este recurso y por la mala planeación se dejó solo con agua a alguna parte de los ejidatarios con documentos que no eran ni del ejido y que utilizaron para el aforo del “nuevo pozo”, así que ahora la comunidad está dividida con el que están a favor del pozo antiguo -además de que cuentan con una querella al ayuntamiento- y con los que están a favor del nuevo pozo, cuestiones que quedaron de resolver solo en tiempos electorales, y ahora está la ciudadanía peor que al principio.
La resolución de problemas no se hace tapando un hoyo y destapando otro, afectando a los ciudadanos, sino darle una solución más de fondo a los problemas que afectan directamente a los habitantes los 365 días del año, no solo en tiempos electoreros.
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