Dos años transcurrieron desde que el Gobierno federal dio la indicación a la Secretaría de Educación Pública (SEP), que todos los maestros del país aprobaran a los estudiantes, esto como consecuencia de las malas decisiones políticas implementadas por Morena durante el periodo de la pandemia de covid-19, este tipo de acciones afectarán a largo plazo a todo una generación de estudiantes.
¿Qué implica para los estudiantes que pasaran de grado académico sin que realmente hayan aprendido? Es por todos sabido que proporcionar un buen nivel académico a los estudiantes no solo generará en ellos un mejor nivel de vida, sino también una mejor salud, menor tasa de encarcelamiento y una mejor participación política. Expertos educativos estiman que el aprendizaje inconcluso en los alumnos podrían reducir sus ingresos de por vida con un promedio de 49,000 a 61,000 dólares. De igual manera aseguran que la economía también corre peligro porque si bajan los niveles de educación e ingresos, traerá como consecuencia menos innovación y menos productividad. Se estima que para 2040, la mayoría de los niños estén en la fuerza laboral podría existir una pérdida anual en el Producto Interno Bruto (PIB), lo que traerá consecuencias negativas para toda la nación.
Debido a los nulos resultados del programa "Aprende en Casa", implementado por la 4T durante el periodo de aislamiento a causa de la contingencia por la covid-19, la SEP determinó no reprobar a los alumnos de educación básica, esta medida fue tomada con fines estadísticos que solo velaron el verdadero rezago educativo en el que se encuentra nuestro país y que no es la solución real a la problemática educativa, pero ahora con el regreso a la normalidad y el retorno de los estudiantes a clases presenciales ya quedó anulada esta medida en la boleta de calificaciones.
La SEP anunció que en cinco entidades del país los estudiantes, a partir del próximo diciembre, ya pueden ser reprobados en su boleta de calificaciones durante el ciclo escolar 2022-2023. Solo los alumnos de primer y segundo grado de primaria de escuelas públicas y privadas autorizadas seguirán exentos de reprobar, por el contrario, los estudiantes de tercero a sexto de primaria y de primero a tercero de secundaria su calificación mínima será de cinco. Sin embargo, el que ahora se repruebe a los alumnos no anula el rezago educativo ni la deserción escolar en nuestro país. La educación tiene problemas severos y desde la llagada de Andrés Manuel López Obrador a la silla presidencial se han hecho más visibles aún.
En México necesitamos un verdadero cambio en la educación para convertirla en factor transformador de la economía, pero debemos plantearnos primeramente ¿qué enseñar a nuestros alumnos?, además hay que reforzar las asignaturas establecidas, enseñarles cualidades fundamentales como disciplina, hábito de lectura, capacidad real de leer y escribir, habilidades de comunicación y dominio de alguna lengua extranjera y algo muy importante que no debemos pasar por alto es una combinación equilibrada de trabajo intelectual y manual (teoría y práctica).
Necesitamos un modelo educativo acorde al contexto de nuestro país ya que los modelos que nos llegan del extranjero se han implementado con éxito donde se creó debido a que está aplicado al contexto de ese país pero que en nosotros simplemente no tendrá los mismos resultados de triunfo.
La formación actual es unilateral, los profesionistas deben dominar rigurosamente su especialidad para que aporten al desarrollo nacional y al bienestar de su familia, por lo que esto no está peleado con tener una cultura general. Es necesario formar buenos especialistas, pero también socialmente sensibles, no víctimas del egoísmo inducido, que nos hace ver en cada ser humano un competidor, nunca un hermano, un camarada.
Es fundamental implementar en las escuelas de nuestro país una formación integral, donde se enseñe lógica y ciencias sociales, en cierta proporción aún en las carreras técnicas y sobre todo filosofía, que es una disciplina integradora del conocimiento, contrapeso a la actual fragmentación. Asimismo es necesario implementar la práctica de algún deporte, para generar en los estudiantes salud, disciplina, tenacidad y trabajo en conjunto. No hay que dejar de lado el arte, ya que este humaniza y estimula la imaginación y creatividad, indispensable en la ciencia.
Las puertas de las escuelas deben estar abiertas para todos, especialmente para alumnos humildes a los cuales se les debe apoyar con becas, transporte y albergues, solo de esta manera podrá revertirse el carácter clasista de la actual educación en México.
Lo anteriormente expuesto exige un incremento de recursos. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), propone que se destine al menos de cuatro a seis por ciento del PIB de cada país, o mínimo entre el 15 y 20 por ciento del gasto público.
La 4T destinó sólo el 3.1 por ciento del PIB (el más bajo desde 2010), por lo que AMLO debería incrementar el gasto en educación al ya existente entre el 0.9 y 2.9 por ciento del PIB e incluso más si consideramos que existe un enorme rezago educativo.
La problemática educativa no puede resolverse en el estrecho ámbito escolar, muchas escuelas están situadas en zonas de marginación y pobreza, que aleja a niños y jóvenes a trabajar para ayudar en el sustento familiar. Mientras no se resuelva la problemática de sacar al país de la terrible pobreza en la que está sumergido, no habrá reforma que la resuelva. Para realizar un cambio educativo debe ser parte de una transformación general, que incluya el combate a la pobreza.
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